La industria de la maltería uruguaya atraviesa un período de incertidumbre como consecuencia de una caída del consumo de cerveza en Brasil, problemas de oferta y demanda de materia prima y precios poco competitivos. La suma de esos factores resultó en un freno productivo y envíos al seguro de paro en una de las empresas reconocidas del sector.
Hay tres empresas en Uruguay que se dedican a la producción de cebada malteada, el principal componente de la cerveza. Cervecería y Maltería Paysandú (Cympay, ex Norteña) y Maltería Uruguay (MUSA, ubicada en Nueva Palmira) son propiedad de AmBev (compañía brasileña que también es dueña de Fábricas Nacionales de Cerveza -FNC-). La tercera es Maltería Oriental (MOSA, del grupo brasileño Petrópolis).
La primera enfrenta varios problemas que la llevaron a parar la actividad, según informaron dirigentes sindicales en una sesión de la Comisión de Asuntos Laborales del Senado.
El presidente del sindicato, Eduardo Alza, comentó que desde principios de junio hay personal en el seguro de paro y los trabajadores que continúan con empleo están dedicados a tareas de mantenimiento. En primera instancia, el planteo es retomar la actividad a partir de agosto.
En total, Cympay cuenta con una plantilla promedio de 100 personas, entre obreros y personal de confianza. En épocas normales, la empresa produce 130.000 toneladas de cebada malteada que se venden -casi en su totalidad- a Brasil. Esa línea de negocios representa el 40% de las exportaciones de Paysandú. Pero el momento actual está lejos de ser normal.
Alza dijo a El Observador que persiste en el país vecino una fuerte baja del consumo de cerveza, como consecuencia de un aumento de precios y una migración de los consumidores hacia otras bebidas. Eso provocó un sobrestock de cebada (AmBev también tiene malterías en Brasil y Argentina), que desalentó las importaciones desde Uruguay. “Tienen stock para cubrir la producción hasta fin de año”, dijo el dirigente.
Además, la empresa sanducera tiene problemas competitivos con la fábrica hermana de Nueva Palmira: la tonelada de cebada malteada producida en Paysandú es US$ 20 más cara que la de Colonia. “Eso nos deja en una situación más desfavorable todavía”, explicó Alza.
Ya el año pasado se había proyectado un problema similar de sobrestock de cebada en Brasil y eso hizo que AmBev anunciara el envío al seguro de paro por cuatro meses de los trabajadores de Paysandú. Pero el país enfrentó severas condiciones climáticas con inundaciones históricas. “Se inundaron dos malterías y la empresa precisó todo lo procesado en Cympay. La catástrofe nos salvó”, señaló Alza.
Los problemas locales
Más allá del desfavorable contexto regional, la industria también tiene factores locales que la afectan. Proyecciones privadas realizadas por la asociación Urupov estiman una cosecha de cebada de 190 mil hectáreas que, en su gran mayoría, será destinada a la industria maltera. En la campaña pasada la cebada ocupó 272 mil hectáreas, según datos del Ministerio de Ganadería (MGAP). Eso marca un descenso en el área de cosecha de 30% respecto al año anterior.
“Hay un déficit de hectáreas plantadas porque la cebada ya no es tentadora para el productor. Además, AmBev es muy exigente y entonces el agro migra hacia granos más rentables”, explicó el dirigente.
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Juan Samuelle
Las estimaciones ya generan una expectativa negativa en los trabajadores. “El miedo es que, con la menor cosecha, no se llegue al volumen para mantener activas a las dos plantas. Tampoco se avizora que el sobrestock baje en Brasil. El final de la película es que el año que viene vamos a volver al seguro de paro”, previó Alza.
Otra limitación que tiene la industria de la maltería es la poca demanda local. Fábricas Nacionales de Cerveza, la principal empresa cervecera de Uruguay, solamente consume el 2% de la producción de las dos plantas de AmBev (Cympay y MUSA).
El caso puntual de la ex Norteña genera preocupación en Paysandú, que tiene otras empresas con inconvenientes, como el frigorífico Casablanca y la curtiembre Paycueros.
En la sesión de la comisión del Senado, el dirigente Héctor Macchi comentó un planteo que el sindicato de Cympay había trasladado a la dirección de la compañía, con la intención de reducir algunos costos productivos. La idea es generar energía fotovoltaica a través de paneles solares. “El proyecto, aunque no busca generar la potencia total por el tamaño de la fábrica, sí bajaría el costo del consumo energético”, explicó.
Macchi añadió que el sindicato, para avanzar en la propuesta, mantuvo contactos con ingenieros sanduceros, ediles departamentales y el intendente electo, Nicolás Olivera.
A su vez, la semana próxima los representantes de los trabajadores se reunirán con la ministra de Industria, Fernanda Cardona.