El gobierno de Luis Lacalle Pou monitorea con “preocupación” la situación que se vive en Venezuela por las elecciones presidenciales que se realizarán este domingo.
Si bien son 10 los candidatos que se disputarán la presidencia, hay dos –el oficialista Nicolás Maduro y el opositor Edmundo González– que cuentan con los mayores apoyos.
El canciller Omar Paganini dijo a El Observador que el régimen de Maduro “está agotado” y tiene que buscar caminos de salida pero “lamentablemente” ven que el proceso que empezó como una “oportunidad de democratización bien clara” con el Acuerdo de Barbados se ha ido “distorsionando” con bloqueos de candidaturas (como la de María Corina Machado) y el hostigamiento a la oposición. “Se arresta y se detiene gente, hay presos políticos, es un proceso muy irregular”, señaló.
Pese a esto, el canciller consideró que ven “muy movilizada” a la población venezolana y mantienen expectativas de que sea una “oportunidad para el cambio”.
“Es importante que la elección, con todas las restricciones que ya tiene, igual sea lo más transparente posible. Que la gente pueda ir a votar, que sean contabilizados adecuadamente los votos, y que si el régimen –el gobierno– llegara a perder, se comience una transición democrática como debe ser”, subrayó.
“Cada vez más gobiernos de América del Sur quieren que el acto se lleve adelante con normalidad, que la gente pueda ir a votar, que el resultado sea bien contabilizado”, dijo en otra respuesta y consideró que viene “con la cancha desnivelada” por lo que deben ser “muy prudentes”.
Las respuestas del canciller fueron dadas en una entrevista sobre asuntos de la agenda internacional del gobierno que se publicará el fin de semana.
Contactos con la región
Paganini dijo que a los países de la región les preocupó “muchísimo” las declaraciones que hizo Maduro respecto a la posibilidad de que haya un ‘baño de sangre’ si no gana el gobierno. “Eso se puede leer de muchas maneras pero de ninguna es agradable, y nos preocupa mucho la situación en Venezuela si es que hay riesgo de violencia, lo cual no debería pasar”.
El canciller reconoció que están conversando con varios países y que “va convergiendo” en todos la preocupación de que las elecciones sean “lo más transparentes posible”.
Meses atrás, previendo lo delicada que serían las elecciones, el gobierno envió a una diplomática de carrera a Venezuela para hacerse cargo de la embajada.
Paganini señaló que la instruyeron para que “reciba a todos” y consiga información. “Se ha reunido con algunos dirigentes de la oposición y por supuesto que está en contacto con el gobierno (venezolano)”.
A su vez, en el Palacio Santos están en contacto con otras cancillerías para estar “más o menos” en la misma página en la previa y mientras transcurran las elecciones. Prevén que haya “mucho diálogo” el domingo y lunes para tomar las “definiciones” que sean necesarias.
Este jueves, el presidente de Chile, Gabriel Boric, exigió que las elecciones sean "transparentes, competitivas y sujetas a observación internacional", convirtiéndose así en el último líder de la izquierda latinoamericana en reaccionar a la amenaza de Maduro.
En línea con la postura de Lula, Boric afirmó en una entrevista con medios internacionales que "no se puede amenazar bajo ningún punto de vista con baños de sangre, sino que lo que reciben los mandatarios y los candidatos son baños de votos".
"En víspera de esta elección tan importante, formulo un llamado al gobierno y al poder electoral venezolano a garantizar el normal desarrollo del proceso electoral con garantías, en especial para la oposición, otorgando un irrestricto respeto a los resultados que sean debidamente acreditados".