Al menos 13 muertos y 7.000 evacuados por las lluvias torrenciales en Honduras

Para los territorios de Santa Bárbara y Copán el grado de la alerta es rojo, debido a la intensidad de las precipitaciones. El mismo grado de alerta se mantenía sobre los municipios aledaños a las riberas del río Ulúa, mientras que para otros 13 departamentos se mantenían alertas amarillas.

La declaración de alerta roja significa que es obligatoria la evacuación del área afectada, la alerta verde implica la preparación para evacuar, mientras que la alerta amarilla es preventiva y supone estar atentos a las indicaciones de las autoridades.

COPECO ha informado que continúa el ingreso de humedad proveniente del mar Caribe lo que seguirá generando precipitaciones débiles a ocasionalmente moderadas con tormentas eléctricas, sobre la mayor parte del territorio nacional, aunque se esperaban lluvias más intensas en las regiones del sur, suroeste y occidental.

Más de 7.000 personas han sido evacuadas hasta el sábado en Honduras a causa de las lluvias que desbordan ríos sobre poblaciones y provocan derrumbes que dejan decenas de comunidades incomunicadas, informó el gobierno.

Decenas de rescatistas sacaban a la gente de sus viviendas inundadas y las subían en lanchas para ponerlas a salvo, constató un fotógrafo de la AFP desde un puente en la comunidad de El Progreso, 180 km al norte de Tegucigalpa, una de las más afectadas.

Un informe estadístico de defensa civil reveló que al menos 13 personas perdieron la vida, 7.190 personas habían sido evacuadas hasta la mañana y otras tantas afectadas en 71 comunidades. Se estima que hay 1.602 viviendas dañadas y 49 destruidas, además de puentes dañados y destruidos.

Los municipios más golpeados son los de Cortés, afectando los cultivos de banano, caña y arroz y en muchos casos, los cultivos quedaron bajo el agua como los de maíz y frijoles en Potrerillos y Pimienta.

Honduras es uno de los países más vulnerables ante el cambio climático que le provoca exceso de lluvias o sequías que echan a perder las cosechas anuales, agravando la inseguridad alimentaria en una población de 9,6 millones de habitantes, 74% de ellos en situación de pobreza.

Durante setiembre, Honduras ha sufrido otra catástrofe producto de causas naturales y sus consecuencias destructivas se agravan por las lluvias actuales que cubren gran parte del país.

En la primera semana del mes, una falla geológica en la colonia Guillén provocó el hundimiento de suelos que obligaron a la evacuación de 341 familias con un total de 2.083 personas, de las que 1.523 son adultos y 729 niños.

El hundimiento y desplazamiento de tierras siguió avanzando y comenzó a afectar a la colonia Santa Rosa, lo que obligó a nuevas evacuaciones para preservar la vida de los pobladores. En una carretera de la región, el colapso del piso causó el hundimiento de un autobús en una hondonada sin que registraran víctimas, pero dejó incomunicadas a las localidades de Santa Rosa, Cucuyagua y Ocotepeque.  

Los daños a la infraestructura vial han sido considerables, según COTEPEC, hay 99 tramos carreteros afectados, 11 puentes y 9 cajas puente destruidos, y están incomunicados pueblos, aldeas y caseríos en todo el país.