El exceso de lluvias y las inundaciones en Rocha y Treinta y Tres afectaron especialmente a los productores de arroz, dado que ocurrieron en el período de cosecha: hubo una merma de cientos de kilos por hectárea en el rendimiento, se perdieron 60 mil toneladas por desgrane y, por montos difíciles de estimar, hubo daños en chacras y caminería.
Considerando solo las toneladas no cosechadas por el desgrane, equivalentes a la capacidad de exportación en dos buques, a un precio de US$ 500 por tonelada (es lo que se paga por el arroz cáscara) la pérdida es de US$ 30 millones, pero aumenta bastante si ese arroz hubiese sido recolectado y elaborado.
En el caso del rendimiento, el año pasado se obtuvo un récord, 9.647 kilos por hectárea -según el Taller de Arroz del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA)- y luego de varios ejercicios el registro definitivo quedará por debajo de la barrera de los 9.000 kilos.
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Cosecha de arroz en Uruguay termina con atraso
Eso fue informado a El Observador por Alfredo Lago, presidente de la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA), a pocos días del cierre oficial de la cosecha, que sucederá la semana que viene y con un sensible retraso por los problemas climáticos señalados.
Esta semana la ACA reportó que se llegó a cosechar arroz en el 99,3% del área.
Queda hacerlo en unas 700 has a 800 has, por parte de unos pocos productores cuyas plantaciones próximas a la Laguna Merín esta semana seguían bajo agua, incluso es probable finalmente no se haga esa cosecha.
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Esta semana se llegó al 99,3% del área cultivada con la trilla concretada.
Juan Samuelle
Consultado sobre un rendimiento promedio nacional, luego del dato que salió del Taller de Arroz del INIA -8.828 kilos por hectárea-, lo ubicó en el eje de 8.800 kilos.
“Considerando todas las adversidades que tuvimos, consideramos que fue una zafra positiva, porque en un año niño como el que tuvimos siempre se espera una producción algo menor”, detalló.
Admitió que los episodios de lluvias constantes y con varios excesos, que generaron inundaciones, justo ocurrieron en un período crítico, el de la cosecha.
“Hubo lugares en los que en el trimestre que fue de marzo a abril cayeron 1.000 milímetros, un disparate, hay zonas que siguen inundadas y con arroz debajo del agua”, agregó.
Con ese panorama, “sacar 8.800 kilos es muy valorado, habla de la capacidad de los productores de adaptarse a las dificultades”, remarcó.
Los secretos para ganarle al clima
Fueron trascendentes, indicó, varias realidades: el uso de variedades genéticas de arroz de alto potencial de rendimiento y muy adaptadas a las condiciones locales, la constante inversión de los arroceros en tecnología para aprovechar al máximo las pequeñas ventas de cosecha que había cuando se podía ingresar a las chacras y, como se dijo, el tradicional empuje del agricultor.
Lago puntualizó que “el concepto de zafra positiva es en general, porque hay claro productores que tienen 500 hectáreas y por el tema de las lluvias perdieron la mitad y obviamente ahí el negocio no hay modo de arreglarlo”.
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El arroz, en un año problemático para muchos, cierra una zafra óptima.
Juan Samuelle
El costado positivo: precio del arroz fortalecido
Un costado estimulante, resaltó, es que lo que sucedió en Uruguay pasó en la región y en otros polos productivos en el mundo, por lo cual hay una oferta resentida y un precio al alza, con negocios que en promedio han reportado US$ 700 para el arroz elaborado, con negocios en el eje de los US$ 800 incluso.
De una cosecha estimada en 1,3 millones de toneladas ya se negoció el 60%, concluyó.
El precio obtenido es lo que permitirá disimular la caída productiva y que, salvo los casos mencionados, haya un margen de rentabilidad adecuado.
La expectativa está puesta ahora en el precio provisorio que se negociará por el arroz entre productores e industriales, que se espera ascienda notoriamente.