El último boletín emitido por la Agencia Meteorológica y del Clima del gobierno de Estados Unidos muestra que el océano Pacífico Ecuatorial está registrando su primera semana con anomalías en la temperatura de la superficie del mar, una condición que se asemeja a las características de La Niña. Este fenómeno climático, que afecta los patrones globales de temperatura y precipitación, ya comenzó a impactar algunas regiones, aunque los expertos advierten que aún es pronto para confirmar su establecimiento definitivo, señala Metsul.
Señales de La Niña en el Pacífico Ecuatorial
De acuerdo con los datos más recientes de la NOAA, las anomalías de la temperatura superficial del mar en la región del Pacífico Ecuatorial Centro-Este (zona Niño 3.4) se encuentran en -0,5°C, lo que marca el umbral mínimo necesario para que se considere una fase de La Niña. Esta anomalía es la más baja registrada desde principios de febrero y está lejos de ser una ocurrencia aislada, ya que también se observan temperaturas frías en las costas cercanas a Sudamérica, particularmente frente a Perú y Ecuador. No obstante, como recalca la agencia, este enfriamiento por sí solo no es suficiente para declarar oficialmente que La Niña está en curso. Se requiere que las anomalías se mantengan durante un período mínimo de cuatro a seis semanas consecutivas para una declaración oficial.
Impacto potencial en Uruguay
Aunque aún es incierto si el fenómeno alcanzará su máxima expresión, los efectos de La Niña ya se han dejado sentir en la región sur de Brasil, y Uruguay podría no ser ajeno a este fenómeno. La última fase de La Niña, que tuvo lugar entre 2020 y 2023, fue responsable de una crisis hídrica que afectó tanto a Uruguay como a sus vecinos, Argentina y Paraguay. Las proyecciones indican que, en el caso de que el fenómeno se establezca, podrían repetirse las condiciones de sequía en el sur de Brasil, lo que podría tener efectos similares en el sur de Uruguay.
¿Qué esperar?
Para el sur de Brasil, La Niña suele generar menores precipitaciones, lo que aumenta el riesgo de sequías prolongadas y olas de calor durante los meses de verano. Sin embargo, el fenómeno también puede generar eventos de lluvias extremas, lo que podría resultar en inundaciones en algunas áreas. Aunque el riesgo de sequía está en aumento en la región, los expertos subrayan que las condiciones climáticas en Uruguay dependerán de cómo se evolucione el fenómeno en las próximas semanas.
La Niña, al igual que su contraparte, El Niño, forma parte de la Oscilación del Sur-El Niño (ENOS), un fenómeno que influye en el clima global. A nivel mundial, cuando La Niña está presente, hay una tendencia a la disminución de las temperaturas globales, lo que contrarresta parcialmente el calentamiento global. Sin embargo, debido al fuerte calentamiento de los últimos años, los efectos de La Niña tienden a resultar en temperaturas promedio globales más altas que las que se registraban en fenómenos similares en décadas pasadas.
A pesar de que las señales aún son incipientes, si La Niña se consolida, los meses de octubre a noviembre podrían ser clave para determinar el impacto real en Uruguay. La sequía podría volverse más grave en algunas regiones, lo que requeriría medidas preventivas para mitigar posibles efectos adversos en la agricultura y los recursos hídricos del país. Por otro lado, los patrones de lluvias excesivas en algunas áreas del sur podrían generar riesgos de inundaciones.