En la década de 1990 un grupo de uruguayos que estaba radicado en el exterior creó una red de compatriotas para no perderse ningún partido de fútbol de la selección. Internet daba sus primeros pasos y, con las pocas herramientas tecnológicas que tenían, lograron que un uruguayo que sí estaba en el país escribiera lo que sucedía en los partidos, en vivo y en directo, pero apelando a la imaginación de quienes lo leían porque era imposible compartirles imágenes.
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