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Coalición aprobará la Rendición pero dejará escrita su "condena" al legado del FA
La institucionalidad sí, los números que dejó el Frente Amplio no. Ese es, en resumidas cuentas, el mensaje que quiere dar el oficialismo en el Parlamento a la hora de votar la Rendición de Cuentas de 2019, redactada por el equipo económico actual pero referido al último de los quince años de gestión progresista.
Pese a que el Partido Nacional y Cabildo Abierto en principio se inclinaban por rechazar el proyecto para dar una fuerte "señal política" contra el legado frenteamplista, el Poder Ejecutivo planteó que desde lo "formal" era conveniente aprobar el balance presupuestal, en línea también con la postura del Partido Colorado, que reclamó este lunes un gesto de "responsabilidad institucional".
Como los tres partidos del oficialismo en la Cámara Alta habían acordado tener una postura unificada, este lunes resolvieron ir por una tercera opción: aprobar el proyecto pero con un segundo artículo que indique que esa postura no implica dar por buena, ni mucho menos, la herencia socioeconómica de los gobiernos de izquierda.
El aditivo, al que accedió El Observador, declara "a efectos interpretativos que la aprobación de la presente ley lo es de las normas de presentación de los balances y no implica aval ni validación de la gestión reflejada en la Rendición de Cuentas y Balance de Ejecución Presupuestal 2019 presentada, gestión y resultados que se rechazan y condenan".
Este martes se someterá a votación en comisión de Presupuesto integrada con Hacienda y el miércoles será la discusión en el plenario de la Cámara.
El proyecto enviado por el Poder Ejecutivo consta de un artículo único por el cual se aprueba el balance Ejecución Presupuestal correspondiente al ejercicio 2019, con un resultado deficitario de $ 92.652:614.000 y superavitario de $ 24.045:233.000. El informe económico adjunto, sin embargo, es muy crítico de las cifras económicas que recibió el gobierno de Luis Lacalle Pou.
Según el Ministerio de Economía, los números presentados "dejan al descubierto deterioro de las finanzas públicas, aumento de la pobreza y caída del empleo". En un hilo de Twitter tras la comparecencia del equipo económico ante el Parlamento, la cuenta institucional del ministerio remarcó que en 2019 "el ajuste lo hizo el sector privado", que "la tasa de empleo y desempleo alcanzaron el peor nivel desde 2007", que "hubo un importante desvío del déficit fiscal respecto a las proyecciones del presupuesto 2015", que "el déficit en 2019 fue mayor al esperado" y que "la deuda creció por encima de lo proyectado".
El camino
Incluso antes de que el gobierno remitiera el proyecto, el senador nacionalista Jorge Gandini fue el primero en poner arriba de la mesa la posibilidad de votar en contra de la Rendición de Cuentas para "no avalar" los "errores" en las proyecciones económicas y los resultados obtenidos por la anterior administración.
“El último ejercicio fue muy malo en casi todas las variables: aumentó la deuda, el déficit, la inflación no estuvo dentro del rango meta, aumentó el desempleo, nos lo entregaron con un 11% y sin pandemia. Yo no apruebo unas cuentas tan alejadas de la proyección", dijo en junio tras una reunión en Torre Ejecutiva.
En intercambios posteriores con sus correligionarios, Gandini planteó que sería "una contradicción" votar esta Rendición de Cuentas habiendo rechazado las anteriores de los gobiernos frenteamplistas. Con los días, esa postura fue ganando terreno entre dirigentes blancos y de Cabildo Abierto. El jueves pasado, el coordinador de la bancada nacionalista, Gustavo Penadés, dijo en Desayunos Informales que la intención del oficialismo era "que quede meridianamente claro el punto de arranque del gobierno de Luis Lacalle Pou" y advirtió que "el Frente Amplio está empezando a reclamar cosas vinculadas a un aumento del gasto cuando ellos mismos saben la situación de precariedad con la que entregaron el gobierno".
"No hay una sola cifra que marque que el 2019 haya sido un buen año", agregó Penadés, aunque aclaró que la discusión sobre si votar o no seguía abierta.
Sin embargo, en la bancada oficialista no querían tomar ninguna definición sin antes consultar al Poder Ejecutivo acerca de eventuales efectos políticos o legales de ir contra el proyecto.
"Ahí hay un argumento institucional: que rechazarla genera un vacío y es como que no figurase la Rendición de Cuentas, que tiene que constar", explicó Gandini a El Observador.
El senador aclaró que la solución encontrada lo conforma en tanto "el artículo que se agrega es muy claro" acerca de la opinión del oficialismo sobre las cuentas que hereda.
El informe del FA
El Frente Amplio también prepara la defensa no solo de la gestión de 2019, sino de los 15 años de gobiernos de izquierda. El viernes pasado se dio a conocer en la Mesa Política un comparativo del "relato" del gobierno con otros indicadores favorables a la administración frenteamplista.
El informe, que contiene las bases sobre las que se centrará el debate parlamentario por parte del Frente Amplio, señala que "el gobierno pretende instalar un relato que se contradice con la realidad de los números y de los hechos, fácil y objetivamente comprobable".
Según la izquierda, el oficialismo "busca 'tapar el sol con un dedo' con descontextualizaciones y presentación sesgada de los datos".
"El gobierno insiste en que el Frente Amplio le dejó un país fundido: en ello basó su campaña electoral, con ello justifica el ajuste fiscal y tras ello se excusa para escatimar recursos que contrarresten las consecuencias sociales de la pandemia. Sin embargo, en presentaciones a inversores, destaca a Uruguay como un país confiable", afirma el documento, que agrega que el nuevo gobierno añora "la motosierra".
