Las demoliciones de edificios históricos despiertan la indignación de una porción de la sociedad. A través de redes sociales, y también en algunas movilizaciones, ciudadanos le piden a la Intendencia de Montevideo que evite estas desapariciones.
La discusión sobre el patrimonio en Montevideo suele girar alrededor de por qué la comuna habilita que un privado demuela una construcción de larga data para hacer una nueva en su lugar. Sin embargo, se habla con menos frecuencia sobre qué hace el Estado para motivar lo opuesto. Es decir, que los privados quieran restaurar y mantener un edificio histórico o patrimonial.
"Me parece que está faltando una legislación que incentive que vos tengas ganas no de demoler, sino de tomar ese edificio del pasado y transformarlo en unidades de vivienda", dijo el artista visual y militante del patrimonio, Alfredo Ghierra, este jueves en el evento Habitat Futuro de El Observador.
"Todo apunta para que vos demuelas y construyas en su lugar. Tiene que haber un cambio, porque va a generar muchos trabajos y no va a detener el flujo de las inversiones", sostuvo el artista visual, conocido por sus campañas ficticias de Ghierra Intendente.
Ghierra compartió mesa con dos empresarios que trabajan, justamente, en la restauración de edificios históricos. Por un lado, Francisco Collet de Collet Lacoste, MODILOR S. A., que trabajó, por ejemplo, en la restauración del Palacio Salvo. Por otro lado, estuvo Rodrigo Bueno de Distrito El Globo, un proyecto en Ciudad Vieja que implicó la recuperación del viejo Hotel El Globo y que incluye distintos servicios como, justamente, un hotel, un cowork y una galería de arte.
De todas formas, el director de Operaciones de El Globo lamentó el funcionamiento de la "burocracia de Montevideo". Criticó que los permisos de construcción "demoran muchísimo" e ilustró este punto con uno de los trabajos que tiene pendiente el distrito.
"En este momento tengo la obra de Casa Solís. Hace 14 meses que estoy esperando el permiso de construcción. Es una obra que ya está hasta licitada y sigo sin poder arrancar porque no tenemos el permiso", subrayó Bueno.
"Entonces, demorar permisos cuando uno quiere hacer esa revitalización de un casco histórico... Creo que deberían ser más permeables. No estamos pidiendo hacer nada raro, no estamos pidiendo demoler", añadió.
Cuestionó que un empresario deba esperar "dos años" por un permiso de construcción. "Es un montón para arrancar porque después tenés la obra. Depende del reciclaje de cómo esté la propiedad, pero normalmente todas estas propiedades no tuvieron un buen estado de conservación. Entonces requiere mucho tiempo", argumentó.
Bueno dijo también que el proceso con el Estado suele ser complejo porque distintas dependencias solicitan cosas contradictorias. Por ejemplo, una pide no cambiar una fachada por su valor patrimonial y otra pide que se cambie para realizar una entrada accesible.
¿Qué hace el Estado?
En cualquier caso, en Montevideo hay "incentivos a la conservación del patrimonio" tanto a nivel nacional como departamental, según el director de la Unidad de Protección del Patrimonio de la intendencia, Ernesto Spósito.
A nivel nacional, hay una exoneración del IVA de los materiales de construcción para el reciclaje y la restauración de edificios "en determinadas condiciones", sostuvo Spósito en una entrevista con El Observador en la previa del pasado Día del Patrimonio.
El arquitecto dijo que ese beneficio se tramita con el Ministerio de Industria, Energía y Minería.
Por otra parte, dijo que la intendencia "permanentemente exonera de pago de contribución inmobiliaria" a edificios de alto valor patrimonial por correcto mantenimiento, es decir, que estén "permanentemente bien" y también por la rehabilitación de fachada, por reciclaje y por conservar "bienes ejemplares vegetales protegidos".
"Hay distintas causales por las cuales se exonera toda, o en parte, la contribución inmobiliaria", dijo el arquitecto.
Sin embargo, Spósito recordó que eso "siempre implica recursos" y planteó problematizar cuánto se involucra la sociedad en la conservación del patrimonio.
"Casi que por filosofía nacional siempre asumimos que el Estado se tiene que hacer cargo de todo o por lo menos de una buena parte. Cuando miras en el panorama internacional, salvo excepciones, en general quien se hace cargo de los costos del patrimonio es la sociedad", señaló.
Además, aludió a algo que pasa en ciudades "del primer mundo" y que ayuda a la conservación del patrimonio: que el valor patrimonial de un edificio se traduce en un valor económico también.
Spósito dijo que esto sucede en Montevideo solo a "cierta escala". "El ejemplo más claro que se me ocurre es una casa de (la empresa) Bello y Reborati en Pocitos. Tiene un valor adicional porque es de Bello y Reborati. Y así se anuncia comercialmente", indicó.
De todas formas, afirmó que "es bueno que el Estado se comprometa y aporte a la rehabilitación", a través de exoneraciones tributarias, por ejemplo. Y añadió que "probablemente haya que pensar en una nueva generación de incentivos".