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Ante elecciones generales en Argentina: diez de los temas económicos a enfrentar

Se trata de cerrar la distancia entre la teoría y la práctica
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19 de mayo de 2023 a las 10:11

Por Daniel Marx y Fernando Baer

Argentina vuelve a encontrarse frente a un momento crucial en el que coinciden elecciones generales con acuciantes problemas económicos. Manifestaciones candentes son la elevada y creciente inflación, presiones cambiarias y sus repercusiones.  Los desequilibrios económicos que se vienen acumulando a lo largo de los años abarcan a determinados precios relativos, por ejemplo de servicios y cotizaciones cambiarias, dificultades de financiamiento del sector público, déficit del sistema de jubilaciones y pensiones y empresas públicas, entre otros. En 2023 esta tendencia se profundizó por la sequía y por un proceso político que culmina en un calendario electoral de amplio alcance y espectro, asociado a la insinuación de potenciales cambios de reglas de juego y contratos. Además, se arrastran otros temas estructurales dados por la persistente y creciente inflación, la aceptación de la moneda local, el estancamiento económico, el déficit de inversión y su impacto en la productividad y competitividad. El conjunto llevó a un deterioro importante de las condiciones de crecimiento, empleo y desarrollo. Entre 2010 y 2022 el PBI per cápita de Argentina cayó 4,7%, mientras que el de la región creció más de 6% y el del mundo 28,2%. Este contexto repercutió en aumentos de los niveles de pobreza y tensiones en el tejido social.

En la oferta para elecciones presidenciales se perfilan principalmente cinco agrupaciones: el actual oficialismo (Frente de Todos, FdT) con candidato a definir y que, se supone, podría estar encarando una agenda que aumente aún más el rol del Estado en sus distintas facetas, abarcando regulaciones, producción de ciertos bienes y servicios y buscando mayor distribución de ingresos. La oposición más numerosa está representada por Juntos por el Cambio (JxC), siendo los principales precandidatos Patricia Bullrich, Horacio Rodriguez Larreta, Gerardo Morales y Facundo Manes. En general, mencionan objetivos de reducción de la inflación, normalización del mercado cambiario (gradual o no) y eliminación de ciertos subsidios para reducir el gasto estatal en relación al PBI. También gravita una agrupación conocida como “libertaria” (La Libertad Avanza, LLA) liderada por Javier Milei, que propugna la eliminación del peso argentino y usar el dólar estadounidense como moneda de curso legal. Políticamente se posiciona como “antisistema”. El gobernador de la provincia de Cordoba, Juan Schiaretti, y su ex colega de Salta, Juan Manuel Urtubey (Peronismo Federal, PF), están propiciando una agrupación posicionada en un centro de moderación entre las distintas posiciones, basada en experiencias de administración pública “sensata” aunque insinuando alteraciones no menores en el rumbo económico del país. Distintos partidos de izquierda se presentan, en general, con un programa acorde con su tradición de marcado intervencionismo desde el Estado de las actividades económicas y con énfasis en la generación de mayores ingresos fiscales de manera de poder llevar adelante su objetivo.

En ese contexto, marcamos algunos de los elementos de la agenda económica y las cuestiones que se infieren a la fecha de las distintas posiciones (no tomamos aquellas que hoy aparecen con baja probabilidad de adhesión):

  1. Cuestión fiscal: JxC y LLA enfatizan la disminución del gasto en partidas previsionales -principalmente transitoriedad de planes sociales-, subsidios económicos (en niveles de 1,5-2% del PBI) y no económicos, planta de empleados públicos, transferencias discrecionales a Provincias, gastos de capital y déficit de empresas públicas (déficit anual superior a 1% del PBI). En el FdT esbozan un sesgo hacia la posibilidad de aumentar impuestos dentro de la estructura actual. JxC piensa en ciertas alícuotas asociadas al comercio exterior, bajando aquellas que recaen sobre las exportaciones de productos no tradicionales, pero manteniendo por un periodo, o inclusive algunos mencionan aumentando, aquellas para determinas exportaciones tradicionales si hubiese una notable devaluación del peso.  
  2. Cuestión monetaria: En el oficialismo se escuchan voces más inclinadas a mantener el status quo, con tasas de interés acordes con la inflación, pero con regulaciones para canalizar fondos a destinos específicos con tasas especiales. Algunos en JxC piensan en una reforma que le dé independencia al Banco Central y que legalice  el bimonetarismo, principalmente aceptando pesos y dólares para transacciones y ahorro. LLA postula la dolarización como elemento central para terminar definitivamente con la inflación, eliminando el Banco Central local.
  3. Mercado cambiario: Sacando posturas extremas según ideología, las estrategias son menos claras en esta materia. Sin embargo, se nota distinto énfasis en la velocidad para llegar a una “normalización” con libre acceso a un mercado con tipo de cambio único. Da la impresión que habría una preferencia a mantener un esquema sin libre flotación e ir paulatinamente levantando restricciones para operar en el mercado cambiario.
  4. Grado y forma de apertura comercial: Aunque tampoco se conocen definiciones, en JxC, en general, se menciona la necesidad de ir liberando movimientos de bienes y servicios. 
  5. Servicios públicos: En las principales agrupaciones hay más consenso en continuar con una reducción de subsidios y  el aumento de tarifas. La diferencia está dada por el ritmo y alcance. La indicación sería que el FdT la haría en forma más lenta que JxC y diferenciando mucho más las tarifas aplicables según características del consumidor. Particularmente, el PF parecería estar inclinado a esquemas de tarifas uniformes pero contemplando subsidios a ciertos grupos de bajos ingresos. En esa línea, propiciaría profesionalizar los entes reguladores, minimizando designaciones por afiliación política.
  6. Cuestión previsional: Un área muy sensible y significativa del gasto primario, que concentra el 55% del total y que es estructuralmente deficitaria. Además, tiene un mecanismo de indexación que toma como referencia la inflación pasada que generará un desafío no menor hacia adelante. Mientras el FdT demostró una fuerte tendencia a aumentar el número de beneficiarios con sucesivas moratorias, casi todo el resto del espectro político está más inclinado a vincular beneficios con aportes. 
  7. Cuestión laboral: JxC enfatiza más claramente la necesidad de modernizar las relaciones laborales, considerando que la informalidad involucra a casi 8 millones de personas, sobre un total de 20 millones que conforman la población económicamente activa. El empleo formal en el sector privado, 6,3 millones, no tuvo mayores alteraciones desde 2011. En este sentido, la coalición considera realinear incentivos, incluyendo la modificación de los planes sociales, eliminando la intermediación y limitando la vigencia temporal de los beneficios en el marco de programas de capacitación en oficios.  
  8. Cuestión de la inversión (pública y privada): No solo se trata de una de las principales deficiencias estructurales de Argentina sino también sirve para alentar ingresos de capitales. En este sentido, notamos un cierto consenso en la necesidad de generar los incentivos que puedan destrabar la situación. El FdT tendería a hacerlo más por sectores que JxC, PF y LLA.
  9. Manejo del Estado y sus poderes y atribuciones: La oposición parece más decidida  a lograr más eficiencia y transparencia en la administración pública, disminuir su peso en el manejo diario del sector privado y la producción de bienes y servicios.
  10. Relación comercial con el exterior y alianzas estratégicas: JxC intentaría dar impulso a ciertas negociaciones comerciales, particularmente con la Unión Europea. El FdT tendería a buscar una economía que daría más impulso a la relación conocida como Sur-Sur, mientras que el PF tendería a una mayor apertura comercial tratada caso por caso. 

Todos señalan que la posibilidad de avanzar su agenda con medidas de estabilización macroeconómica y cambios estructurales dependerá de las condiciones iniciales. La secuencia y velocidad de implementación, su factibilidad (incluyendo desde cuestiones legales y regulatorias hasta la dotación de equipos técnicos) dependerán del armado de las opiniones amplias,  la voluntad política de instrumentación del programa y de la tolerancia de la sociedad a semejantes decisiones. Se trata de cerrar la distancia entre la teoría y la práctica.

Daniel Marx (Paysandú, Uruguay, 16 de abril de 1953) es un economista argentino. Fue director del Banco Central de la República Argentina durante la presidencia de Raúl Alfonsín entre 1987 y 1988, y Representante Financiero Especial y Jefe Negociador de la deuda externa argentina de 1989 a 1993.​ Además fue secretario de Finanzas del Ministerio de Economía de la República Argentina durante 1999 y 2001. Actualmente es director ejecutivo de Quantum Finanzas.

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