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2 de septiembre 2024 - 18:02hs

El mejor de una era, sin dudas. El mejor de la historia, tal vez. Luis Suárez anunció este lunes su retiro de la selección de Uruguay de fútbol y dejará un legado que permanecerá eternamente en la gloriosa historia de la celeste.

Con 142 partidos jugados y 69 goles a cuestas, Suárez se transformó, allá por 2013, en el máximo goleador histórico de la selección de Uruguay. Pero esos números brutales no son capaces de explicar el impacto que el Pistolero generó en su pasaje de 17 años con la celeste en el pecho.

Suárez se transformó en el mejor jugador de una era. Y también superó con luz a las mejores figuras que en décadas pasadas habían destacado con la celeste: Álvaro Recoba, Paolo Montero, Enzo Francescoli, Ruben Sosa…

Siempre es tan difícil, como odioso, comparar jugadores. Pero con esa potencia con la que encaraba a los mejores defensores con esa mezcla indescifrable de fuerza, amor propio, habilidad, frialdad e inteligencia, Suárez fue arrasando con todo a su paso. Con marcas, con récords, con goles, con logros y también con conquistas.

Suárez nunca quedó afuera de un Mundial. Disputó las Eliminatorias de Sudáfrica 2010, Brasil 2014, Rusia 2018 y Qatar 2022 y Uruguay se terminó clasificando siempre.

Tuvo a su favor, el reordenamiento estructural que forjó en la selección la conducción de Óscar Washington Tabárez.

Criticado por sus formas de sentir el juego, la punta de la pirámide de toda la grandeza que Tabárez le devolvió al fútbol uruguayo, el Maestro logró refundar a Uruguay y tuvo en Suárez a uno de sus jugadores emblemáticos.

Por su entrega, por su voracidad ofensiva, por su carácter competitivo, por su capacidad anotadora y por su compromiso con la causa.

En Eliminatorias hizo 29 goles y supo ser el máximo anotador de la historia, hasta que Lionel Messi lo superó (31).

Un cuarto puesto en Sudáfrica 2010 y un quinto en Rusia 2018, para los tiempos del fútbol moderno, los de la ultra competitividad, los de la globalizada paridad, son parte de los pergaminos que adornarán el camino recorrido por Suárez.

El nacido en Salto es el único uruguayo de la historia en marcar en tres mundiales diferentes. Hizo siete tantos y quedó a uno del récord histórico de Óscar Omar Míguez (ocho entre 1950 y 1954).

En Sudáfrica brilló ante Corea del Sur en octavos de final y se inmoló por el equipo en cuartos, contra Ghana, con una mano salvadora cuando la terna arbitral, el estadio entero y los africanos acorralaron a Uruguay. Aquello fue sacar la cara por un país entero y pararse de punta contra el poder.

La épica contra Inglaterra –donde lo hostigaron hasta el límite de la crucifixión mediática– en Brasil 2014, a escasos días de recuperarse de una rotura de meniscos, fue tal vez su punto más alto con la celeste.

El título de la Copa América de 2011, en la que fue elegido el mejor jugador del torneo, lo blindan contra aquellos detractores que le reclamen, para sentarse en la mesa de los mejores, haber “ganado algo”.

Y lo hizo en Argentina, contra Lionel Messi, Sergio Agüero, Carlos Tévez, Gonzalo Higuaín, Javier Mascherano y Ángel Di María juntos.

Comparar a Suárez con los campeones de 1950, los de 1930 o los de 1924 y 1928, en este caso también olímpicos, implicaría comparar dos mundos completamente distintos. La Europa del período entre las guerras mundiales con la Europa de la vanguardia futbolera. El desarrollo del fútbol en aquellos tiempos y en la actualidad. Los cambios de la preparación física, la explosión del profesionalismo. El correo postal y las redes sociales.

Pero Suárez se sienta en la mesa de los mejores.

En estos tiempos donde el desarrollo futbolístico ha llegado a sus topes máximos, Suárez se consolidó en la elite mundial y protagonizó (aún protagoniza, pero ya fuera de ese mapa) la mejor carrera de un jugador uruguayo a nivel de clubes en el extranjero.

Lo ganó todo en Europa. Fue de lo mejor entre los mejores, en la era de Messi y de Cristiano Ronaldo. Fue dos veces Bota de Oro y levantó 18 copas entre Ajax, Liverpool, Barcelona y Atlético de Madrid.

Monstruo, bestia, crack. Todos los adjetivos le entran al 9. Y con la celeste también. Campeón, goleador histórico, referente, líder y símbolo de una era donde Uruguay volvió a ser Uruguay, con él como abanderado.

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Luis Suárez selección de Uruguay

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