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Asuntos no resueltos: los temas de 2009 que siguen vigentes
La conformación de un programa de gobierno es una de las tareas a las que más atención le prestan los candidatos en cada una de las elecciones mientras preparan la campaña. En esos librillos que se presentan a la ciudadanía quedan en blanco sobre negro todas las promesas realizadas durante el tiempo electoral. Allí se establecen los temas prioritarios y son el lugar al que luego pueden ir los votantes a la hora de pedir cuentas. Tan importante es, que los presidentes uruguayos suelen decir que gobiernan con la Constitución en una mano y el programa de su partido en la otra. De esa cantidad de promesas, un puñado de ellas se transforman en los “temas de campaña”. A veces la coyuntura se encarga de ponerlos sobre la mesa y en otros casos aparecen por interés de los propios candidatos, que los repiten en cada discurso que brindan.
El politólogo Mauro Casa dijo a El Observador que los programas de los partidos políticos expresan las “referencias ideológicas” de cada uno y que a partir de ellos se define la agenda de discusión en la campaña. El analista destacó que desde 2009 la seguridad se transformó en un eje central de las campañas y dijo que diez años después volverán otros temas clásicos como la economía y el empleo. Además, dijo que la “nueva agenda de derechos” también puede ocupar un espacio importante en las discusiones ya que están surgiendo grupos como los evangélicos con una “agenda conservadora”.
¿Qué promesas siguen vigentes y estarán presentes en la próxima campaña? ¿Cuáles quedaron en el olvido? El Observador realizó un relevamiento y eligió los cinco principales temas: seguridad; economía; trabajo; integración regional y educación.
Seguridad
La situación de la seguridad es uno de los principales temas de las últimas campañas políticas. En el año 2009, la seguridad pasó a ser el “principal problema” para los uruguayos, desplazando a la economía y el empleo, según una encuesta de la Consultora Equipos presentada en marzo de 2018.
En esa campaña, en la que José Mujica venció a Luis Alberto Lacalle en el balotaje y resultó electo presidente, los políticos hicieron distintas promesas, algunas de las cuales se mantienen hasta ahora. Por ejemplo, Jorge Larrañaga –que perdió en las internas con Lacalle y fue candidato a vicepresidente por el Partido Nacional– planteó su intención de crear una Guardia Nacional integrada por militares devenidos en guardias civiles. Esa propuesta forma parte de la reforma constitucional Vivir sin miedo que impulsa Larrañaga y que pretende que se someta a votación el último fin de semana de octubre de 2019.
En tanto, Luis Alberto Lacalle propuso bajar la edad de imputabilidad para los menores infractores, un planteo que desapareció de la agenda luego de que en 2014 fracasó un plebiscito impulsado principalmente por el candidato colorado Pedro Bordaberry.
Desde el Frente Amplio, el asesor en temas de seguridad y actual ministro del Interior, Eduardo Bonomi, planteaba que el problema de la seguridad debía ser abordado desde un “enfoque integral” y atacando las “causas sociales del delito”. Sin embargo, tras dos periodos en el ministerio, Bonomi fue cambiando su pensamiento.
Un tema que desapareció de la agenda es el de la pasta base. En 2009, Bordaberry proponía declarar la “emergencia nacional” ante el impacto de la pasta base en la población y planteaba declararle “la guerra absoluta porque destruye familias enteras”.
Economía
La metáfora utilizada por Luis Alberto Lacalle de cortar el gasto público con una “motosierra” se transformó en el eje de las discusiones durante la campaña.
El Frente Amplio aprovechó para acusar al candidato nacionalista de querer achicar el gasto del Estado y privatizar las empresas públicas. Llegó incluso a pintar un fantasma con una motosierra celeste acompañado del siguiente lema: “cuidado con el Qko, te corta la esperanza, el futuro, el salario”. Lacalle intentó explicar que lo que volarían por los aires serían pedazos de gastos innecesarios y que nunca pensó en cortar las inversiones en salud, educación o políticas sociales, pero no fueron suficientes.
Pero además de la “motosierra”, el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas provocó horas y horas de intercambios entre los políticos. Algunos como el precandidato colorado Luis Hierro López fueron al extremo de anunciar que derogarían ese gravamen, mientras que otros candidatos opositores como Luis Alberto Lacalle o Jorge Larrañaga anunciaron que lo iban a eliminar progresivamente.
El déficit fiscal fue otro de los temas que dividió a los políticos. Mientras que desde la oposición los asesores coincidían en la validez de fijar una regla fiscal para mantener un equilibrio en las cuentas públicas, algo que mantienen hasta ahora, desde el oficialismo se los acusaba de querer implementar políticas “neoliberales” al tiempo que el rojo en las cuentas públicas –que en 2009 fue de 2,1%– era “manejable”. A casi diez años de esas discusiones, el déficit cerrado a setiembre se ubica en 3,9%, es una de las principales preocupaciones del gobierno y será foco de las críticas de la oposición en los actos de campaña. La carga impositiva también volverá a ser tema de discusión.
Trabajo
Mujica y Lacalle exhibieron diferencias en esta materia que se mantienen hasta hoy en el Frente Amplio y el Partido Nacional. Si bien no se discutía la implementación de los Consejos de Salarios, Lacalle proponía un “sistema más moderno de negociación colectiva” y “renovar sus contenidos”. Para el líder blanco los Consejos de Salarios eran una herramienta desactualizada que no debería regular la negociación colectiva. En tanto, Mujica creía que se debían regular los salarios mínimos y las categorías de todos los trabajadores del sector privado, al tiempo que defendía la obligación de negociar entre empleadores y sindicatos de trabajadores.
La sindicalización de los policías fue otro de los temas que dividió a los candidatos. Lacalle se manifestó frontalmente en contra de la sindicalización policial, lo que le valió el repudio de los uniformados, mientras que en el Frente Amplio se defendió la posibilidad de agremiarse. Actualmente este tema no está en discusión y los sindicatos policiales son fuente de consulta de todos los partidos políticos. Una propuesta que causó revuelo durante la campaña pero luego quedó por el camino fue planteada por José Mujica.
El candidato frentista propuso crear 12 pueblos en puntos perdidos al norte del Río Negro. Con esta propuesta, Mujica quería combatir el “desierto verde” de tener decenas de kilómetros en rutas sin absolutamente nada alrededor y mejorar los indicadores de empleo ya que los beneficiarios recibirían “herramientas” para generar un “fenómeno productivo”. “Son dos los caminos: pata de oveja en un lado y pata de Holando en el otro. No se puede llevar gente si no tiene con que mantenerla”, dijo Mujica en ese momento a El Observador.
El aumento del desempleo y el cierre de empresas se colará en la discusión en 2019.
Educación
Es uno de los temas de mayor importancia, aunque los analistas coinciden en que no arrastra votos. Durante la campaña los partidos exhibieron más acuerdos que diferencias respecto a las políticas a implementar. Una de ellas fue la necesidad de crear escuelas de tiempo completo, una propuesta en la que estaban de acuerdo José Mujica, Pedro Bordaberry y Luis Alberto Lacalle.
En otras, como la posibilidad de que exista una segunda universidad pública en el interior así como realizar investigación vinculada a las potencialidades productivas y sociales del medio rural, fueron los candidatos colorados y frentistas quienes estuvieron de acuerdo. Por su parte, Jorge Larrañaga propuso que la escuela pública estuviera abierta todos los días para cumplir “funciones alimenticias y de contención familiar”.
Los partidos exhibieron diferencias en torno a la educación terciaria. El Partido Nacional propuso que el Ministerio de Educación y Cultura regulara la calidad de la enseñanza terciaria, que se pudiera estudiar por créditos, combinar materias de varias carreras y dictar clases a distancia; en tanto, los colorados planteaban crear un sistema universitario nacional que integre lo público y lo privado.
La educación volverá a ser tema de campaña en 2019.
Integración regional
Durante la campaña, José Mujica se preocupó por mostrarse amistoso con Néstor y Cristina Kirchner que gobernaban en Argentina, y fundamentalmente con el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, con la idea de explotar una impronta progresista en la región, algo que a Tabaré Vázquez le había funcionado a medias.
Esa intención de Mujica fue ampliamente criticada por la oposición, principalmente por Luis Alberto Lacalle, quien exigió que hubiera “pausa y reflexión” en el Mercosur. El acercamiento con Venezuela también fue reprochado por la oposición. “Chávez en el Mercosur es como meter un zorro dentro de un gallinero. Es un peligro y los pollitos estamos preocupados”, dijo Pedro Bordaberry en aquel momento.
Respecto a la inserción internacional, los partidos coincidían en la necesidad de abrirse al mundo y diversificar los mercados. Mujica recorrió el país buscando tranquilizar a los exportadores, a quienes les repitió que no quería que Uruguay se enamorara de un solo comprador sino que quería venderle “poco a muchos y no mucho a pocos”. Bordaberry, en tanto, enfatizaba en que Uruguay fuera un país abierto al mundo tal como lo había sido durante el período de José Batlle y Ordóñez.
Los caminos de la inserción con o sin el Mercosur estarán en la agenda de nuevo.
