Para Ernesto Tabárez el rock no es solo un género musical. Es un sonido que refleja la rotura. "Para mí, el rock es un sonido, más que un género musical", dice en el sexto capítulo de Rock State. En conversación con la periodista de El Observador, Federica Bordaberry, agrega que la esencia del rock reside en mostrar lo que está roto.
En sus palabras, "es una rotura, una grieta en la sociedad" que aparece con fuerza tras las consecuencias de la guerra. "Es la sensación de que el mundo iba a ser perfecto y, de repente, ya no lo era", explica el cantante de Eté & Los Problems, refiriéndose a la época postguerra, cuando el rock comenzó su viaje hacia lo mainstream.
Tabárez va más allá del "rock and roll" como actitud, una idea que él mismo rechaza. Según su visión, la actitud rock no tiene que ver con la pose o la rebeldía superficial, sino con un espacio genuino de autenticidad, donde los más diversos personajes puedan ser ellos mismos, sin miedo a la exclusión. "A mí me interesa la actitud de Lou Reed, David Bowie o Chuck Berry, personas que encontraron en el rock un refugio para ser", señala, aludiendo a aquellos que usaron la música para desafiar convenciones sociales.
Embed - Ernesto Tabárez: "El rock tiene que ver con una sonoridad que no disfraza las cosas rotas"
La actitud rock: autenticidad y resistencia
Al hablar sobre la influencia del rock en su vida, Tabárez explica que el verdadero poder de este género radica en su capacidad de ser permeable y de abrazar otras culturas. "El rock llegó a todos lados cuando la industria decidió que eso pasara", dice. Sin embargo, Tabárez también denuncia "el caretaje" dentro del rock, esas actitudes y apariencias falsas que buscan imitar lo que nunca fue parte del verdadero espíritu rebelde del género. "Lo que no me gusta del rock es la gente que tiene miedo de que la descubran", agrega.
Para Tabárez, el rock es una vía para mostrar, justamente, lo que está oculto. No se trata de construir una imagen o de seguir una fórmula preestablecida, sino de "romper las normas y decir lo que nadie quiere decir". Este enfoque se manifiesta no solo en sus composiciones, sino también en la forma en que Eté & Los Problems ha abordado la música desde sus inicios. "La música no tiene que ser limpia, tiene que ser auténtica, tiene que reflejar lo que está roto", concluye.
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A lo largo de su carrera, Tabárez ha tenido muchos referentes, pero su relación con ellos siempre ha sido de aprendizaje y respeto. En particular, destaca la figura de Eduardo Darnauchans, quien lo introdujo en el mundo de la composición. "Él me enseñó que, más allá de ser un guitarrista, uno debe ser un compositor", cuenta Tabárez, refiriéndose a las lecciones que recibió desde joven. A pesar de que Darnauchans no vivió para escuchar los discos más recientes de la banda, Tabárez afirma que el legado de su mentor sigue siendo fundamental en su proceso creativo.
Este proceso, según Tabárez, está centrado en la autenticidad. "No me interesa si mi música gusta a otros, lo importante es que a mí me guste", dice, destacando su necesidad de crear canciones honestas que reflejen su visión del mundo. A lo largo de los años, el músico ha aprendido a escribir y componer sin la presión de cumplir con las expectativas ajenas. "Escribo porque es mi responsabilidad como compositor. No pienso en las listas de éxitos, solo en hacer música que me haga sentir algo real", comenta.
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Al finalizar la entrevista, Tabárez reflexiona sobre el valor de la canción como una forma de arte única. "Una canción es el objeto cultural perfecto", afirma, destacando la capacidad del formato para encapsular toda la historia humana en unos pocos minutos. "Las canciones pueden ser invisibles, pero a la vez tienen un poder inmenso. Son capaces de guardar el mundo", concluye, reafirmando su función como vehículo de expresión social y cultural.