¿Qué evaluación hacés de estos primeros 5 meses de gobierno?
Yo creo que es un gobierno que se está instalado, que fue quemando etapas, que empezó a marcar un perfil propio. Al principio se lo criticó, y algunos lo siguen criticando, por el estilo que tiene. Pero yo creo que es un gobierno que ha leído bien la nueva etapa que tiene el Uruguay. En los últimos 5 años, Uruguay tuvo la rotura de los puentes políticos. El gobierno anterior dialogaba poco entre ellos mismos, imagínate con la oposición. También rompió algunas cosas, como el salario, los ingresos de la familia, el tema de la dignidad en la labor republicana y en la cosa pública, la violencia, esas cosas se rompieron o se agravaron en Uruguay en los últimos 5 años. Y creo que este gobierno está intentando reconstruir cierta lógica del diálogo, de poder también tener una mirada nacional, más allá de la óptica de cada uno de los partidos políticos. También leer la etapa en la que estamos. La ciudadanía expresó en las últimas elecciones que en realidad no le dio la mayoría a ningún partido político en la Cámara de Diputados. Y eso también exige otro tipo de talante del trabajo, Yamandú es alguien que calza muy bien con eso.
Y a partir de eso, hay que incorporarle a los problemas soluciones. Creo que hay un trabajo importante de ir desactivando algunos problemas que hemos heredado. El rojo de las cuentas públicas es uno, las deudas que habían sido barridas debajo de la alfombra. Más de mil millones de dólares por fuera del perímetro fiscal, que es un eufemismo para decir que es deuda que no fue contabilizada. Pero también las cuentas en rojo de las familias uruguayas. Porque el ajuste, de muy mala calidad como dijo el propio (Javier) De Haedo, terminó siendo con baja de salarios, jubilaciones y pensiones, y en los últimos dos años un carnaval electoral. Yo creo que en ese marco el gobierno va bien y ahora va a transitar quizás una de las principales batallas que es la confección del presupuesto.
En este contexto de restricción fiscal, ¿qué esperás del proyecto de presupuesto?
El presupuesto tiene que tener tres objetivos. Uno es reequilibrar las cuentas públicas. El Uruguay, entre otras cosas, tiene que tener, además de estabilidad política, niveles de estabilidad económica que nos permitan mantener el estatus que tenemos en el exterior. Y eso también tiene un desafío importante porque ahí hay luces anaranjadas prendidas.
Después, el otro objetivo es el cumplimiento de los compromisos. Tenemos un Uruguay que tiene 5 años de atraso en muchos temas. Hay temas que son estructurales, que tienen que ver con que el Uruguay se inserte mejor en un mundo cada vez más complejo, con tener mejores niveles de infraestructura, no solamente de carreteras y puentes, sino logística, cómo tener energía para la producción nacional, para tener niveles de competitividad. Esos son temas estructurales, que hay que solucionar. Otro nivel es el tema más de mediano plazo, que también tiene que ver en cómo recuperamos o reconstruimos ciertas cosas que son básicas para la vida en sociedad y para el Uruguay. Tener salud, tener acceso a un trabajo digno, tener acceso a educación, son cosas mínimas y eso se ha deteriorado. Y después creo que también está el nivel de urgencia. La gente de situación de calle, la gente privada libertad, los 25.000 pesistas, los gurises que están en la pobreza...
Daniel Caggiani
Foto: Leonardo Carreño
¿Cómo se hace para en un contexto de restricción fiscal cumplir con todos esos objetivos?
Primero hay que tener una política de promoción del crecimiento económico. El Poder Ejecutivo ya estableció algunas señas importantes, la política de despapelización de la administración pública y tratar de desburocratizar algún área del Estado. Después, sin duda hay otro tema que es como nosotros aseguramos una tasa interna de retorno de las inversiones que se hagan en Uruguay, de las públicas y las privadas. El Ministerio de Economía está estableciendo que tenemos que tener umbrales de inversión, para tener niveles de crecimiento superiores al 2%, 3%, en el 20% del PBI. Hay un componente de inversión pública que juega un papel importante, sobre todo, para equilibrar las inversiones que se radican en el área metropolitana para que muchas de las actividades económicas que se realizan cerca de la ciudad de Montevideo se puedan también radicar en el interior del país. Pero eso no alcanza, eso es un tercio de la inversión, los otros dos tercios es inversión privada. Para eso tenemos que tener una cartera muy importante de oferta de infraestructura, y el gobierno también está trabajando en eso, para que el sector privado pueda tener una apuesta importante en Uruguay. Y después al mismo tiempo mucho ingenio. Priorizando, que el gobierno ha mostrado en este año de mucha restricción, por lo menos ir focalizando en algunas cosas. Se cumplió con el bono educativo para las familias escolares más embromadas, se cumplió con el compromiso del 3% para los jubilados. Se está mejorando el acceso a medicamentos, se cumplió con rever a algunos proyectos que el gobierno saliente comprometió al gobierno entrante, como Neptuno. Y al mismo tiempo también estamos empezando a diseñar algo que para nosotros también es importante y que para el gobierno anterior no era importante, que es establecer canales de diálogo político y social sobre determinados temas.
Pero, por ejemplo, el programa del Frente Amplio tiene afirmaciones como cumplir con el 6+1% para la educación y la investigación en este período ¿Crees que en este escenario de restricción fiscal es posible?
Estamos es una etapa de reconstrucción nacional. Y para construir algo que nos permita proyectar el Uruguay del futuro, tenemos que reconstruir las bases, las cosas que están rotas. Que un gurí nazca en el Pereira Rossell y que no tenga las condiciones mínimas, cuando sale tiene que irse a un lugar donde tiene tres, cuatro o cinco hermanos, que una madre es la que cincha ese hogar y que se llueve, porque hay ratas. Si vos no podés solucionar eso, es difícil pensar en lo otro. Creo que ahí hay un conjunto de esfuerzos que hay que hacer y si uno tiene que hacer un esfuerzo ahí está la verdadera puntería. Después hay que ir sí a atender ciertos compromisos que nos permitan pensar también en ir resolviendo las necesidades que tiene el Uruguay del futuro.
¿La situación con la que se encontraron y las urgencias que estás describiendo, obligan a revisar los compromisos asumidos en campaña?
Las 63 medidas que el gobierno asumió son prioridades y van a estar aseguradas. Después existe también la realidad. Ayer el Congreso de Brasil fue tomado por manifestantes bolsonaristas. Y sin duda, qué grado de estabilidad política y económica puede tener la economía en un país tan importante para Uruguay como Brasil, sin duda puede cambiar la lógica de lo que pensaste hace 4 o 5 años y menos, hace 4 o 5 meses. Creo que hoy sin duda lo que está claro es que la principal preocupación que tenemos es la incertidumbre de lo que puede suceder. Ni que hablar lo que puede suceder con este muchacho que está allá en la Casa Blanca que todos los días levanta el teléfono y termina cambiando los flujos de comercio mundial. También eso te condiciona.
El gobierno está iniciando las negociaciones salariales con el sector público. El secretario general de COFE, José Lorenzo López, crticó la pauta que presentó el Poder Ejecutivo y dijo que era peor que la que había presentado el gobierno de Lacalle Pou a la salida de la pandemia y que los funcionarios públicos eran parte del ajuste ¿Cómo ves esa situación y la pauta que no prevé crecimiento real?
Hay que ver qué termina pasando. Creo que es muy injusto decir que el gobierno empieza el ajuste fiscal por los funcionarios públicos. Sobre todo porque este es un gobierno que se propone, entre otras cosas, mejorar el ingreso de las familias uruguayas y estableció pautas diferenciales para que los salarios mínimos privados tengan un nivel de crecimiento del poder adquisitivo importante. También es verdad que algunos que hoy dicen eso, el período pasado se los vio muy poco manifestándose contra el gobierno. Más bien, tenían buenos niveles de acuerdo. Creo que eso también marca un poco, a veces es muy fácil reclamar al patrón de izquierda, como decía Pepe. Mirar este tema solamente por cómo me va a mí en mi bolsillo, me parece que por lo menos es una visión un poco corporativista.
Daniel Caggiani
Foto: Leonardo Carreño
¿Qué pensás de la iniciativa de gravar al 1% más rico de la población?
Es muy bueno que el Uruguay discuta cómo avanza en tener mayores niveles de equidad. Primero porque en el último gobierno se instaló esa idea de que la libertad responsable es el único camino para lograr niveles de prosperidad en Uruguay. Yo soy de los que piensan que en realidad la igualdad, entre otras cosas, contiene la libertad. Porque hablar solamente de libertad sin asegurar el acceso a determinados derechos, sobre todo para los que están más postergados, es un eufemismo para defender los privilegios. Entonces creo que volver a colocar la discusión sobre cuáles son los niveles de igualdad necesarios y dignos en nuestro país siempre es necesario.
¿Hay margen en este período para avanzar en ese sentido?
Debatir está bien, lo que nosotros tenemos que también ver es que si esto es una etapa de reconstrucción marca cuáles son los márgenes que vos tenés. El Uruguay tiene que ser más rico y tiene que lograr al mismo tiempo de generar riqueza, distribuirla. Hay algunos que piensan que el mejor instrumento es teniendo una base impositiva más progresiva que la reforma del 2007, hay otros que piensan que ese instrumento es más bien por el camino del gasto. Hay otros que entendemos que es una más integral, tiene que ver con el tema del gasto pero con el proyecto del Uruguay del futuro que te propones. Yo creo que hoy los súper ricos en el mundo son las transnacionales.
A pesar de lo que dijo el presidente Yamandú Orsi, el programa del Frente Amplio habilita a una revisión del sistema tributario. ¿El programa no plantea un compromiso para avanzar en ese sentido?
Los programas habilitan a construir ideas, pero no inhabilitan a debatirlas, y eso creo que siempre es importante.
¿Hay un compromiso ahí de revisar el sistema tributario?
Hay un compromiso de que nosotros no vamos a aumentar la carga impositiva de las familias uruguayas. Eso sin duda. Es más, quizás es una visión hasta un poco más liberal, un conjunto de uruguayas y uruguayas y pequeñas y medianas empresas deberían tener un abatimiento de su carga impositiva. Lo que paga de IVA una familia que gana 25 o 30 mil pesos, en términos relativos, es hasta mucho más que lo que paga alguien que tiene un ingreso superior. Capaz que la mirada también hay que ponerla ahí, no solamente en cómo yo gravo más.
Pero en esa idea de no aumentar la carga impositiva y en línea de lo que hablabas recién, de aliviar a las PYMES. ¿Crees que este gobierno debería avanzar en ese sentido?
La oportunidad del impuesto mínimo global es importante. Ahí son empresas transnacionales que hoy generan actividad económica en nuestro país, generan inversión, generan trabajo, pero parte no solamente de los dividendos sino de sus rentas terminan en los fiscos de los países centrales. Creo que ahí hay una cuestión importante y ahí hay algo que también hay que trabajar. Después es verdad que el Uruguay también ha tenido una política de promoción de la inversión extranjera, que significa casi un 6% de gasto tributario. Y eso también es una política que hay que ver cómo se afina.
Daniel Caggiani
Foto: Leonardo Carreño
¿Qué análisis hacés del relacionamiento con la oposición hasta ahora en un contexto sin mayorías?
Puede ser una oportunidad. Tiene que haber un cambio de chip. Al Frente Amplio le costó reacomodar, incluso hay muchos frenteamplistas que aún no han procesado que el Frente Amplio es gobierno pero que no tiene mayorías en las dos cámaras y por tanto cualquier proyecto de ley que quiera aprobar tiene que tener un esfuerzo de convencimiento y eso creo que también es una oportunidad. Primero para tener un proceso de aprendizaje de que muchas veces las ideas que uno tiene pueden ser a veces las mejores pero no son las posibles. Yo veo a oposiciones. Y creo que también hay partidos que no tienen quizás posicionamientos comunes. Hay más bien liderazgos. No es lo mismo el liderazgo de Bordaberry que el de Ojeda, no es lo mismo el de Álvaro Delgado que el de Javier García, no es lo mismo el Cabildo Abierto de hoy con el del periodo pasado, no es lo mismo Sotelo y Salle, creo que hay también un conjunto de actores nuevos que generan también mayores exigencias.
¿En qué ves que muchos frenteamplistas no asumieron que no tienen mayoría?
Muchas veces los niveles de resultados de las iniciativas normativas tienen que ver con eso, con poder conseguir los votos y muchas veces la propuesta original del Poder Ejecutivo, lo que puede ser el programa de gobierno, muchas veces tiene que vehiculizarse con concesiones o acuerdos. Muchas veces la lectura es "a mí me hubiera gustado que salga tal cosa, a mí me hubiera gustado tal otra", ahora para eso tendríamos que haber gritado el triple para conseguir los votos que necesitamos hoy y tener una representación mayoritaria en la Cámara de Diputados. Capaz que también si algunos integrantes se hubieran esforzado de manera importante, no se hubieran distraído en otra cosa, capaz que hoy tendríamos la mayoría en las dos cámaras.
¿A qué te referís?
Sin duda la distracción de la discusión sobre una enmienda constitucional terminó generando algo que la 609 lo dijo en su momento, que nos ensuciaba el panorama electoral. Creo que eso sin duda hoy es una realidad, hay que asumirla como tal y hay que sobre todo actuar para transformarla, no quejarnos de que sucede.
Uno de los principales puntos de tensión entre la fuerza política y el gobierno ha estado vinculado al conflicto en Medio Oriente. ¿Qué opinión tenés sobre el posicionamiento que ha tenido el gobierno en este tema?
Muy bueno. Yo respaldo. Primero porque en realidad nosotros tuvimos un posicionamiento en el último gobierno que lamentablemente borró con el codo lo que se había escrito con la mano. Es decir, el gobierno de Lacalle Pou hizo una política de seguidismo del gobierno de Netanyahu que la verdad que era vergonzoso desde el punto de vista de la posición soberana de Uruguay. No porque Uruguay no tenga relaciones amistosas con el Estado de Israel, que sin duda es muy importante para Uruguay. Si no porque al mismo tiempo se amputó la posibilidad de señalar, como lo hizo históricamente, los problemas que surgieron de un conflicto que es mucho más amplio, que tiene mucho más tiempo, pero que se agudizó sin duda por la situación del 7 de octubre con la invasión de Hamás y la captura de los rehenes. Y terminó tomando parte y no siendo un vehículo para tratar de solucionar. En ese sentido Uruguay ha retomado una visión más autónoma sin desconocer la amistad que existe con los dos pueblos y además señalando la masacre.
El Frente Amplio habla de genocidio, no de masacre.
Son funciones diferentes. Los gobiernos no solamente representan una fuerza política que gobierna sino que representan el conjunto de los uruguayos y las políticas, más en política exterior, tienen que ser políticas de Estado. Por supuesto que cada uno le pone su camiseta y su corazón pero lo que piensa Uruguay no puede cambiar de un lado para el otro entre diferentes partidos políticos y diferentes presidentes. No somos otro país, nosotros somos Uruguay. Tenemos cierta trayectoria, cierta estabilidad.
¿Vos creés que se está desarrollando un genocidio?
Yo creo que se está desarrollando una matanza importante de mujeres y niños y población civil que nada tiene que ver con las milicias de Hamás y que está generando un problema mucho mayor de hambre, de nutrición, de muerte, que además está generando una migración muy importante. Y eso sin duda es un elemento que hay que señalar, que el gobierno lo ha señalado, que me parece que está bien que lo señale. Ahora después hay temas políticos. A mí me llama un poco la atención, lo tengo que decir, que las marchas en defensa del pueblo palestino comienzan en el PIT-CNT y terminan en la Torre de Presidencia, no terminan en la Embajada de Israel, que es el país que tira las bombas.
¿En qué medidas de los primeros cinco meses crees que se refleja que este es un gobierno de izquierda?
Primero atender sin eslóganes pero con medidas concretas a los más postergados. El Bono Escolar, el convenio de ASSE, el Hospital de Niños, con el Hospital de Clínicas para atender a esos 300 gurises que están con problemas de visión y que algunos incluso estaban en la lista de espera desde el año 2021. La cooperación pública-pública y la focalización en los más postergados. La necesidad de cultivar el diálogo y la mirada del otro. La necesidad de entender el Uruguay todo, no solamente de la perspectiva de Montevideo o de la Presidencia de la República, sino también del conjunto de los departamentos o de los interiores que existen en nuestro país. Recuperar el valor en la educación pública y en la necesidad de que la educación pública contribuya a la inclusión e ir a buscar a esos gurises que hoy se nos perdieron en el sistema educativo. Esas son medidas que muestran el rostro más humano de una perspectiva de la educación. Creo que también la discusión acerca de de cuál es la visión del Estado en determinados temas. La promoción de la producción nacional, en la pequeña y mediana producción nacional rural, en los pequeños lecheros, tamberos, en la definición sobre el tema del papel del Estado en la distribución y en la definición de los proyectos de suministro a agua potable. Son elementos que son, por lo menos van mostrando señas de identidad. Y creo que lo otro es la vocación de permanentemente ir, de Yamandú Orsi y de los principales referentes del gobierno, también de ir convocando a los actores sociales y políticos al diálogo. No es solamente de izquierda. El diálogo no es de izquierda, pero sí por lo menos una seña de identidad que los gobiernos de izquierda en los últimos 15 años lo intentaron practicar.