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Incertidumbre y dudas: cómo fue la espera de los uruguayos varados en un crucero en Génova

Una de las uruguayas contó cómo fue el operativo para su regreso al país luego de una semana en el barco con la incertidumbre por la fecha de retorno y el coronavirus
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22 de marzo de 2020 a las 17:36

La incertidumbre y las dudas sobre si podrían regresar al país persiguieron a los uruguayos varados en un crucero en la costa de Italia, el epicentro del nuevo coronavirus en Europa. Pero las dudas dieron paso a la tranquilidad este fin de semana, cuando fueron emprendiendo el retorno a Montevideo por vía aérea y en distintos grupos.

La semana pasada El Observador dialogó Nicky Zilli, una de las pasajeras, quien contó la situación que vivían ella y otros 49 uruguayos en el crucero Costa Pacífica de Costa Cruceros. Por ese entonces la embarcación -con una capacidad para 3.780 huéspedes y 1.110 tripulantes- estaba varada en Tenerife. En la previa a su vuelo de regreso a Uruguay, Zilli contó cómo fueron las últimas horas en el mar italiano.

En estos días el barco, que en principio iba a ir al puerto de Marsella, Francia, finalmente llegó hasta la costa de Génova y ahí quedó anclado a la espera de que los pasajeros pudieran resolver sus situaciones, en línea con sus respectivos países, para comenzar su retorno.

Los uruguayos estuvieron todo el tiempo en contacto con Cancillería para coordinar su regreso, al igual que con la empresa responsable del crucero, destacó la viajera.

“Todos los que quedamos aquí estamos tranquilos, bien. La salud es impecable y con todas las necesidades cubiertas”, contó Zilli. “No nos falta absolutamente nada. Lo único es que la incertidumbre nos pone un poco nerviosos, porque si a nosotros nos dicen ‘señores, se van el jueves’, estamos tranquilos porque sabemos que nos vamos el jueves. Pero esto de que es mañana, es pasado, es en cuatro horas…”, agregó, antes de conocer cuándo iba a regresar.  

“Sabemos y tenemos confianza en el trabajo de nuestro canciller y la Cancillería, sabemos que están preocupados por nosotros y también por todos los uruguayos que andan desparramados por el mundo. Y que en definitiva nosotros, si bien somos una población de riesgo, estamos bien, sanos”, agregó la uruguaya de 66 años que hizo el viaje para ver a su hijo en España, a quien no veía desde hace más de tres años. Tampoco pudo ahora. 

Zilli también contó cómo fue el trato por parte del personal del crucero, cuyo capitán todos los días leía comunicados cada cuatro horas, en distintos idiomas, para actualizar la información sobre la situación de los pasajeros.

En ese sentido, destacó que la empresa hizo “denodados esfuerzos de coordinación” para ayudarlos. “Están al tanto de cada detalle y cualquier necesidad que podamos tener. Nos complace mucho porque nos generaba incertidumbre qué iba a pasar con nosotros o si nos iban a bajar. Sin embargo, en todo momento nos tranquilizaron y nos dijeron que estuviéramos tranquilos, que nadie se iba a ir del barco hasta que no tuviéramos en la mano el pasaje para irnos a nuestro país”.

Con el paso de los días, llegó la orden para que comiencen los regresos a Uruguay, en pequeños grupos y junto a argentinos que también estaban en el crucero.

Zilli fue una de las ultimas en recibir la autorización para volver. “Estamos en la dulce espera”, señaló. “Este sábado partieron tres grupos de argentinos y mezclados algunos uruguayos con destino a Ezeiza, Buenos Aires. A las 16, 18 y 20 horas de la noche salieron de acá los grupos y el aeropuerto (de Génova) queda a seis kilómetros”, agregó.

La operativa, contó, tenía previsto un vuelo de Génova a Roma y desde ahí Buenos Aires, donde iban a esperar en un hotel por la llegada de un avión desde Montevideo para que los fuera a buscar a todos juntos.

“El otro grupo de uruguayos y otros argentinos quedamos en el barco y se nos dijo que mañana domingo partiríamos, pero a esta hora, a las 23 aún no hemos recibido el comunicado de dejar nuestras valijas en el pasillo, como ocurrió anoche con los que se fueron”, contó Zilli el sábado a la noche, resignada por que iba a tener que esperar un tiempo más. “Así que creemos que mañana no nos vamos”, agregó, pensando que el lunes sería su turno.

Finalmente, la espera llegó a su fin y este domingo recibió el mensaje de que viajaba en horas de la tarde.

“Estoy en el aeropuerto de Génova en este momento, haciendo la cola para subir al avión así que mañana a las 6:30 de la mañana estaremos llegando a Ezeiza”, contó la uruguaya, que siempre mantuvo la calma a pesar de que cuando les avisaron que el viaje quedaba trunco muchos manifestaron su bronca contra la tripulación.

“Esto es maravilloso, porque el clima de la gente cambió totalmente, el ánimo cambió”, dijo Zilli antes de subirse al avión y comenzar su esperado regreso a Uruguay.

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