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Vázquez y su último voto como presidente

Vázquez le deseó lo mejor al que ganara y le quitó dramatismo a los cambios de personas y partidos en el poder
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25 de noviembre de 2019 a las 05:01

“Cinco años de gobierno cansan mucho, son muy duros”, reconoció el presidente Tabaré Vázquez este domingo. Faltaban minutos para las ocho de la mañana y en su casa sobre la avenida Buschental, en El Prado, el mandatario se alistaba para acudir a las urnas, en donde se definiría quién sería su sucesor.

Mil ochocientos veinte días habían pasado desde el 30 de noviembre de 2014, cuando por segunda vez ganó las elecciones y se convirtió en el jefe de Estado más votado en la historia de Uruguay. 

Vázquez tenía pocas actividades previstas para la jornada electoral: saludar al ganador, desearle lo mejor en su gobierno y ponerse a su disposición para empezar la transición este lunes. Pero primero votaría en el teatro del Club Progreso, ubicado en La Teja, el barrio donde creció. 

Antes de partir hacia allí, Vázquez compartió su reflexión ante los periodistas: “Sin dudas es un altísimo honor ser presidente de la República (...), pero uno deja muchas cosas en el camino”. 

La avenida Carlos María Ramírez, donde está el teatro del Club Progreso, estaba teñida de rojo, azul y blanco. Banderines, pasacalles, remeras, graffitis y guirnaldas con los colores del Frente Amplio adornaban la principal arteria de La Teja. 

Fuera del circuito 2250 se apiñaban los vecinos, viejos conocidos y militantes que querían saludar al primer mandatario de la coalición de izquierda y uno de los pocos que tuvo el honor de repetir la máxima magistratura. Pero a pesar de los gritos de aliento, los besos, los pedidos de selfies y los abrazos, la mesura era el común denominador de las conversaciones. 

Nadie parecía querer poner en palabras lo que las encuestas venían proyectando: que Luis Lacalle Pou, el candidato blanco al que Vázquez venció en 2014, probablemente ganaría estas elecciones. “No pienses más en eso, vamos a ganar”, dijo una joven frenteamplista a su acompañante, más como consuelo que por convicción.

A las ocho de la mañana, el circuito de Vázquez estaba casi vacío. Antes que él en la fila solo estaba Texas Castillo, quien fue compañera de clase de Vázquez en la Escuela Yugoslavia. El presidente no perdió la sonrisa mientras esperaba. Se sentó al lado de María Justina Cubiellas, una vecina de La Teja que también conoció a Vázquez en su infancia. “Hablamos de cuando éramos jóvenes, de cuando íbamos al liceo y jugábamos en el barrio”, contó Cubiellas. 

A la salida, Nelly García esperaba al mandatario con la cámara de su celular activada. Vázquez la abrazó y posó a su lado. Cuando se fue, ella se quebró. “¡Él nos enseñó a luchar!”, afirmó. Hinchas del Club Progreso también se acercaron a la institución, vistiendo la remera a rayas amarillas y rojas. De las rejas del club colgaron una pancarta en la que se leía “Fuerza Tabaré”, mientras alentaban al presidente al grito de “vamos por el cuarto (gobierno)”. 

El presidente dijo en rueda de prensa que no sabe qué hará cuando el 1° de marzo asuma Lacalle Pou, el ganador de las elecciones. “No tengo la bola de cristal”, respondió este domingo cuando los periodistas le consultaron al respecto. 

La noche anterior a la jornada electoral, el expresidente colorado Julio María Sanguinetti lo llamó para reconocer la forma en que se desarrolló la campaña electoral. Vázquez y el senador electo compartieron que es “un orgullo” que en Uruguay, a diferencia de en otros países de la región, se pueda dar un “cambio de gobierno con paz, tranquilidad, respeto y tolerancia”.

El presidente, a quien le diagnosticaron cáncer de pulmón en agosto, evitó hablar de su salud. Su única respuesta a la pregunta de cómo se siente fue: “Perfecto, bien”.

Tres meses atrás, Vázquez ordenó a los ministros de su gabinete que recopilaran toda la información para entregarle a la nueva administración. Desde entonces se viene preparando para dar un paso al costado del Poder Ejecutivo. Juan Andrés Roballo, el prosecretario de Presidencia, y Álvaro García, el director de la OPP, serán los encargados de trabajar en la transición entre el gobierno del Frente Amplio y el del Partido Nacional. 

Sin embargo, este lunes el presidente Vázquez trabajará como cualquier otro día: en rueda de prensa dijo que a partir de la hora nueve participará del Consejo de Ministros y estaba pronto para recibir a su sucesor, pero la realidad le negó esa posibilidad. ¿Qué desafío tendrá que cumplir el próximo presidente? “Mantener los equilibrios sociales, económicos y políticos”, consideró al ser consultado al respecto este domingo, cuando recién había comenzado la jornada electoral, su última como presidente.  

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