Según la cadena de noticias CNBC, la administración Biden estaría estudiando la posibilidad de levantar el embargo a la venta de armas que pesa sobre Arabia Saudita. La decisión, no obstante, estaría sujeta al progreso por parte de Riad en el camino hacia una solución pacífica del conflicto en Yemen.
En conversaciones mantenidas en el mes de mayo durante la visita del viceministro de Defensa Khalid bin Salman a Washington, altos funcionarios de Riad intentaron convencer a sus interlocutores norteamericanos de la necesidad de abandonar la política de vender solamente armas defensivas.
Un funcionario norteamericano le dijo a la agencia Reuters que las deliberaciones internas sobre la posibilidad del levantamiento del embargo se mantenían en un nivel de informalidad y que era muy temprano para esperar decisiones inminentes.
Días antes del viaje que lo llevará a Riad este viernes, previo paso por Israel y Cisjordania, el presidente Biden ha dado señales de que intentará relanzar las deterioradas relaciones con la corona saudita con el doble objetivo de asegurarse un incremento de la provisión de petróleo y la solidez de los vínculos de seguridad con Israel y contra Irán.
Biden es plenamente consciente de que cualquier movimiento hacia la rescisión de las restricciones vigentes sobre la venta de armas a Arabia Saudita encontrará una cerrada oposición en el Congreso, no sólo de la oposición republicana sino también de varios legisladores demócratas.
La política de Biden hacia Riad desde su llegada a la Casa Blanca está marcada por una postura de dureza motivada principalmente por la campaña militar saudita contra los Hutíes de Yemen que produjo un gran número de víctimas civiles y por el irrespeto saudita por los derechos humanos, evidenciado en forma atroz con el asesinato del periodista del Washington Post Jamal Khashoggi en el interior del consulado árabe en Estambul.
La postura de Biden, que había calificado de “paria” a Arabia Saudita en 2021, se ha suavizado desde la invasión de Rusia a Ucrania, acompañado también por otros países europeos que ven a Arabia Saudita como una posible solución a los problemas de abastecimiento de crudo.
El tipo de armas más demandada por los sauditas para su guerra en el Yemen contra la insurgencia hutí consiste en las bombas o proyectiles guiados de alta precisión que Trump había aprobado incluso con la oposición del Congreso.
La administración Biden ha estado enviando hasta ahora material considerado defensivo, como vehículos blindados de transporte de tropas, misiles tierra-tierra y tierra-aire y munición para reemplazar lo gastado en los combates. En noviembre, Washington aprobó también el envío de sistemas defensivos antibalísticos, misiles Patriot.
Biden se encuentra así con el dilema de la necesidad de replantear la relación con Riad básicamente por el tema petróleo que se enfrenta a la visión de importantes sectores de la opinión pública y de su propio partido que ven el viaje como la legitimación de la corona saudita, responsable del asesinato de Khashoggi, según concluyó la propia inteligencia norteamericana.
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