A Uruguay le conviene Macri

Macri está comprometido a terminar con el proteccionismo exacerbado del kirchnerismo, que derrumbó las exportaciones uruguayas. También asegura que corregirá la política monetaria y el cepo cambiario, elementos que han golpeado no solo a nuestra industria turística sino también al comercio local por el torrente de viajes de uruguayos al país vecino, atraídos por precios más bajos. Obviamente las medidas de Macri, si gana el balotaje, no serán pensando en Uruguay sino en la necesidad de ordenar gradualmente una economía en estado crítico, que necesita reabrirse al mundo y atraer inversiones. Pero repercutirán directamente en el país a través de un flujo más normal del intercambio.

Las consecuencias de una victoria de Scioli, en cambio, son una incógnita. Tiene más afinidad política con el gobierno uruguayo que el centrista Macri. Pero nadie sabe hasta dónde podrá ejercer el poder presidencial o estará limitado por la sobreviviente fuerza parlamentaria del kirchnerismo. Su pobre resultado electoral ha generado una crisis interna en el oficialismo argentino, con duros cruces de reproches y acusaciones. La Cámpora, poderoso movimiento militante del kirchnerismo más duro e infiltrado en puestos claves en todos los estamentos del poder, se ha enfurecido con Scioli por el fiasco electoral y porque la excluyó de su posible gabinete.

El kirchnerismo confía, por otra parte, en que buena parte del 21% del electorado que respaldó al peronista disidente Sergio Massa se incline en el balotaje por Scioli. Tanto Massa como sus dos dirigentes más prestigiosos, el cordobés Juan Manuel de la Sota y el exministro de Economía, Roberto Lavagna, acaban de pronunciarse públicamente contra el candidato oficialista. Pero no puede descartarse que muchos votantes de Massa ignoren a sus líderes y opten por Scioli por lealtad al emblema del peronismo, un movimiento que se ha dispersado en múltiples direcciones políticas e ideológicas y que es más una etiqueta nostálgica que un elemento de la realidad actual. De todos modos, Macri, fortalecido por la votación de la primera vuelta, aparece por ahora con más fuerza.

Scioli está debilitado por su fiasco electoral y por la bolsa de gatos en que se ha convertido el kirchnerismo que lo apoyó. Se debate en problemas generados por su pobre votación. Hasta una anunciada reunión con la presidenta para limar asperezas y recomponer fuerzas fue cancelada sin explicación alguna. El régimen K está habituado a volcar fondos fiscales y a recurrir a cualquier otro método improcedente para atraer votos. Pero es notorio que, en estos momentos, existe una tendencia definida a favor de Macri que, de confirmarse en el balotaje, será el resultado más conveniente para Uruguay.