El director, que no estaba nominado, obtuvo el mayor premio de la noche de ayer. El reconocimiento fue una suerte de desprestigio a la Academia por no considerarlo
En una ceremonia entretenida de la mano de Seth MacFarlane, el creador de Padre de familia, ese entregaron los premios Oscar, en su edición número 85, y no hubo grandes sorpresas. Argo fue la gran ganadora, aunque no arrasó, tal cual se esperaba en una noche sin favoritos.
La primera categoría presentada fue la de mejor actor de reparto, en la que Christoph Waltz obtuvo su segundo Oscar por Django sin cadenas. Waltz ya había ganado en 2010 por Bastardos sin gloria. En la categoría femenina, Anne Hathaway cumplió con todos los pronósticos y se quedó con el reconocimiento por su Fantine en Los miserables. Era una categoría cantada y es muy merecido.
En las categorías animadas, Disney ganó todo: mejor corto y mejor película, por Paperman y Valiente, esta última en asociación con Pixar. El excelente Paperman era esperado, pero lo de Valiente puede ser sorpresivo. En lo previo especulaba con que la pelea estaba entre Ralph, el demoledor y Frankenweenie.
La favorita Amour obtuvo mejor película extranjera, una producción alemano-austríaca que obtuvo el premio mayor en el Festival de Cannes el año pasado. Su director, Michael Haneke, ya había estado nominado en 2009 por La cinta blanca.
Fueron unos Oscar con mucha música. Catherine Zeta Jones cantó All That Jazz, de Chicago, Jennifer Hudson cantó su canción de Soñadoras, y el elenco de Los miserables entonó varios de los temas de esa película. Todas fueron performances de gran nivel, sobre todo la de Hudson: es una vocalista increíble. Adele brindó una acostumbrada rendición espectacular de Skyfall, de la última James Bond. Más tarde, la vocalista inglesa obtuvo mejor canción original por ese tema.
Los reconocimientos a los mejores guiones no tuvieron sorpresas: Chris Terrio, por Argo, ganó en el rubro adaptado y Quentin Tarantino, por Django sin cadenas, en el original. Como dijo Tarantino en su agradecimiento, todos los nominados eran de muy alta calidad. “Es el año de los escritores”, gritó antes de irse del estrado.
El complicado premio al director, dadas las controversiales faltas de Ben Affleck, Quentin Tarantino y Kathryn Bigelow, fue para Ang Lee, quien lo merecía ampliamente. Su trabajo en La vida de Pi fue magnífico, sin dudas lo mejor de esa muy buena película. De verdad su trabajo es impresionante.
En las categorías de actuación principal, no hubo sorpresas: Jennifer Lawrence, que se cayó yendo a buscar su estatuilla, triunfó en la más reñida por su espectacular performance en El lado luminoso de la vida, y Daniel Day-Lewis, que dio vida en la pantalla a Lincoln, se convirtió en el primer actor de la historia en obtener tres Óscar a mejor actor principal.
Finalmente, Como se esperaba, Argo obtuvo el premio a mejor película. Ya que sorpresivamente Ben Affleck quedó afuera de la lista de los nominados como mejores directores y se había generado mucha simpatía para con esta película. Fue un poco un desprestigio para la Academia por no nominarlo, pero Affleck se mostró muy humilde y emocionado y no tocó el tema.
MacFarlane hizo un gran trabajo. La apertura y el cierre de la ceremonia fueron muy graciosos, y el creador de Ted logró una gran labor para la noche más importante de Hollywood. Una sin sorpresas, pero que premió a quienes lo merecían.