En una entrevista con Hablemos de agro, Basso contó que “las únicas veces” en su vida que no durmió fueron las dos noches previas a aceptar el cargo. “Gustavo Basso era un ignorante curioso”, contó el propio empresario, quien falleció en noviembre de 2024 en un siniestro de auto a los 66 años.
Después de trabajar para De Palleja y Romualdo Rodríguez, Basso se encontró con Walter Hugo Abelenda, otro empresario del sector con quien se asoció para fundar un escritorio. Así nació “Abelenda y Basso”, con una participación en el mercado no menor para ser una firma que permaneció operativa menos de diez años.
Abelenda y Basso separaron sus caminos comerciales tras entender que estaban en etapas de la vida diferentes, comentó un allegado a Abelenda a El Observador. Tras esto nació “Gustavo Basso Negocios Rurales”, con un perfil de negocio destinado al embarque de frigoríficos.
El nacimiento de Conexión Ganadera
El 16 de setiembre de 1999, según los registros del Ministerio de Ganadería, ingresó el primer lote de ganado al sistema de Conexión Ganadera. Fue en la década de 1990 que Basso conoció a Carrasco. Primero lo trataba como su par en materia de negocios y luego desarrollaron una gran afinidad hasta llegar a ser íntimos amigos.
Esto último fue clave para desarrollar una amistad hasta que, uno de los dos, dijo: “No puede ser que el Uruguay esté de espalda al agro”. Luego de eso, se convertirían en socios.
Carrasco y Basso insistían en esa frase cuando iban a convencer a potenciales inversores, bajo el argumento de que era inaudito que en un país ganadero las inversiones se fueran para otros rubros.
Pero la amistad no era solo entre empresarios, porque las familias de ambos se conocieron y en el ruedo entraron sus esposas. Ana Iewdiukow y Daniela Cabral, esta última la esposa de Basso.
Con la promesa –cumplida durante 25 años– de pagar intereses cercanos al 10%, Conexión Ganadera trepó varios escalones de una zancada sola y se consolidó como una compañía confiable con dos respetados empresarios detrás.
La empresa, según sus fundadores, no era la que pagaba intereses sino que el ganado y lo producido a partir de él era lo que generaba el alto interés para un rubro que no suele dejar más del 5%.
Con espalda
Basso tenía cientos de hectáreas de campo, propias y arrendadas, en todo el Uruguay. Miles de cabezas de ganado, una marca que era reconocida a nivel nacional y un escritorio rural que se extendió hasta operar en otros departamentos, como por ejemplo, Lavalleja, luego de que captara la operativa del local de feria Cuchilla de Silvera. También poseía una casa de cambio en Florida, desde el que también operaba como prestamista para los más allegados.
Sebastián Da Silva, senador electo y consignatario de ganado, comentó que Basso era conocido en el rubro por ser una persona recta y que “aparentemente” le iba bien.
“Era un tipo con espalda, que en el trato era impecable. Siempre iba para adelante, no trancaba en nada. Vos precisabas algo y al rato él ya había hecho gestiones. De esa gente queda poca en este país, por eso yo creo que nadie se podía imaginar lo que venía”, agregó el blanco.
El día en que Basso falleció, Da Silva recordó que pensó: “Ahora van a caer todos”, dado que en aquel momento Conexión Ganadera había analizado auditar a República Ganadera para luego evaluar captar su operativa. Esto finalmente no pasó y, visto todo lo que sucedió luego, la empresa no estaba en condiciones de auditar nada.
Un empresario ganadero fue en la misma línea que Da Silva y contó que hace menos de un año le vendió 2.000 cabezas de ganado a Basso. “El negocio lo cerramos a las 13:00 y a las 14:00 ya tenía el cheque de más de US$ 1 millón encima de la mesa. Era un disparate lo rápido que pagaba, daba seguridad y seriedad”, consideró.
Da Silva, por su parte, insistió en que Basso era una “persona segura cuando hablaba de negocios, de agro o de producción”. “Son de esa gente que vos nunca vas a imaginarte que le puede pasar lo que le terminó pasando”, consideró.
El accidente fatal
Basso manejaba un Maserati y quien viera el vehículo pasar por las calles de Florida sabía que era del empresario, dado que no había ningún otro auto similar de alta gama en la ciudad.
Pero el 28 de noviembre de 2024, cuando Basso murió, no iba en su auto sino en un Tesla propiedad de su esposa. No está clara la velocidad a la que circulaba, pero los peritos estiman que era superior a los 170 kilómetros por hora, debido a las características del impacto.
Días antes de morir, allegados al hombre lo vieron “preocupado”. “Estaba constantemente con el celular, no podía mantener una charla sin mandar un mensaje y estaba nervioso, y Gustavo no era un tipo nervioso”, contó a El Observador un productor de Florida (que prefirió mantenerse en el anonimato) quien se había reunido con el empresario días antes de su muerte.
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El hombre murió en el lugar del accidente
Radio Florida
La Fiscalía no sabe qué sucedió antes del impacto del auto contra la máquina vial que estaba en medio de la ruta 5. El fiscal de la causa, Hermes Antúnez, contó a El Observador que el trabajo de los peritos no dilucidará si se trató de un suicidio o de un accidente. “Sí podemos dar una idea en cuanto al contexto. Se dice que el hombre pasó dos veces por el lugar… eso es un indicio, pero no vamos a decir si se trató de un intento de autoeliminación porque no es lo que se busca”, insistió el funcionario del Ministerio Público.
No está claro si el conductor venía desde Montevideo o si había salido de Florida y tuvo que dar vuelta por algo. La máquina vial contra la que chocó estaba hace meses sobre la ruta 5 y Basso era una persona que hacía cientos de kilómetros entre Florida y Montevideo.
Antes del siniestro, Basso dio acceso a algunas cuentas bancarias a personas de su confianza y en charlas “íntimas” pidió a sus allegados que “mantuvieran y no tiraran” el patrimonio familiar. También dialogó con sus empleados allegados, a quienes dio detalles de cómo proceder en caso de que él no estuviera "operativo".
Ahora será la Justicia que decidará cómo proceder con el fin de obtener el dinero que la empresa le debe a los damnificados, que asciende a US$ 250 millones. Se estima, según los abogados, que la esposa de Carrasco y Basso tendrán consecuencias ante el Poder Judicial, además de que también podrán ver afectados sus bienes.