La elección del próximo Consejo Honorario de la Caja Bancaria tuvo un condimento poco esperado: por primera vez hubo dos listas para representar a los trabajadores en el órgano de conducción de la institución. Los días previos estuvieron teñidos de recriminaciones por la supuesta incidencia de los bancos privados con la intención de forzar un cambio. Sin embargo, la lista del sindicato (AEBU) obtuvo la mayor cantidad de votos y mantuvo la representatividad de los afiliados activos.
En medio de préstamos y venta de campos para obtener financiación que le permita cumplir con el pago de las jubilaciones, los afiliados de la Caja Bancaria eligieron este martes a las autoridades que los representarán en los próximos tres años.
La lista 1942 –impulsada por AEBU- consiguió 5.132 votos frente a los 270 que obtuvo la lista 25. Los 5.500 sufragios se completaron con 98 votos en blanco y anulados. La marcada diferencia eximiría mayores comentarios. Pero la presentación de la nueva lista crispó los ánimos del sindicato en las últimas semanas.
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Sindicato bancario
Diego Battiste
El 9 de octubre, Diego Deragon (gerente de recursos humanos de OCA), Gerardo Licandro (gerente de la Asesoría Macroeconómica del Banco Central) y Ricardo Petrone (gerente de operaciones de Prosegur) comunicaron su participación en las elecciones para representar a los trabajadores con la lista 25.
Se presentaron como un grupo de aportantes preocupados y comprometidos con la institución. “La Caja ha enfrentado desafíos significativos en su sostenibilidad económica y financiera y requiere un liderazgo que no solo comprenda estos problemas, sino que también proponga soluciones efectivas y responsables”, decía la carta de presentación.
“La reforma y rescate de la Caja deben ir acompañados por una gestión profesional que garantice la viabilidad a largo plazo de nuestro retiro”, añadía.
La novedad causó malestar en AEBU. Seis días después, Fernando Gambera y Elbio Monegal, integrantes del Consejo Central (órgano de conducción política del sindicato) enviaron una carta al Ministerio de Trabajo (MTSS) denunciando el hecho.
El texto, dirigido al ministro Mario Arizti y al director nacional de Seguridad Social, Daniel García Zeballos, señaló que el principio del tripartismo estaba siendo violentado por la “participación directa y desembozada de la Asociación de Bancos Privados (ABPU), promoviendo una lista de candidatos de su confianza para acceder a la representación de los afiliados activos”.
Expuso que la decisión y acción implicaba una presión tan indebida como directa sobre los afiliados al haber recibido una comunicación institucional de sus empleadores pidiendo el apoyo con su voto a jerarcas de empresas financieras.
“La inocultable intención de establecer una supremacía en la gobernanza de la Caja Bancaria llega al extremo de promover la agenda oficial de la ABPU como propuesta de los candidatos impulsados”, indicó.
El sindicato agregó que la intervención, presiones y promoción de candidatos patronales para representar el orden de los trabajadores activos destruían en forma sustantiva la confianza imprescindible entre los interlocutores sociales.
El lunes 21 –un día antes de las elecciones- AEBU amplió la denuncia. “Reafirmamos que la intervención directa de la ABPU no ha sido una actitud individual de ninguno de sus integrantes ni funcionarios, sino definida y desarrollada por las empresas, lo cual implica una vulneración total de la independencia en los órdenes que hacen al gobierno del instituto”, aseguró el segundo texto.
Informó que dos de los candidatos de la lista 25 habían sido representantes empresariales tanto en la firma de convenios colectivos como en el relacionamiento con el personal.
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Sede central de AEBU en Ciudad Vieja.
Camilo dos Santos
La denuncia sostuvo que esos elementos complementarios dejaron en evidencia la “flagrante violación de los principios que dieron sentido a la gobernanza tripartita de la seguridad social” en la Caja Bancaria.
Con el triunfo electoral ya concretado, el Consejo Central de AEBU reiteró las críticas al intento de avance “patronal”.
“Por primera vez en casi 100 años, las patronales de la banca privada intentaron usurpar la representación de los trabajadores al candidatear a jerarcas de sus empresas, utilizando la presión y las estructuras de los bancos para hacer votar su lista”, dijo en un comunicado.
Complementó que los trabajadores del sistema financiero entendieron que la “intromisión indebida era un intento de avasallar” derechos y supeditar los destinos de la Caja Bancaria a los intereses empresariales.
Déficit y financiamiento de la Caja Bancaria
Al cierre de 2023, la Caja Bancaria acumulaba un déficit de US$ 994 millones y el resultado neto del ejercicio de ese año tuvo un saldo negativo de US$ 106,4 millones. Por tanto, el pago de las jubilaciones empezaría a tambalear.
La situación llevó a que el Parlamento aprobara un proyecto de rescate financiero. Allí se estableció que las tres partes involucradas (gobierno, bancos privados y trabajadores) realizarían aportes especiales.
El Poder Ejecutivo comprometió una garantía soberana para respaldar préstamos que tomara la Caja Bancaria, que quedó habilitada para endeudarse por hasta 2.625 millones de Unidades Indexadas (UI), equivalentes a US$ 385 millones a valores actuales.
Con ese aval la institución gestionó dos préstamos –Fonplata y Banco República- por US$ 130 millones. Además tuvo otro ingreso extra por la venta de un campo ubicado en Villa del Carmen, Durazno, dedicado a la actividad forestal. Esa zona ya era usufructuada por UPM, pero días atrás se acordó la venta del predio con la multinacional por aproximadamente US$ 24 millones. La Caja Bancaria ya recibió US$ 16 millones a cuenta del pago.
Con esos fondos se estima cubrir las jubilaciones hasta la primera parte de 2025.