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Baja de precio máximo en surtidores de Ancap: estacioneros "tranquilos" tras reunión con Directorio
La Unión de Vendedores de Nafta (Unvenu) quedó conforme con un intercambio que mantuvo este viernes con cuatro de los cinco directores de Ancap. Si bien había varios temas en la agenda para ajustar algunos elementos vinculados a la distribución y despacho de combustible, había uno que tenía en vilo a los estacioneros: la posibilidad de que Ancap comenzara a aplicar una política comercial diferente en sus cuatro estaciones como vender en el surtidor (en determinados horarios y días) combustibles por debajo del máximo que fija el Poder Ejecutivo, algo que hoy se puede instrumentar pero ninguna estación lo hace en la práctica. La Unvenu argumenta que el margen de ganancia que obtienen es demasiado bajo para transitar ese camino.
Los agentes que operan en ese sector están aguardando con expectativa un nuevo esquema desregularizado para el funcionamiento de la cadena que la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea) debió aplicar en enero pero no llegó a tiempo. Por ello decidió darle una prórroga de seis meses al regulador. El Poder Ejecutivo exhortó a la Ursea a la revisión y elaboración de una reglamentación comercial de las actividades relacionadas a la distribución de combustibles líquidos y la confección de una metodología para el cálculo de los precios máximos correspondientes.
El gerente de la Unvenu, Federico de Castro, dijo a El Observador que tras la reunión con el Directorio de Ancap "se fueron más tranquilos" ya que la propuesta comercial de reducir el precio máximo de venta al público en las cuatro estaciones del ente en determinaos horarios "corresponde al presidente (Alejandro Stipanicic) y "no es compartida" por el resto de los directores que estuvieron presentes en la reunión.
Además, del presidente de Ancap (Partido Colorado), participaron el vicepresidente, Diego Durand, el director Richard Charamelo —ambos del Partido Nacional—, y el representante de Cabildo Abierto José Luis Alonso. El director del Frente Amplio en el Directorio, Vicente Iglesias, no participó de la reunión de este viernes.
Según el gerente de la Unvenu, el resto del Directorio de Ancap considera que es importante trabajar para abaratar el precio al público pero prefiere "no incurrir en prácticas que no le harán bien al sistema de distribución de combustible del Uruguay".
El Observador había consignado este martes que dentro de las propuestas que había barajado Ancap estaba la de ofrecer un precio de la nafta más bajo durante los fines de semana en su estación de la rambla Trouville o durante la noche en la boca de venta que tiene en la zona del Aeropuerto de Carrasco. El ente gestiona directamente una parte ínfima del mercado. En total son 477 las estaciones que están distribuidas en todo el país, de las cuales 288 (60% del total) operaban bajo el sello de la subsidiaria de Ancap (Ducsa), 101 por Axion y 88 por Disa.
El economista y experto en temas de competencia Sebastían Fleitas considera que el sistema de combustibles en Uruguay requiere de cambios para ganar en eficiencia y cuestiona algunas lógicas que imperan actualmente. "Las estaciones de servicio representan un mercado donde hay señales que hacen pensar en la posibilidad de generar ganancias de eficiencia y mejoras de costos vía una mayor intensidad de la competencia", asegura.
Fleitas sostiene que desde el punto de vista de la teoría económica “es muy poco probable que las estaciones fijen independientemente el mismo precio.” Esto porque "existe heterogeneidad" entre las estaciones, tanto de estructura de costos como de diferenciación de productos, pero en la práctica todas las estaciones deciden fijar en el surtidor el máximo que habilita la norma y no venden por debajo de ese umbral, salvo casos excepcionales en el caso del gasoil donde grandes consumidores logran bonificaciones.
El especialista —que posee un doctorado en Arizoa y es profesor en la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica)— sostiene que muchas veces el debate se centraliza en la gestión de Ancap y se deja de lado otra pata fundamental del negocio de los combustibles en Uruguay: la distribución y comercialización.
