Brasil despidió al músico y compositor Joao Gilberto con música. El artista, que murió el pasado sábado a los 88 años, era considerado el "padre de la bossa nova", y fue uno de los artistas más influyentes de la música popular de su país. En su velorio realizado el lunes en el Teatro Municipal de Río de Janeiro, una multitud interpretó la canción Chega de saudade.
Esa canción fue lanzada por primera vez en 1958, cantada por Elizete Cardoso y con Gilberto en la guitarra, y es considerada la primera grabación de bossa nova. Sus compositores son además otros dos referentes de la música brasileña: Antonio Carlos Jobim es el autor de la música y Vinicius de Moraes de la letra.
La familia, los amigos y los seguidores del artista acompañaron a una orquesta en la interpretación, que funcionó como saludo final a un artista que en la última década había vivido prácticamente en reclusión, envuelto en disputas familiares por su legado y casi en la pobreza.
La cantante y compositora Adriana Calcanhotto, presente en la ceremonia, destacó todo lo que le debe a Gilberto: "La batida en la guitarra, el canto, la forma de hablar, la selección del repertorio. Cantó lo que quería cantar. Es un gran maestro y sigue siendo una referencia importantísima para cuantas generaciones de músicos estén por venir".
El gobierno brasileño decretó tres días de duelo nacional ante la muerte del artista.
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