Cuando el jugador de Nacional, Juan Izquierdo, cayó desplomado al piso, automáticamente la ambulancia ingresó al campo de juego tras el pedido urgente de los jugadores que se encontraban al lado de él.
Los médicos ingresaron, le hicieron un par de chequeos rápidos y automáticamente lo trasladaron al centro asistencial que tenía el estadio para luego ir rumbo al hospital Albert Einstein.
Esta atención rápida que se dio en la cancha se debe a que la FIFA tiene un protocolo de atención ante la posibilidad de que un jugador esté sufriendo un ataque cardíaco en cancha.
Tras lo sucedido con el jugador Christian Eriksen en la Eurocopa 2021, que sufrió un paro cardiorrespiratorio en medio de un partido, a tal punto que se debió utilizar un desfibrilador para reanimarlo, la FIFA realizó un protocolo para agilizar esa atención y evitar así los casos de muerte súbita tal como sucedió en la Copa Confederaciones 2023 con el jugador camerunés Marc Vivien Foe.
Para empezar, la FIFA marca cuáles son los signos que pueden estar marcando que haya un ataque cardíaco repentino. Cualquier jugador que se desplome sin haber tenido contacto con otro jugador, el balón o un obstáculo debe considerarse en un ataque cardíaco hasta que se demuestre lo contrario.
Este colapso puede ser reconocido por los jugadores en el campo, el árbitro, los miembros del equipo ubicados en la línea de banda o los miembros del equipo médico de la línea de banda que deben estar presentes en todos los partidos.
A su vez, otros signos pueden ser la inconsciencia y falta de respuesta cuando el jugador no responde en absoluto a ningún estímulo físico o verbal o la respiración anormal o ausente. A su vez aparece una "breve actividad similar a convulsiones o movimientos mioclónicos". "Estos movimientos lentos e involuntarios no deben confundirse con un tratamiento o inicialmente con una convulsión, ya que esto provocará un retraso en el diagnóstico y la reanimación", señala la FIFA.
Los pasos a seguir son acudir inmediatamente al jugador, colocarlo boca arriba y llamar a la emergencia local. En casos más graves se debe iniciar la reanimación cardiopulmonar (RCP) y utilizar un desfibrilador.
Cada club u organización debe tener un plan de acción médica ante estas situaciones. Los elementos del plan médico de emergencia incluyen la capacitación frecuente de los miembros y funcionarios del equipo y deben incluir: el reconocimiento de un caso, cómo responder en la cancha, cómo solicitar ayuda cercana, conocer los servicios médicos de emergencia, cómo retirar y trasladar al jugador desplomado de forma segura fuera del terreno de juego, además de una ambulancia en el lugar dotada de personal capacitado y equipo médico completo.