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17 de octubre 2025 - 5:00hs

El viernes 10 de octubre, el mar frente a Maldonado pareció cobrar vida propia: brillaba. Horas antes, esas mismas aguas habían amanecido teñidas de naranja. Dos versiones del mismo paisaje, dos caras de un mismo fenómeno. Esa dualidad es la firma de las Noctiluca scintillans, los diminutos organismos que volvieron a "encender" las costas uruguayas.

Noctilucas de día

Aunque el espectáculo lumínico atrae cada año a curiosos con cámaras en mano, lo que ocurre bajo la superficie tiene tanto de belleza como de ciencia. Desde 1980, la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (DINARA) monitorea semanalmente las aguas de Maldonado y Rocha para registrar floraciones de fitoplancton, entre ellas las de estas singulares “luciérnagas del mar”.

La química detrás del brillo

Noctiluca scintillans es un dinoflagelado unicelular esférico que puede medir hasta medio milímetro. Su brillo se activa por movimiento: cuando una ola rompe, cuando pasa un kayak o incluso al nadar. Entonces ocurre una reacción química entre dos moléculas —luciferina y luciferasa— que libera fotones. Millones de estas células iluminadas al mismo tiempo alcanzan para que el mar entero prenda luces.

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Durante el día, la escena cambia: el color del agua se vuelve de un color terracota. La explicación, dice la investigadora de la DINARA Ana Martínez, responsable del monitoreo de mareas rojas, está en su dieta. “La noctiluca no hace fotosíntesis: es heterótrofa, se alimenta de otros dinoflagelados y refleja la pigmentación del organismo que consumió”.

Al alimentarse de otros dinoflagelados ricos en pigmentos, las células adoptan esas tonalidades. En floraciones masivas, esa acumulación puede teñir el agua entera, generando las conocidas “mareas rojas”, aunque Noctiluca scintillans no es en sí misma tóxica.

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Un mar que cambia de color y de especie

Si bien Noctiluca scintillans es la más frecuente en Uruguay, no es la única capaz de producir luz. En 2015, se registró por primera vez la presencia de Alexandrium fraterculus, otra especie bioluminiscente que sorprendió a los científicos, ya que hasta ese momento la noctiluca era la única conocida en las costas del país.

A diferencia de la noctiluca, Alexandrium es autótrofa —puede realizar fotosíntesis— y tiñe el agua de rojo en lugar de naranja. “Las especies son varias y se identifican en diferentes lugares”, explicaba Martínez. Ese año, el fenómeno comenzó en Rocha y Maldonado, luego se desplazó hacia Aguas Dulces y terminó concentrándose en el Chuy. Esto demuestra que no siempre ocurre en las mismas playas ni en la misma época: depende de factores ambientales y de la interacción entre especies.

En palabras de Martínez, “las noctilucas suelen seguir las floraciones de las que se alimentan”, actuando incluso como un regulador natural frente a otras algas potencialmente tóxicas.

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¿Son peligrosas?

En las costas uruguayas, Noctiluca scintillans no se considera peligrosa para las personas. De hecho, puede tener un rol regulador dentro del ecosistema. “En general terminan ayudando: en el caso de las floraciones tóxicas, muchas veces las noctilucas las controlan".

Por qué aparecen en ciertas épocas y zonas

En Uruguay, los eventos de bioluminiscencia por noctilucas son más frecuentes entre marzo y abril, y entre septiembre y octubre, coincidiendo con las floraciones de las especies de las que se alimentan. Martínez explicó que Noctiluca “sigue” esas floraciones, actuando luego como un regulador natural.

Las condiciones locales también influyen: el Río de la Plata y la plataforma oceánica uruguaya conforman un sistema dinámico donde se mezclan aguas dulces y saladas, ricas en nutrientes. Punta del Este, Maldonado y Rocha son zonas donde esas características se combinan para favorecer su aparición.

Un fenómeno que cuenta lo que pasa bajo la superficie

El espectáculo visual suele robarse la atención. En palabras de Ana Martínez, “su propio nombre, Noctiluca scintillans, significa literalmente ‘la que brilla de noche’”. Sin embargo, las noctilucas son también un indicador biológico de la enorme diversidad que habita en el plancton costero uruguayo.

Cada destello azul, cada mancha rojiza, no es solo un fenómeno estético: es una muestra visible de la vida microscópica que sostiene los ecosistemas del país.

Temas:

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