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21 de octubre 2025 - 5:00hs

Como un elemento para reducir la brecha entre los distintos niveles de experiencia, como nueva ola de especialización, como un factor que hace que el mercado exija que todo se haga más rápido, como una herramienta sobrevalorada, o como un conocimiento necesario para mantenerse vigente en el mercado laboral. Son varias las miradas que las diferentes generaciones y actores relacionados con el sector tecnológico tienen hoy sobre la irrupción de la inteligencia artificial (IA) y cómo ha sido su impacto en este rubro.

“Dominar IA puede abrir muchas puertas muy rápido, pero el desafío es que el piso de entrada subió. Ya no alcanza con saber programar o manejar herramientas básicas, las empresas buscan perfiles híbridos: gente que entienda de datos, que sepa integrar IA en procesos reales y que tenga pensamiento crítico para supervisar lo que hace la tecnología”, resumió Pablo Fleurquin, coordinador de la carrera de Ingeniería de Datos & IA en la Universidad de Montevideo (UM) sobre los cambios en este mercado laboral.

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Los datos muestran que en Uruguay los empleos en ciencias de datos e IA crecieron 245% en la comparación interanual durante el tercer trimestre de 2025 y un 526% desde el lanzamiento de ChatGPT. Este incremento, detalla un informe recientemente publicado por la consultora Advice, comprende a profesionales y técnicos de diferentes perfiles como data scientists, ingenieros de machine learning y especialistas en modelos de lenguaje (LLM), que son buscados para desarrollar soluciones de automatización y crear nuevas oportunidades de negocios mediante productos y servicios basados en IA.

“Las empresas y el mercado laboral demandan hoy nuevas habilidades y conocimientos, por encima de los que podríamos identificar como tradicionales, en áreas tan variadas como el desarrollo de software —que requiere que técnicos y profesionales comprendan cómo utilizar de forma efectiva herramientas que asisten al desarrollo y la programación—, así como en otras áreas vinculadas a la administración y la contabilidad, donde el uso de estos sistemas implica una mejora significativa en productividad y eficiencia”, explicó Mangarelli.

Las experiencias en primera persona

“Sin dudas creo que aprender IA es fundamental hoy, es lo que las empresas buscan, y tener conocimientos en esa área te da una ventaja enorme”, sostuvo Dana Castromán, que a sus 23 años trabaja en la empresa Cavepot como software developer y ve a la IA como una herramienta que permite acceder mucho más rápido a la información necesaria. Como aspecto negativo, mencionó que la irrupción de esta tecnología también genera que el mercado exija resultados cada vez más rápidos, y que esa presión a veces puede afectar la calidad del trabajo.

Sin embargo, dentro de una misma generación conviven diferentes posturas sobre el impacto de la IA.

“Desde mi punto de vista es una herramienta increíble, ayuda un montón en ciertos aspectos. Pero estoy muy seguro de que se la está sobrevalorando y no es tan mágica como ciertas personas la describen”, sostuvo Nicolás Borges, de 25 años, senior developer en Urudata.

En este sentido, explicó que la tecnología es muy útil en el día a día para resolver problemas específicos y repetitivos, lo que contribuye a aumentar la productividad, pero todavía está lejos de generar transformaciones profundas en la forma de trabajar.

“La ventaja más grande para mí es estar acostumbrado al cambio constante y abrupto desde siempre. En este sector el cambio es constante, constantemente están saliendo nuevas tecnologías y metodologías. Desde que nací el mundo ha cambiado un montón y creo que estos cambios exponenciales nos acompañan mucho más a las nuevas generaciones”, agregó sobre la relación entre los jóvenes y la adaptación al cambio.

Para Martín Caputi, un perfil más senior que, a sus 38 años, se desempeña como delivery manager en la operación de Evertec Brasil, la inteligencia artificial es una tecnología que aún estamos aprendiendo a comprender en profundidad.

“Abre enormes posibilidades para optimizar el tiempo en tareas diarias como codificación, operación de plataformas, diagnóstico de problemas e incluso en la gestión de documentos y correo”, mencionó.

Además, agregó que esto permite desarrollar productos y servicios más personalizados, utilizando de forma inteligente los datos del cliente o usuario final.

“Desde lo profesional, lo veo como una nueva ola de especialización —como lo fue Internet o la nube en su momento— que redefine el perfil del profesional de TI”, señaló.

“Sin dudas es un barco al que hay que subirse”, sostuvo.

Melania La Rosa, ingeniera electrónica en computación con 36 años de trayectoria y 57 años de edad, destacó los cambios constantes que atraviesa el sector y la importancia de mantenerse actualizado, así como el rol que tienen las empresas en ese proceso.

“Cuando trabajas mucho tiempo en una empresa, casi siempre usas la misma tecnología. Si la empresa cambia y se actualiza de herramientas, aprendes esas nuevas herramientas, de lo contrario tienes que seguir usando la misma. Eso tiene una desventaja, ya que si la empresa no se actualiza uno se va quedando atrás en cuanto al uso de la tecnología” mencionó.

En esta línea agregó que esto se hace aún más visible cuando uno está en una búsqueda laboral. “Allí es cuando realmente uno se puede dar cuenta de los cambios y adelantos vertiginosos de la tecnología y de la necesidad de aprender a usar lo que piden las empresas en ese momento, que no siempre es lo que usaba en la empresa”, sostuvo.

De los desafíos y oportunidades a nivel de inserción laboral hasta la necesidad de invertir en la reconversión

Parte del desafío actual para todos los profesionales y generaciones, detalló el decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad ORT Uruguay, es desarrollar las habilidades necesarias para entender cuándo y cómo utilizar los sistemas de inteligencia artificial generativa, qué sistemas son los más efectivos para determinados escenarios y, en todos los casos, mantener criterio, sentido crítico y ética en la aplicación y uso de estas herramientas y tecnologías.

Esta tecnología empieza así a requerir nuevos roles y sustituir tareas repetitivas en el sector, lo que trae consigo desafíos y oportunidades para tanto las generaciones más jóvenes como para las más experientes.

En el último caso, para Anibal Gonda, vicepresidente de Talento de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI), la IA empieza a poner al sector en un examen permanente que exige actualizarse y reconvertirse.

“Hay varias empresas que están trabajando con planes de formación +45, +50, eso es parte de esa reconversión que vamos a necesitar en el corto plazo”, comentó, a la vez que destacó el papel que tiene la inversión por parte de las empresas para mantener a sus empleados actualizados y que las empresas no queden obsoletas.

En tanto, a las nuevas generaciones esto les exige ser más creativos y pensar cuál es el aporte humano que hacen detrás de su tarea.

“Más allá de la formación universitaria también tienen que preocuparse por las cosas que aportan valor a nivel personal, la comunicación, la creatividad”, mencionó.

En este sentido, Fleurquin sostuvo que áreas que antes estaban enfocadas en perfiles junior ahora las resuelven modelos automatizados, y eso “empuja a formar profesionales con más criterio, capacidad de análisis y dominio de estas tecnologías”.

“En lugar de tener conocimientos de sintaxis de algún lenguaje de programación, el informático del futuro va ser más un arquitecto que vea todo el bosque y orquestre las partes. En definitiva, menos ejecución mecánica y más capacidad de conectar lo técnico con lo estratégico. Más capacidad de salir al mundo real e interpretar una experiencia humana. El saber programar cierto lenguaje ya no es enteramente relevante como antes”, dijo el coordinar de la UM.

Como contraparte, Gonda y Mangarelli coincidieron en que el uso efectivo de estas herramientas también brinda la oportunidad de reducir la brecha entre distintos niveles de experiencia.

“Para los jóvenes, en particular, representa una oportunidad: por un lado, de aprovechar al máximo el hecho de ser nativos digitales y su vínculo cercano, estrecho e intuitivo con la tecnología; y, por otro, de utilizar de forma efectiva estas herramientas para acortar la brecha entre quienes recién ingresan al mercado laboral y quienes ya cuentan con amplia experiencia”, sostuvo el representante de la ORT.

Todo esto ha llevado a las universidades a adaptar también sus currículas para estar actualizados y preparar a los estudiantes para su futuro laboral.

“Hace ya algunos años que las distintas universidades han estado trabajando en el tema de formación, hoy tenemos prácticamente en todas las universidades una o dos carreras ya sean de grado o de posgrado que están orientadas a lo que es IA y data science”, sostuvo Gonda.

Pero esta actualización curricular y de carreras disponibles, sostuvo Mangarelli, va más allá de una carrera en particular.

“Este cambio tan relevante, impulsado por la tecnología, implica la incorporación de contenidos en múltiples materias y áreas de conocimiento, reflejando cómo utilizar estas tecnologías en todas las currículas”, agregó.

En este sentido, Gonda agregó que independientemente del mundo tecnológico, las profesiones están en crisis y las personas necesitan actualizarse y ver cuáles son los aportes que tiene la IA en sus labores para utilizarla para potenciar su trabajo”.

El futuro del sector para los protagonistas y expertos

En cuanto al futuro del sector, las visiones coinciden en que la inteligencia artificial será un eje transformador, aunque con distintos matices sobre la velocidad y profundidad del cambio. Para Castromán, la tecnología estará presente “en absolutamente todos los sectores”, con muchas más áreas y especializaciones impulsadas por el uso de la IA. Borges, en cambio, considera que hoy existe “una sobreexpectativa” respecto a lo que puede hacer esta tecnología, y que esa percepción irá cayendo poco a poco. A su entender, modificará algunos aspectos del trabajo, pero “en general se va a mantener similar a lo que es hoy en día”.

Por su parte, Pablo Fleurquin sostiene que “se está gestando un cambio profundo pero gradual”, ya que la IA no es solo una herramienta nueva, sino que está reconfigurando los roles dentro del sector

En la misma línea, Eduardo Mangarelli plantea que los sistemas de inteligencia artificial generativa ya impactan en todas las profesiones, y recordó que siempre es relevante recordar y tener presentes los riesgos implícitos en estas tecnologías, como los sesgos, las alucinaciones o los riesgos de privacidad.

“Este conocimiento es parte de la completitud de un profesional que utiliza de forma efectiva las herramientas de inteligencia artificial generativa”, sostuvo.

Para Caputi, el sector seguirá creciendo y explorando nuevos nichos a medida que la adopción de IA se consolide “como una infraestructura o ecosistema básico en cualquier empresa de TI”, permitiendo mayor eficiencia, rentabilidad y la generación de productos o servicios que hoy no existen. Además, prevé una creciente demanda de perfiles menos técnicos y más orientados a la inteligencia de negocios o análisis de datos, con un buen dominio de IA.

En tanto, Aníbal Gonda subrayó que la formación será “algo permanente”, parte esencial de la inversión que deberán asumir tanto los profesionales como las empresas.

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