Uruguay pide una auditoría externa para investigar relación de Almagro con una funcionaria de la OEA

El organismo había recibido una denuncia anónima en la que se advertía por una “relación sentimental” entre Almagro y una funcionaria mexicana que actuaba como “asesora principal”. El código de ética de la OEA prohíbe a los directivos supervisar o participar en las decisiones que involucran a personas con las que mantienen un vínculo sentimental. 

Ante ese señalamiento, el propio Almagro pidió que se lo investigara y derivó el asunto al inspector general de la OEA, Hugo Eduardo Ascencio, quien, el pasado lunes, envió un resumen de su actuación y recomendó que “se realice una investigación a través de una empresa externa”.

Uruguay acompañará la postura del inspector general dijeron fuentes de cancillería a El Observador. De hecho, según reza un proyecto de resolución a ser presentado para la reunión del próximo miércoles, la diplomacia uruguaya propondrá que el inspector general presente los términos de referencia del llamado de auditoría externa, el presupuesto estimado y cómo será la resolución.

El gobierno de Luis Lacalle Pou ha sido uno de los "aliados" de Almagro en la OEA y le dio su voto para que fuera reelecto en 2020. Sin embargo, desde el gobierno se entiende que si existe una denuncia sobre la presunta vulneración de los estatutos de la organización es imprescindible que se investigue.

Son varias las mociones que están en danza para el Consejo Permanente de este miércoles. Pero todos apuntan en un mismo sentido. Fuentes diplomáticas dijeron a El Observador que hay consenso en el organismo para realizar la auditoría externa, lo cual podría comprometer seriamente la posición del secretario general. 

En este sentido, fueron sumándose cada vez más voces de apoyo a la investigación sobre la que deberán deliberar los 34 miembros del Consejo Permanente. Una de las últimas voces en sumarse fue la del gobierno de Estados Unidos.

“Tomamos estas acusaciones en serio”, declaró un vocero del Departamento de Estado a la agencia AP. Y agregó que cualquier violación a las normas de ética de la OEA “debe ser investigada de manera justa e imparcial por una entidad adecuada de investigación externa”.

La agencia estadounidense AP había sido la primera en detallar sobre la denuncia anónima que, por en junio, era todavía “vaga”. Pero el inspector general consideró que existen elementos objetivos que habilitarían la investigación en profundidad.

La historia “profunda” e “intensa”

En el libro Luis Almagro no pide perdón –publicado en noviembre de 2020 por los periodistas Gonzalo Ferreira y Martín Natalevich– tanto Almagro como la funcionaria Marián Vidaurri hablaron respecto a su relación. 

"Vidaurri es una politóloga mexicana que durante mucho tiempo integró el equipo de técnicos que escribía reportes para el secretario general desde la Secretaría de Fortalecimiento para la Democracia. Según cuenta ella, si bien no tenía trato directo con él, siempre recibía repercusiones desde la oficina del secretario general sobre su trabajo", se lee en la citada obra.

"Si bien lo había visto un par de veces, se conocieron realmente en un viaje a Filadelfia. «Eso fue un viernes y el lunes me llamó a su oficina y me dijo: “Vente a trabajar conmigo”». Tiempo después la relación trascendió lo profesional", continúa el libro.

En octubre, cuando el escándalo atrapó al excanciller uruguayo en medio de la 52ª Asamblea General de la OEA en Lima, Almagro se defendió: "Nunca fui supervisor de ninguna persona con quien tuviera una relación".