“Pedí traslado porque en el 2020 vivimos situaciones de acoso a varios compañeros". "Lo último que escuché fue un insulto de la psicóloga a (una funcionaria) de sueldos, la llamaron de 'gorda cerda' por un problema con un expediente. La funcionaria no escuchó, pero presenció el clima hostil de la oficina. Eso lo escuché yo. Se refieren a algunas oficinas como 'los mongos' o a alguna funcionaria como 'la estúpida', son cosas que yo escuchaba a diario, no sé a quiénes se referían", declaró la funcionaria que denunció acoso laboral en el área de Gestión Humana del Ministerio de Desarrollo Social.
Según relató le dijo “bicharracos” a dos funcionarias, al afirmar que "una vez que se fueran de la división ella asumiría el cargo de directora, cosa que finalmente ocurrió”. Agregó: “Los funcionarios de Registro y Control 'eran monos que lo único que sabían hacer era apretar teclados', yo misma lo escuché. Todo eso hizo que pidiera mi traslado”.
La denuncia motivó una investigación administrativa en diciembre de 2020 por el director general del Mides en el Área de Gestión Humana para "constatar la veracidad de los hechos denunciados" y derivó en un juicio ante el TCA que terminó por confirmar la sanción impuesta por el Mides a la funcionaria, según surge de la sentencia a la que accedió El Observador.
Expresiones "denigrantes e inaceptables"
La psicológa Verónica Bogliacino, directora de la división de Gestión Humana del Mides, fue sancionada junto a otra funcionaria, el 1º de abril de 2022 con una suspensión de 5 días con retención de la mitad de sus haberes. Luego de presentar recursos de revocación y jerárquico ante el Mides, llevó el caso al TCA en febrero de 2023 pidiendo la nulidad de la resolución.
Argumentó que la investigación administrativa fue un "sumario encubierto", denunció que se recabaron 18 testimonios sin tener la posibilidad de controlar, y que la investigación tardó 16 meses por lo que no contó con las debidas garantías para ejercer su defensa.
El Mides rechazó la existencia de un sumario encubierto, argumentó que al concluir la investigación se le dio vista, por lo que no se vulneraron las garantías del debido procedimiento ni el derecho de defensa.
Concluyó que de la prueba recabada surge la conducta inapropiada, y se la identificó "como partícipe de comentarios ofensivos y discriminatorios hacia otros funcionarios del Área de Gestión Humana". Agregó que la sanción dispuesta se encuentra dentro de los guarismos previstos por el decreto que regula las sanciones para los funcionarios públicos.
La sentencia del TCA le dio la razón al Mides y señaló que "a la luz de los principios de inocencia -que favorece a la hoy accionante-, así como de prevención y protección contra la violencia y el acoso que gravan al Estado como empleador, en contraste con los actos atribuidos a la Sra. Bogliacino y acreditados, permiten calificarlos como propios de violencia y acoso moral injuriantes o susceptibles de injuriar la dignidad de las personas que trabajaban en su entorno".
"Las expresiones de la Sra. Bogliacino, aparecen denigrantes estando a las pautas culturales imperantes en la comunidad nacional como surge de la observación de lo que comúnmente acontece y, en consecuencia, justifican la calificación de inaceptables que el Convenio Internacional de Trabajo".
El TCA también valoró que el Ministerio de Desarrollo Social como empleador tuvo en cuenta su obligación de “desarrollar herramientas, orientaciones y actividades de educación y de formación y sensibilización …” para combatir la violencia y el acoso, así como la adopción de una medida de protección de la denunciante, como dispone el Convenio Internacional de Trabajo.
"Sacame a los bicharracos"
La instructora que realizó la investigación administrativa concluyó que no se advierte la existencia de acoso laboral pero sí "un mal relacionamiento" y "conflictos interpersonales en el trabajo".
Concluyó que “existía un grupo de funcionarios dentro de la División Desarrollo Humano que consideraban que se vivían situaciones de acoso laboral, identificando como principal figura acosadora a la funcionaria Viviana Bentancor y varios de ellos a las funcionarias Vanesa Bogliacino y Verónica Laurenzano; y sugirió sancionar en virtud de su conducta omisiva y tolerante ante los hechos probados en obrados, a las funcionarias Verónica Laurenzano y Vanesa Bogliacino por haber cometido una falta calificada como leve”.
Entre los testimonios que recogió la investigadora mencionó que las tres funcionarias mencionadas "se referían a compañeros de Registro y Control como 'monos'. Compañeros me comentaron que escucharon cuando Bogliacino decía: 'sacame a los bicharracos y yo asumo la dirección' mirando hacia los escritorios de los otros tres compañeros que integrábamos Salud Ocupacional".
Otros testimonios dieron cuenta de que se refería a varias de las personas que trabajaban con ella como: “gordo”, “gorda cerda”, “vieja de mierda”, “mongos”, “la estúpida”, “bicharraco”, “monos que lo único que saben hacer es apretar teclados” y “enano”.