Los productores de arroz priorizan la atención, sobre fines de enero ya, en dos temas: la evolución del cultivo en las chacras y el cambio en la administración de gobierno.
Respecto a cómo avanzan las cosas en las áreas sembradas, Alfredo Lago –presidente de la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA)– informó que “los cultivos están bien, tienen un muy buen estado, los ciclos se han podido acortar un poco porque tuvimos un diciembre y un principio de enero excepcionales, con buena acumulación térmica”.
En ese marco, hubo algunos días frescos que no fueron buenos, pero tampoco complicaron y hay un poquito de preocupación por la perspectiva de varios días nubosos, en un rubro agrícola donde la adecuada radiación solar y la alta temperatura son algo muy necesario.
“Si uno recuerda cómo fue la siembra –solo el 50% se implantó en el período ideal–, vemos cómo están las cosas ahora y eso nos permite ser optimistas en cuanto al potencial recuperado, estamos mejor de lo que pudo ser”, añadió Alfredo Lago.
Lago mostró su satisfacción por “la excelente respuesta que una vez más tuvo el productor, pese a las dificult
ades, haciendo los manejos adecuados en cada una de las chacras para superar aquel momento adverso, dado en el inicio de la zafra”.
Algo necesario ahora, para que las plantas expresen todo su poder productivo, es que el verano se extienda, es decir que no lleguen rápido los días más frescos y menos luminosos.
Respecto al rendimiento que se puede lograr, corresponde recordar que en 2018/2019 se lograron en promedio algo más de 8.000 kg/ha, en condiciones que fueron mejores a las de esta zafra, por lo que “es esperable algún kilo menos”, ya que la potencialidad a esta altura del año pasado era mayor, reconoció.
Por otro lado, este año el volumen de la producción será menor a la de la campaña pasada, considerando que el área cayó nuevamente, esta vez un 9%, a 133 mil hectáreas, desde 146 mil de la campaña anterior. También se percibió una preocupante caída, que no es nada nuevo, en la cantidad de productores activos, que pasó de una campaña a otra de 510 a 480.
Con relación al costo productivo por hectárea, se están ajustando los valores y restan algunas labores que incidirán. El año pasado se cerró en algo más de US$ 1.700, esperándose para este año que se esté en unos US$ 1.650, por lo cual será clave el rendimiento y el precio que se obtenga para ver si se evita lo que pasó en el ejercicio anterior, cuando por sexta vez en forma consecutiva hubo pérdidas para la mayoría de las empresas agrícolas del sector arrocero.
Lago dijo que del arroz de la campaña pasada queda un 20% por vender. Como la zafra comercial cierra a fin de febrero, se estima que entonces quedará un 6% o 7% de saldo, sin comercializar, “que no es poco, pero a la vez es mucho menos que lo esperado al principio de la zafra”, dadas las expectativas comerciales que había en el otoño del año pasado.
Sobre el cambio de gobierno, en el sector “hay muy buenas expectativas” sobre lo que pueda suceder desde el 1° de marzo, manifestó el presidente de ACA –quien al cierre de esta edición asistía a la movilización de Un Solo Uruguay en Durazno–, quien dijo que los productores están ansiosos por ver qué puede mejorar para que sus emprendimientos tengan mejores resultados.