¿Cuánto de tu vida le contaste a la inteligencia artificial?
Cómo clonarte a vos mismo con inteligencia artificial
Con cada conversación, tu perfil digital se vuelve más preciso; ¿dónde está el límite?
Con cada conversación, tu perfil digital se vuelve más preciso; ¿dónde está el límite?
¿Cuánto de tu vida le contaste a la inteligencia artificial?
Hoy quiero hablarte de cómo los usuarios podemos entrenarnos a nosotros mismos usando IA, y qué beneficios (y riesgos) puede tener ese proceso.
La clonación de los usuarios con inteligencia artificial se está popularizando en los últimos tiempos.
Cuanta más información le brindamos a la IA sobre nosotros, más personalizadas pueden ser sus respuestas según el objetivo que tengamos.
Con la última actualización de ChatGPT, muchos de esos recuerdos ahora se guardan de forma automática, aunque todavía puede omitir algunos detalles. Por eso, si sos ingeniero y estás trabajando en un proyecto específico, es clave que se lo digas explícitamente y le pidas que lo recuerde.
Lo mismo si sos periodista y escribís sobre tecnología: cuando le pidas redactar una nota, va a recomendarte temas o estilos acordes a lo que solés hacer.
Otra forma de "entrenar" a la IA con datos personales es crear un asistente personalizado. Para eso tenés que ser usuario pago de ChatGPT o Gemini (cuesta US$ 20 mensuales) y crear un GPT o un Gem. A ese asistente podés cargarle archivos con información propia: desde tu forma de escribir y tus intereses hasta tus problemas de salud. Esa base le servirá, por ejemplo, para recomendarte recetas, rutinas deportivas que contemplen tus lesiones o darte ideas alineadas con tus gustos.
También hay formas más curiosas de entrenarla. Supongamos que se te ocurre una idea y se la compartís a ChatGPT. Podés pedirle que la guarde. Semanas después, podés volver y pedirle un repaso de todas las ideas que registraste.
Incluso tiene algo parecido a una "memoria emocional". Si le contás que solés estresarte porque tu jefe te habla mal, y tiempo después le decís que estás estresado, te va a preguntar si volvió a pasar algo con tu jefe y te ofrecerá formas de abordarlo.
Una experiencia personal con este tipo de entrenamiento fue el clon de mis propias fotos. Probé Aiselfi, un emprendimiento que genera selfies profesionales a partir de imágenes personales.
Como contamos en una nota reciente en El Observador, la herramienta te pide subir entre 8 y 15 fotos "de buena calidad" y, a partir de eso, genera retratos profesionales para usar en redes sociales. Es una solución para quienes no tienen buenas fotos o les cuesta sacárselas.
También está HeyGen, una herramienta para clonarse en video. En mi caso no llegué a completar el proceso, pero cuando tenga el resultado lo voy a compartir en redes.
ElevenLabs, que permite clonar la voz y que está teniendo un impacto real en el mundo de los deepfakes. Con unos pocos minutos de audio de entrenamiento puede replicar la voz con tono e inflexión similares al original.
Clonarse puede tener muchos beneficios, pero también hay riesgos: otros pueden clonarte para hacerte daño.
Cuanta más información le damos a estas herramientas, más nos conocen… y hay quienes sostienen que más nos pueden manipular.
Tenés que saberlo: las inteligencias artificiales se están desarrollando para generar un apego emocional, más que un uso estrictamente funcional.
No es casual que muchas veces sus respuestas a tus ideas sean "buenísimas" o halagadoras por defecto.
Tampoco es casualidad que uno de los principales usos actuales de la IA sea de tipo terapéutico o emocional.
Todos estos aspectos hay que tenerlos en cuenta para saber hasta dónde llegar y cuándo poner un límite.
En los últimos meses he hecho entrevistas sobre IA a emprendedores uruguayos y a expertos que hablan sobre estos temas, y una de las ideas que más me quedó resonando es cómo nuestros clones se vincularán con clones de los servicios que contratemos.
Esto significa que si tenés que pedir hora para la peluquería, tramitar una nueva tarjeta de crédito o encontrar un taller para reparar tu celular, ya no será una tarea que hagas vos directamente, sino un agente. Ese agente no se comunicará con una persona, sino que interactuará con otro agente.
Vamos hacia un mundo donde los clones que creemos interactuarán entre ellos. Esta idea ya se está probando en herramientas como Zapia, la IA uruguaya en WhatsApp que está explorando estos servicios.
Esto tiene un impacto también en el mundo fúnebre. Hay quienes piensan en clonarse a sí mismos para que su voz o su forma de hablar siga presente cuando ya no esté físicamente en este plano.
El futuro es mucho más sintético de lo que imaginamos. La cuestión es: ¿cómo nos preparamos para eso? Por lo pronto, debemos estar más informados.