Los días en que salir a la rambla de Montevideo a caminar, correr o simplemente pasear era motivo para ser objeto de críticas en redes sociales por no cumplir con el confinamiento voluntario parecen haber quedado atrás. Ahora es la ciudad la que se adapta para que el paseo de domingo pueda desarrollarse con el distanciamiento físico adecuado que recomiendan los expertos.
“La calle es toda nuestra”, animaba desde su bicicleta una madre a su hija este domingo por la tarde. Durante varias horas el carril sur de la rambla de la capital se transformó en peatonal y ciclistas, patinadores, peatones y deportistas en general coparon el lugar usualmente destinado para los autos.
Desde las 10 de la mañana hasta las seis de la tarde, la Intendencia de Montevideo (IMM) cerró la circulación vehicular en la rambla en el carril que corre hacia el este entre la Ciudad Vieja y Luis Alberto de Herrera. Miles de personas disfrutaron de esta nueva disposición este domingo, el primero de varios, por lo menos mientras dure la emergencia sanitaria.
Esta medida permitió, sobre todo, que los ciclistas circularan por la calle y no tuvieran que ir esquivando personas en la vereda. Los vehículos con motor, como los monopatines eléctricos, tampoco podían circular por esa zona.
En distintos pasajes carteles luminosos recordaban a los paseadores la necesidad de utilizar tapabocas y de mantener distancia mientras se camina o se practica deporte.
Sin embargo, en los hechos esas recomendaciones se cumplían poco y nada. Si bien muchas personas llevaban tapaboca este domingo estaban lejos de ser la mayoría y mantener los 10 o 20 metros que los expertos recomiendan para correr y andar en bici es casi imposible de cumplir.
De todos modos, miles de personas aprovecharon la tarde otoñal para pasear con más espacio y con el río de la Plata como fondo. Incluso, las distintas estaciones con instalaciones para hacer deporte también estaban a disposición de los montevideanos.
Si bien fueron pocos los que se animaron a acompañar la caminata con un mate, aquellos que sí lo hacían lo tomaban de forma personal. A lo largo del paseo se podían ver grupos con un mate por persona.
Por el carril norte de la rambla, la circulación de vehículos se daba con total fluidez. Apenas algunos inspectores de tránsito fueron necesarios en algunos puntos del paseo para ordenar, entre otras cosas, la entrada al faro de Punta Carretas.
La idea del gobierno departamental es evaluar la experiencia de este domingo para decidir si la deja permanente y si la extiende a otros espacios públicos del Prado, Parque Rodó y parque Rivera.
Este tipo de medidas también se extenderán al centro de la capital. La idea es que la principal avenida de la ciudad también se vuelva peatonal durante algunas horas los días sábados. Esta medida se está analizando en conjunto con el Grupo Centro ya que el objetivo es que los comercios estén abiertos en un horario extendido hasta las 17 o 18 horas.
De esta forma, esa zona de la ciudad funcionaría como “un espacio de compras a cielo abierto, que permitiría a su vez revitalizar el centro de la ciudad”, dice el sitio web del gobierno departamental.
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