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21 de septiembre 2025 - 5:00hs

Aunque el 26% de las compañías del país están bajo la conducción femenina, la presencia se concentra en sectores como educación (71%) y salud (56%), mientras que en rubros como industria, comercio internacional y agro la participación de la mujer se reduce de forma significativa.

Algunos de estos datos fueron el eje de reflexión en la jornada “Empresarias transformando valor”, organizada por el capítulo Uruguay de la Convergencia Empresarial de Mujeres del Mercosur (CEMM), que reunió a empresarias, ejecutivas, emprendedoras y referentes del sector público y privado.

La jornada dejó sobre la mesa los avances, las brechas y las políticas necesarias para potenciar la participación de las mujeres en tres sectores clave: el agro, la industria y el sector exportador.

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Mujeres en la industria

La participación femenina se reduce al observar sectores como el industrial, donde la representación oscila entre un 18% y un 21% y donde la brecha se amplía todavía más en áreas vinculadas a la ciencia y la tecnología. En el rubro de tecnologías de la información y la comunicación (TIC), por ejemplo, solo el 17% de las compañías son lideradas por mujeres.

Para Silvana Ravía, coordinadora técnica de la Unidad de Políticas de Innovación del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), revertir estas cifras requiere un abordaje integral.

“Tenemos que trabajar en la etapa de formación y educación, en derribar sesgos que no solo nos dicen que no podemos ser líderes de una empresa, sino también que hay disciplinas de la ciencia, la tecnología y la información que no podemos abordar”, señaló.

La especialista advirtió en la oportunidad que muchos de los obstáculos aparecen desde la infancia.

“Las niñas creen que determinadas áreas del conocimiento como la matemática, las tecnologías o las ingenierías no son para ellas. Dejan de creer que son capaces de estudiar carreras científicas y tecnológicas. Tenemos que trabajar en despertar vocaciones científicas”, sostuvo.

Entre los desafíos, Ravía destacó la necesidad de políticas de corresponsabilidad en el cuidado familiar y de mayor acceso a instrumentos de financiación.

“Se ha visto que las mujeres acceden a menos herramientas financieras que potencien su desarrollo como líderes empresariales”, explicó.

En ese sentido, contó que el MIEM trabaja en el fortalecimiento de su Unidad de Desarrollo Social y Género y prepara la nueva política de desarrollo industrial que se presentará en febrero de 2026, con una fuerte perspectiva de género. El plan, apoyado por una consultoría de la CAF (Banco de Desarrollo de América Latina), busca diagnosticar oportunidades en sectores estratégicos como el forestal y maderero, la mecánica y los alimentos envasados.

Además, anunció que recientemente lanzaron programas como Mujeres que Transforman, un fondo no reembolsable para micro, pequeñas y medianas empresas lideradas por mujeres, con apoyos de hasta $ 450.000 por proyecto y una inversión total de $ 3,5 millones. El objetivo de la iniciativa es fortalecer la competitividad e impulsar procesos innovadores.

Mujeres en el agro

Según las cifras relevadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) en el último censo agropecuario, el 73% de los productores rurales en Uruguay son hombres y el 27% mujeres.

Con estos datos de base se puso en marcha una política de género que busca proyectarse al año 2040 y que involucra a todos los institutos agropecuarios para empoderamiento de las mujeres en el sector.

Entre las metas concretas se destacan llegar a 3.000 mujeres con capacitaciones agropecuarias y a 1.000 mujeres con apoyos directos a la producción, explicó Paula Florit, coordinadora de la Unidad Especializada de Género del MGAP.

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Agro: el Plan Agropecuaria promovió la capacitación de 2.000 mujeres del medio rural.

Agro: el Plan Agropecuaria promovió la capacitación de 2.000 mujeres del medio rural.

También se creó una comisión de seguimiento integrada por organizaciones de la sociedad civil, que tiene la tarea de monitorear la implementación de estas políticas.

El plan incluye ciclos de formación en liderazgo, capacitaciones en sustentabilidad y gestión ambiental, así como instancias específicas para reforzar el papel de las mujeres en sus propios predios. A su vez, el MGAP trabaja junto al sector privado para mapear empresarias vinculadas al agro y diseñar programas de formación en negociación y gestión empresarial.

Mujeres en la exportación

En 2019 Uruguay XXI identificó un vacío: hasta ese momento no existían estudios sobre la relación entre mujeres y exportación en el país. Tras dos procesos de relevamiento, la agencia confirmó lo que intuía: las exportaciones siguen siendo un terreno con marcado sesgo masculino, especialmente en los cargos de decisión.

Los datos mostraron que la participación femenina es mayor en empresas de bienes que en las de servicios, 33% de las compañías exportadoras de bienes son lideradas por mujeres frente al 25% en servicios. En las primeras también se observa que un 42% tiene al menos una mujer entre sus propietarias. No obstante, la presencia femenina se concentra en áreas como recursos humanos, marketing y comunicación, más que en los niveles de decisión estratégica.

“Tratamos de que todas las empresas puedan transformarse en exportadoras, porque dinamizan la economía y tienen una vida mucho más larga”, señaló Larissa Perdomo, gerente de Marca País de Uruguay XXI y responsable de la política de género dentro de la institución.

En su presentación la ejecutiva señaló que las empresas lideradas por mujeres enfrentan más dificultades para internacionalizarse. En parte, porque suelen enfocarse en el mercado interno debido a que las tareas de cuidado limitan la posibilidad de viajar al exterior. A ello se suma el factor cultural en determinados mercados internacionales, apuntó, en los que “los negocios todavía los hacen hombres con hombres”.

En este escenario sostuvo que el acceso a datos de género se vuelve clave para diseñar políticas públicas efectivas.

Además, detalló que aunque Uruguay XXI aún no ha lanzado programas específicos para mujeres exportadoras, sí aplica medidas de discriminación positiva: otorga visibilidad a empresas lideradas por mujeres en misiones comerciales, ferias y eventos internacionales.

Esperamos que en los próximos presupuestos podamos contar con iniciativas específicas, como ya tienen otras agencias de promoción en el exterior”, adelantó Perdomo.

El liderazgo y los desafíos en otros sectores

Cuatro uruguayas representaron recientemente a Uruguay en un programa internacional que reunió a mujeres líderes de distintos países con el objetivo de potenciar sus habilidades y expandir redes de contacto, denominado Santander Women 50.

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Se trata de Agustina Salvo, especialista en marketing, comunicación estratégica y branding y consultora independiente; Andrea Melle, chief product officer en codiversity.tech; Claudia Briceño, directora y gerente de marketing de Investa Trust; y Lucía Bustamante, directora de producto y diseño en thinkrr.ai, startup de inteligencia artificial especializada en agentes virtuales de voz.

Las uruguayas fueron elegidas entre más de 10.000 postulantes de 11 países y compartieron la experiencia junto a un grupo de 50 mujeres de distintos sectores y naciones.

En diálogo con Café & Negocios, Salvo repasó su experiencia y los desafíos que aún enfrentan las mujeres en posiciones de liderazgo en Uruguay y el mundo.

“Conocí en la experiencia una red que me hizo darme cuenta que, como mujeres en posición de liderazgo, no estamos solas y a todas nos pasa lo mismo”, señaló.

En este sentido, la especialista destacó que las barreras más frecuentes son la falta de presencia en las mesas donde se toman decisiones, el “síndrome de la impostora” y la dificultad para que las voces femeninas sean escuchadas con el mismo peso que las de sus colegas varones.

“Todavía cuesta el doble justificar algo o pedir recursos para nuestras áreas de liderazgo”, advirtió.

En industrias más masculinizadas, como la minería o la ingeniería, agregó, aún persiste el prejuicio de que la mujer no es la persona que toma decisiones.

A eso se suman los dilemas de conciliación familiar, que recaen de forma desproporcionada en las mujeres.

“A los hombres no se les pregunta cómo van a compatibilizar la paternidad con el trabajo, a nosotras sí”, ejemplificó.

Salvo también remarcó la importancia de dar visibilidad a las mujeres que llegan a posiciones de liderazgo y de que las empresas implementen políticas de género más allá de las cuotas obligatorias.

“Todavía falta contar con aliados en los niveles más altos de decisión, que abran espacios y acompañen a más mujeres a llegar”, sostuvo.

Finalmente, destacó las fortalezas del liderazgo femenino: empatía, capacidad de escucha, organización y resolución.

Además, proporcionalmente las mujeres líderes presentan una formación académica más alta que sus pares masculinos: el 70% de ellas cuenta al menos con educación terciaria no universitaria, o bien con títulos universitarios de grado o posgrado, mientras que entre los hombres esa proporción es del 54%.

“Hoy se están abriendo puertas, hay cada vez más mujeres en roles de liderazgo, sobre todo en startups y en empresas tecnológicas. Pero todavía tenemos que seguir trabajando para cambiar sesgos y paradigmas que nos limitan”, concluyó.

Temas:

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