¿Dónde estabas, Michelle Pfeiffer?

Michelle Pfeiffer estaba desaparecida. La actriz nunca dejó de trabajar, pero sus roles cinematográficos eran pocos, espaciados, y sin el alto perfil de sus apariciones más taquilleras durante la década de 1980 y 1990, prefiriendo roles de reparto en producciones con múltiples nombres célebres o filmes de menor escala.

Este exilio de los focos de Hollywood fue en parte biológico. Porque el cine comercial no suele guardar papeles destacados para mujeres de mediana edad, algo de lo que se han quejado una y otra vez las actrices. "Cuando estaba cerca de los 40 pensaba que cada película podía ser la última", dijo Meryl Streep al Washington Post en 2016. "De adolescente o veinteañera tenés una abundancia de roles ingenuos que son divertidos de interpretar. De ahí en más sos la novia o la esposa, una especie de ciudadano de segunda categoría", explicó Liv Tyler a la revista More. Algo similar expresaron Sandra Bullock o Emily Blunt.

El exilio de Pfeiffer también fue voluntario. Entre el 2000 y 2007 se dedicó a desmantelar su empresa productora, Via Rosa; a criar a sus dos hijos y a rechazar papeles grandes como el de la Bruja Blanca en la adaptación de Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el ropero. "Hice muy difícil que me contrataran", dijo al diario español El País este año en el Festival de Venecia.

Pero los niños crecieron, las ganas de actuar regresaron y la actriz se puso manos a la obra. El 2017 lo terminará con cuatro protagónicos.

La avalancha de Pfeiffer comenzó en el festival de Sundance con el drama independiente Where is Kyra?, donde encarnó a una mujer que pierde su trabajo y se enfrenta la pobreza repentina mientras los problemas se siguen acumulando.

A eso lo siguió El mago de las mentiras, una película de HBO en la que interpreta a Ruth Madoff, la esposa del magnate Bernie Madoff (Robert De Niro), el autor del fraude más importante de la historia estadounidense. El renacimiento quedó consolidado con la nominación como Mejor actriz de reparto en película de televisión en los pasados premios Emmy.

El siguiente paso fue bajo las órdenes del director Darren Aronofsky (El cisne negro, Réquiem por un sueño), en la película ¡Madre!, estrenada en setiembre en los cines uruguayos. Esta es su última perla en un collar de colaboraciones con realizadores destacados; la lista incluye a Brian De Palma, Tim Burton, George Miller, Richard Donner, Martin Scorsese y Robert Zemeckis.

Y el año que viene retornará al cine de superhéroes. Después de su papel como Gatúbela en Batman Vuelve cambia de bando y de editorial e interpreta a la superheroína Avispa en Ant-man and the Wasp, que parte del universo cinematográfico de Marvel y es la secuela de Ant-man: el hombre hormiga. Con el estreno previsto para junio de 2018, Pfeiffer presenta a una heroína desaparecida en los años 1980 que, luego de salvar al mundo de una crisis nuclear junto a su esposo (Michael Douglas), regresa para ser la mentora de su hija, que heredará su identidad superpoderosa.

A los 59 años, la actriz californiana encontró un segundo impulso para la carrera que inició por vocación y sin estudios formales de interpretación; que la convirtió a la vez en un ícono de belleza y en una actriz respetada, con tres nominaciones al Oscar. Y esta vez pretende que sea un regreso sin más entreactos.

Hoy se estrena en Uruguay una nueva adaptación de Asesinato en el Expreso de Oriente, el clásico de misterio de Agatha Christie protagonizado por el detective Hercule Poirot, en la que Pfeiffer encarna a Caroline Hubbard, una viuda estadounidense de vacaciones que se ve involucrada como una de las sospechosas del asesinato del título, un papel que interpretó Lauren Bacall en 1974.

La actriz se suma así a un elenco que incluye una extensa colección de estrellas, entre las que se cuentan Johnny Depp, Judi Dench, Willem Defoe y Penélope Cruz.