El Desayuno Forestal 2024 se tituló “Hacia el futuro de la forestación” y tuvo como contenido diferencial la presencia y exposición de los asesores en agro de los partidos políticos con representación parlamentaria y que participarán en las elecciones de octubre: Conrado Ferber, por el Partido Nacional; Carlos María Uriarte, por el Partido Colorado; Mario Bergara, por el Frente Amplio; Gonzalo Brum, por Cabildo Abierto; y Carlos Sammarco, por el Partido Independiente.
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Desayuno Forestal: Ignacio Munyo, Gonzalo Brum, Lucía Basso, Mario Bergara, Carlos María Uriarte y Conrado Ferber.
También participó el economista Ignacio Munyo, director ejecutivo del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), quien actualizó los datos de un estudio realizado sobre la evolución del sector, desde la década de 1980, cuando se instauró la Ley Forestal, a la actualidad.
A propósito, el valor de la Ley Forestal y la relevancia de la política de Estado sostenida durante los ocho gobiernos consecutivos que hubo desde la reanudación de la democracia en Uruguay fueron aspectos elogiados por Basso, quien expuso que el sector forestal “se está posicionando como el principal exportador de bienes en Uruguay”, con decidido rumbo a los US$ 3.000 millones al año.
“Más de 30.000 personas y 1.800 pymes en todo el territorio trabajan de manera profesional, comprometida y con verdadera pasión por lo que hacen”, enfatizó.
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Sector líder en las exportaciones
Luego de la exposición de Basso, el economista Munyo, en las conclusiones de la actualización del estudio de Ceres sobre el sector forestal, expresó que ya es el principal rubro de exportación de bienes.
Ingresaron US$ 2.761 millones en los últimos 12 meses, hasta agosto de 2024, el 22,2% del total y por delante de la carne vacuna y subproductos cárnicos -con US$ 2.542 millones y el 20,5% del total-, informó.
Añadió que existen, en ese sentido, oportunidades adicionales de expansión, especialmente en el segmento de la madera sólida, con alto impacto en la economía.
Sobre la sostenibilidad, el director ejecutivo de Ceres dijo que existen ventajas por la coexistencia con la ganadería, múltiples ejemplos de economía circular y reglamentaciones y certificaciones internacionales que aseguran prácticas, precisamente, sustentables.
Con relación al aporte impositivo, señaló que actualmente en toda la cadena productiva la forestación con destino a la producción de celulosa y aserrío, en conjunto con la lechería, son los sectores que más impuestos pagan con respecto a las hectáreas destinadas a la producción.
Por último, al considerar los desafíos, expresó que los hay por la automatización que exige una formación contínua y una especialización del capital humano, así como por la incorporación de tecnología y por problemas de competitividad y tarifas portuarias.
Un dato destacado por Munyo, incluso mencionó que esa placa era ideal para dejarla visible durante toda la jornada, fue el de la participación del sector en el PBI, que en Uruguay era apenas perceptible -0,2%- en 1994 y muy lejano al entonces 4,5% de un referente como Suecia, datos que hoy están en 3,5% para Uruguay y 3,1% para Suecia, manteniéndose por ejemplo Argentina en 0,1% pese al paso ya de unos 30 años.
Eso, remarcó, lo permitieron las políticas públicas de largo plazo y los incentivos impositivos en el comienzo; la institucionalidad y estabilidad en el tiempo; la seguridad y confianza para que lleguen inversiones; y la participación, precisamente, de inversores internacionales reconocidos.
Basso: un balance "totalmente positivo"
Consultada por El Observador sobre la actividad desarrollada, Basso expresó que “el balance es totalmente positivo, fue un objetivo cumplido para nosotros”.
Explicó que a la SPF le interesaba “mucho” que pudieran concurrir representantes de todos los partidos políticos “y así fue, nos costó pero se logró”.
La importancia tenía como base “brindarles información de primera mano, actualizada, sobre todos los temas del sector y que además ellos expusieran sus visiones y propuestas”.
“Todo eso se cumplió y se cumplió bien, vimos que en general fueron muy bien preparados y nos aportaron insumos que para nosotros, como sector, como sociedad, como gremial, son de mucha utilidad”, afirmó.
Sñaló que hubo comentarios relacionados con los tres puntos que ella citó en su discurso –reglas claras, demoras burocráticas e infraestructura– que o bien reafirmaron lo que la SPF sostiene o bien aportaron elementos constructivos para ser considerados “a la hora de seguir trabajando y mejorar esos desafíos tan trascendentes que, como mencionamos, tenemos por delante”.
Por otro lado, sobre la presentación de Munyo, la presidenta de la SPF comentó que “como él mismo dijo, este trabajo ya estuvo basado sobre datos reales, no sobre estimaciones como en la anterior oportunidad y ya desde el primer gráfico él fue muy ilustrativo, mostró realmente dónde está parado el sector, por qué es el primer sector de la economía, en base a qué ha crecido, sus perspectivas, por ejemplo nos ilustró muy claramente sobre el tema de la carga impositiva que, como bien sabes, es algo que siempre nos están achacando y con este trabajo se mostró la verdad, con los números de la DGI, o sea que eso es así”.
En definitiva, concluyó Basso, “el balance de este Desayuno Forestal es muy positivo, obtuvimos muy buenos insumos y al mismo tiempo se hizo un buen aporte al sistema político de cara al próximo gobierno, se proporcionó muy buena información a los asesores en Agro de los presidenciables, quedamos muy contentos y muy agradecidos por el acompañamiento que tuvimos”.
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El discurso de la presidenta de la SPF
Buenos días a todos, en nombre de la Sociedad de Productores Forestales es un honor poder darles la bienvenida a nuestro sexto desayuno forestal.
Para nosotros estas instancias representan un momento clave en el año, una oportunidad para detenernos, reflexionar y compartir sobre nuestro sector.
Hoy nos reunimos no solo para analizar lo que hemos alcanzado hasta ahora, sino también para mirar hacia adelante, explorar juntos el camino que tenemos por delante y las posibilidades que el futuro nos ofrece.
Por eso, el nombre de este encuentro es “Hacia el futuro de la forestación”, un llamado a pensar estratégicamente en lo que viene y a fortalecer nuestro compromiso con el desarrollo sostenible y responsable del sector.
Y para poder proyectar el futuro, primero debemos tener una visión clara de dónde estamos y cómo llegamos hasta aquí.
Por eso, quiero compartir con ustedes algunos datos que nos brindan una perspectiva sólida del panorama actual.
Como muchos de ustedes ya saben, el desarrollo sostenido de nuestro sector en Uruguay tiene su origen en la Ley Forestal 15939 aprobada por los tres partidos políticos en 1987.
Esta política de Estado, que ha sido respaldada y mantenida por todos los partidos políticos que han gobernado el país, ha sido clave para consolidar un sector forestal robusto y maduro.
Gracias a esta visión, hoy tenemos un sector con grandes posibilidades de seguir creciendo, generando empleo y contribuyendo al desarrollo económico del país.
¿Qué respalda esta afirmación?
A modo de ejemplo, en este 2024, con solo el 6% de la superficie productiva plantada, el sector forestal se está posicionando como el principal exportador de bienes en Uruguay.
Además, más de 30.000 personas y 1.800 pymes en todo el territorio trabajan de manera profesional, comprometida y con verdadera pasión por lo que hacen.
Este crecimiento sostenido ha impulsado el desarrollo de nuevas industrias, lo que ha permitido diversificar nuestra economía y generar un impacto positivo en distintas áreas.
Un factor clave ha sido la inversión nacional y extranjera, jugando esta ultima un rol fundamental en el desarrollo de las plantaciones, proceso que comenzó hace más de tres décadas.
Y en la última década, sin duda, hemos sido testigos del importante avance y desarrollo de la fase industrial del sector.
Además de las ya reconocidas plantas de celulosa, que actualmente producen cerca de 5 millones de toneladas anuales, en los últimos tres años hemos visto una expansión significativa, en todas las industrias de la transformación de la madera, tanto en aserrado, debobinado y CLT.
Este fuerte desarrollo industrial ha venido acompañado de mejoras en infraestructura y logística, así como de un notable aumento en la creación de empleo y puestos de trabajo, fortaleciendo aún más la economía nacional.
Y todo esto se ha logrado respetando y cumpliendo con los más altos estándares internacionales de sostenibilidad en forma voluntaria, como son los sellos de certificación forestal FSC y PEFC. El 90% de nuestras plantaciones cuentan con estas certificaciones.
Con todo este desarrollo, podríamos pensar que el sector ha alcanzado su máximo potencial, pero no es así.
Es importante destacar que la forestación genera productos clave que contribuyen a la descarbonización de la economía. ¿Y qué significa esto? Significa aprovechar la capacidad natural de los árboles para capturar carbono de la atmósfera y utilizarlo en la producción de materiales y productos que pueden sustituir a otros más contaminantes.
Los productos forestales son renovables y sostenibles, como la madera para la construcción, paneles y productos de ingeniería de madera, papel y cartón, biocombustibles, y productos químicos derivados de la celulosa, entre otros. Estos productos no solo reducen las emisiones de carbono, sino que también fomentan un modelo de producción más limpio y responsable.
Para comprender plenamente el enorme potencial de desarrollo que ofrece nuestro sector, propongo un ejercicio de proyección en el que sumemos 500.000 hectáreas adicionales de forestación a las que ya tenemos implantadas (llegando a ocupar un 9% de la superficie productiva de Uruguay). Este escenario hipotético nos permitiría visualizar el alcance de los beneficios que podríamos generar.
A continuación, se detallaran los impactos adicionales estimados, que serían muy significativos:
- Una inversión de 1.000 millones de dólares en nuevas plantaciones forestales.
- 4.000 millones de dólares en inversión en plantas vinculadas a la producción de celulosa o fibras textiles con mayor valor agregado.
- 1.000 millones de dólares invertidos en plantas para la producción de madera aserrada, debobinable y CLT.
- El secuestro de 12,5 millones de toneladas de carbono anuales, contribuyendo activamente a la mitigación del cambio climático.
- La creación de 9.000 nuevos empleos directos, impulsando las economías locales y regionales.
- Un aporte adicional de 2.400 millones de dólares al Producto Bruto Interno.
- Un incremento de 1.900 millones de dólares en las exportaciones del país.
- 110 millones de dólares adicionales en recaudación para las arcas públicas.
Estos números no solo ilustran el impacto económico, sino también el rol clave que nuestro sector puede desempeñar en términos de sostenibilidad ambiental y creación de empleo.
La proyección y concreción de ese escenario futuro es posible, pero para lograrlo debemos abordar algunas debilidades en las políticas públicas actuales.
Este espacio es ideal para ello, ya que contamos con la presencia de quienes participarán en la creación y ejecución de esas políticas. Es crucial que conozcan estas áreas de mejora para que, juntos, podamos transformarlas en fortalezas.
Quiero destacar tres puntos clave, que también fueron mencionados por el presidente de la ARU en el discurso de cierre de la Exposición Rural.
El primero es la importancia de contar con normas claras y estables. El éxito que hemos alcanzado en el sector forestal ha sido posible, en gran medida, gracias a la certeza que brindaron las normas establecidas y los organismos de control. Esto fue, y seguirá siendo, un factor decisivo para atraer inversiones y promover el crecimiento, no solo en el sector forestal, sino en cualquier industria. En nuestro caso particular, donde se invierte hoy para obtener resultados en 10 o 20 años, es fundamental que las reglas sean claras, consistentes, no discrecionales y basadas en criterios técnicos objetivos. Solo así podremos preservar lo que tanto esfuerzo le ha costado al país y proyectar un futuro de crecimiento sostenido.
El segundo punto que quiero destacar es la necesidad de agilizar los tiempos y evitar que la burocracia se convierta en un obstáculo. Entendemos y valoramos que los controles son necesarios y, en muchos casos, productivos, pero no deben convertirse en una barrera que frene la generación de empleo y el desarrollo económico del país. La eficiencia en los procesos es clave para que el sector siga avanzando, y necesitamos un entorno en el que los trámites sean más ágiles sin comprometer la rigurosidad de los controles.
El tercer y último punto que quiero destacar es la necesidad de continuar mejorando nuestra infraestructura. Si bien en este gobierno se han realizado importantes inversiones en infraestructura, aun es necesario seguir mejorando la misma para el uso de bitrenes y tritrenes a nivel nacional, una medida que no solo optimizaría la logística, sino que también tendría un impacto directo y positivo en todo el sector agropecuario. Con la incorporación de estos vehículos, podríamos reducir los costos de transporte en un 15%, lo que representa un ahorro muy importante para los productores.
También consideramos que es imperativo llevar a cabo mejoras en tramos de rutas departamentales que actualmente presentan dificultades para el tránsito. Esta situación genera un aumento en la distancia que deben recorrer los camiones, lo que a su vez incrementa los costos para los productores. Además, hay caminos departamentales que cuentan con puentes que no son capaces de soportar camiones con carga completa, lo que resulta igualmente en desvíos prolongados y, por ende, un aumento adicional en los gastos de transporte. Es fundamental abordar estas problemáticas para facilitar el transporte y reducir los costos operativos para nuestros productores.
Por otro lado, quisiera destacar la importancia de abordar los retos que enfrenta el puerto de Montevideo. Además de la celulosa que sale por diferentes puertos del país, por el puerto de Montevideo salen contenedores con maderas de mayor valor, así como barcos que transportan a granel astillas o rolos, en donde nos enfrentamos a dos grandes problemas:
Para los contenedores, el costo es de tres veces más caros que los puertos de la región.
Para los barcos a granel muchas veces falta calado en los muelles lo que se traduce en mayores costos, estamos hablando de gastos adicionales entre US$ 15.000 a US$ 20.000 que implican mover los barcos de muelle, usar estructuras para separar el barco y lograr el calado necesario, etcétera, transformándose en un proceso sumamente ineficiente.
Para concluir, quiero expresar mi sincero agradecimiento a todos los presentes que nos acompañan una vez más en este importante evento. Un reconocimiento especial a nuestros expositores, en particular al economista Ignacio Munyo, quien nos brindará una actualización sobre el estudio que presentó el año pasado acerca del sector.
También quiero agradecer a los diferentes asesores de los diferentes partidos, Cabildo Abierto, Frente Amplio, Partido Nacional, Partido Colorado y Partido Independiente por su valiosa participación.
Por último quiero agradecer a mis colegas de directiva y al staff de la SPF, quienes me han permitido desarrollar esta actividad gremial durante este año y medio, agradezco a todos por su compromiso y colaboración en esta instancia.
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Producción forestal en Uruguay
Tras las expresiones de Basso, el economista Munyo presentó una actualización del trabajo elaborado por Ceres, titulado "La producción forestal en Uruguay - Un sector líder y sostenible", que reproducimos a continuación.
CERES Desayuno SPF - Setiembre 2024.pdf
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