Nacional le ganó este sábado 3-1 a Liverpool en un partido marcado por un polémico arbitraje de Esteban Ostojich.
Esta temporada, Ostojich tuvo dos impecables clásicos y en las dos últimas temporadas del fútbol uruguayo se ha consolidado, desde ya una vasta trayectoria internacional, como uno de los mejores jueces no solo de Uruguay sino también de América.
Sin embargo, esta tarde su actuación en el Gran Parque Central dejó dudas. Sobre todo en el primer tiempo.
Todo comenzó cuando sancionó con amarilla una falta de Martín Rabuñal sobre Luciano Bossio en una acción donde no hubo entrada temeraria y donde no correspondía amarilla.
A los 16 minutos, sí sancionó con la misma vara un patadón muy violento de Emiliano Ancheta sobre Nicolás Vallejo.
Una jugada y la otra no tuvieron punto de comparación. Si la de Rabuñal era amarilla, la de Ancheta era roja.
Pero cabe interpretar que al pretender jugar el balón, lo de Ancheta sí fue entrada temeraria y no uso de fuerza excesiva. No fue en plancha sobre el rival, intentó disputar el balón pero llegó tarde. Eso sí, nunca retrajo la pierna y buscó levantar en peso al rival como para marcarle la cancha, sabiendo que Vallejo es de los mejores extremos en el torneo local y que propone un juego uno contra uno muy difícil de marcar.
Después llegó el gol de Liverpool donde el trazado de líneas se hizo sobre Manuel Castro y no sobre Abel Hernández, quien se adjudicó el gol con el festejo. No quedó claro, por las cámaras, quién hizo el gol, pero las jugadas de offside son objetivas y siempre hay que darle la derecha al VAR.
Las otras dos grandes polémicas debieron terminar con jugadores de Liverpool expulsados, pero Ostojich decidió sancionar las acciones con amarillas.
Primero con un codazo de Abel Hernández contra Julián Millán.
La Joya se elevó pero hizo un movimiento adicional con el brazo y terminó impactando a Millán en el rostro.
Quedó flotando la sensación de que si el impacto hubiera generado un corte y sangrado, la sanción hubiera sido más grave y Hernández terminaba expulsado. Ostojich solo lo amonestó y Cunha, desde el VAR, validó lo actuado sin llamarlo a revisión.
Posteriormente, cuando Nacional se llevaba por delante a Liverpool al cierre del primer tiempo, tras el empate de cabeza de Nicolás López, Ostojich no castigó con roja una patada desmedida de Martín Rea sobre Nicolás Lodeiro.
Estuvo bien el juez en dictar dos sanciones disciplinarias en la misma jugada: primero por entrada de atrás de Enzo Castillo sobre Maximiliano Gómez y luego por la falta de Rea a Lodeiro.
Pero nuevamente, las dos acciones fueron muy distintas. La primera era amarilla. La de Rea era roja porque no fue nunca a jugar el balón y porque golpeó deliberadamente a Lodeiro por encima de la rodilla para cortar la acción de riesgo.
En la de Hernández puede haber un matiz interpretativo. En la de Rea no caben las dos lecturas: era roja.
En el segundo tiempo el desempeño del equipo arbitral mejoró y cerca del final se sancionó a Rabuñal con expulsión, viéndose perjudicado el volante por una amarilla mal sacada al inicio.
La segunda amarilla fue inapelable por pisotón a Gonzalo Carneiro.