El lateral de la selección sub 20 de Uruguay, Alan Matturro, se presta a la charla con Referí sin un rictus serio, sin caset, sin frases de manual. Es pura espontaneidad, irradia alegría a pesar de que la vida ya lo golpeó fuerte y está completamente distendido luego de ser figura en el triunfoi 1-0 ante Israel por semis del Mundial sub 20.
"Esto es fútbol y hay que dar lo mejor en cada partido. A veces sale bien, a veces sale mal. Pero en este Mundial me está yendo muy bien, gracias a Dios", es lo primero que atina a decir, bajando la cabeza, marcando cancha con su humildad. .
Consultado por la jugada del gol y la cantidad de veces que protagonizó jugadas similares en formativas de Defensor Sporting, Matturro dijo: "Ayer justo hablábamos algo en sanidad, que el jugador de fútbol se nace, no se hace. Luego se mejora. Nací con este don, perdón por la expresión, pero yo jugaba entre medio de los balazos y ahora estoy jugando un Mundial con miles de personas. Hay que estar tranquilo, porque esto es fútbol".
La frase de los balazos generó asombro y Matturro explicó. "Crecí en Villa Española" y arqueó las cejas. Ahí empezó en el baby fútbol de Rocha y luego pasó a Potencia hasta desembarcar en las formativas de Defensor Sporting.
"Jugador se nace. Jugadores de barrio fueron Maradona, Messi. No hay ninguno que sea de un barrio fifí. Los prinicipales jugadores salieron de abajo. Si no te hacés en el barrio, dedicate a jugar a otra cosa.
En ese momento, el periodista Javier De León le preguntó a Matturro si sabía cuántas finales de mundiales jugó Uruguay a lo largo de su historia: El defensor se encogió de hombros: "Ni idea", respondió.
"Capaz que ahora no me doy cuenta del momento histórico que estamos viviendo. Yo trato de disfrutarlo al máximo y si Dios quiere, ojalá que el domingo se nos dé", expresó.
"La recuperación la hacemos muy bien, nos cuidamos la alilmentación. Uno obviamente se quiere tomar un vaso de Coca, pero el profe no nos deja y después se ven los frutos porque uno se da cuenta en la cancha: minuto 95, 96, 97 y seguimos corriendo como unos leones", dijo el actual jugador de Genoa que está acompañado en este Mundial por su padre y su novia y que en el primer partido le dedicó el gol que le hizo a Irak alzando al cielo una canillera con la foto de su madre, fallecida hace dos añoa de covid-19.
"Marcelo (Broli) nos dijo en la charla previa a este partido que ya ganamos algo: el cariño de tres millones de personas, la gente que nos vino a alentar cruzando el charco. Esta selección está hecha para ganar grandes cosas", afirmó.
"En el calentamiento escuchamos a la gente y se nos erizó la piel. Es un plus, si perdés un tranque te vas a querer matar con 20 mil persona alentándote, sería imposible", concluyó el ex Defensor Sporting. Figura de Uruguay y un personaje como para charlar durante horas.
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