Cómo Paysandú transformará su costanera de la mano de un estudio internacional

Este miércoles 14 se presentó en Paysandú el Master Plan de la Costa, llevado adelante por el estudio internacional de arquitectos Office for Metropolitan Architecture (OMA) –con sede en Nueva York– al que se le encargó esta propuesta a principios de año. Dirigido por el arquitecto holandés Rem Koolhaas, el gobierno departamental sanducero se la jugó por OMA –a un costo de US$ 1 millón– para desarrollar en al menos 25 años un proyecto urbanístico de transformación integral de toda la costa,  desde el puente internacional General José Artigas hasta la desembocadura del arroyo Sacra. Todo en una extensión de 350 hectáreas.

En una abarrotada Casa Puerto, un espacio cultural ubicado en la zona portuaria, el intendente Nicolás Olivera abrió el juego antes de otorgarles la palabra a los arquitectos y diseñadores de la iniciativa. Habló de “pensar fuera de la caja”, en el sentido de no buscar siempre lo mismo para obtener resultados. También habló de hacer un Paysandú “más lindo para vivir” y de brindarle “más valor al río”.

Por lo tanto, todo eso “merecía un estudio serio” con “visión integradora”. “A los sanduceros nos queda poner coraje, que nos sobra”, aseveró.

Antes de entrar en detalle acerca del Master Plan, a modo de gesto simbólico, el propio Koolhaas envió un mensaje en video desde Doha (Catar), adonde acudió para seguir el Mundial de fútbol. Resaltó, entre otras cosas, que se trata del primer emprendimiento en América del Sur del estudio que fundó en 1975. Luego, salió a la palestra el arquitecto estadounidense Jason Long, encargado del proyecto en Paysandú y quien ya había estado en la ciudad un par de ocasiones antes.

Pedro Dutour

En inglés, y con traductora mediante, se dirigió a la sala colmada –en la que estaban todos los directores departamentales, exintendentes, arquitectos y otras autoridades– para contar y explicar lo que pensaron para la ciudad. “Nuestra oficina se dedica a hacer proyectos innovadores en todo el mundo. En diferentes lugares, en ciudades grandes o aéreas muy remotas. Tenemos también mucha experiencia en trabajos de resiliencia y en diseñar estrategias para responder a problemas de inundaciones, en formas nuevas e innovadoras”, comenzó diciendo y, sin perder el tiempo, puntualizó una de las grandes preocupaciones.

“El plan que presentamos es una visión. Tenemos ideas grandes que pueden abrir grandes potenciales”, junto a la historia de Paysandú y los “activos tan ricos” con que ya cuenta, prosiguió Long.

El Master Plan de la Costa propone emprendimientos comerciales y culturales; protegerse del río; introducir “nuevas ideas” para interactuar con los humedales; sumar muelles para mejorar el vínculo con el río y una red de parques al sur. También  peatonizar algunas áreas del paseo ribereño; promover las iniciativas de diversión existentes; al sur del Yacht Club, levantar un campus de innovación; abrir al público algunas partes del puerto; y permitir algunas nuevas alturas en ciertas áreas protegidas.

“Hay muchos recursos a lo largo del río. Botes, parques, lugares para conducir, y para entrar en el río. También vimos estructuras históricas. Y áreas como el Club Remeros y el puerto, y la parte vieja del barrio. Vimos aquí un potencial increíble esperando a ser utilizado, que podría ser aprovechado si se hacía un pensamiento más amplio del río, y cómo relacionar el río con la ciudad”, dijo Long.

“Tienen estos atardeceres maravillosos que parecen pintados en un cuadro. También es una cosa viva que a veces se convierte en un problema”, mencionó para retomar el asunto de las inundaciones. “Saben que el impacto se da mayormente al sur del puerto. Hablamos de un área de 10 kilómetros de largo. Creemos que con una estrategia flexible se puede manejar este tema. Sin comprometer las cosas buenas que tiene Paysandú y el río”, expresó.

La Cinta

Con ese tema transversal, pasó a relatar la idea que, justamente, atraviesa todo el proyecto costero. Se trata de La Cinta, una vía que permitirá recorrer de punta a punta de la costanera sanducera y, a la vez, hará disfrutar del paseo en cada sector. Además, protegerá en buena medida a la ciudad de las inundaciones.

“Vimos de entrada que las partes del frente costero no están conectadas entre sí. Si un ciclista quiere recorrer toda la costa es muy difícil. Así, pensamos en una conexión para unir todas las partes y todos los activos. Y a eso le llamamos La Cinta”, explicó el arquitecto estadounidense.

“Una cinta que una todos los diferentes momentos que tiene el río. Desde el humedal del norte hasta el humedal del sur. Y todos los puntos del medio. La Cinta habla de conexión. A diferentes alturas: a veces es una ruta elevada, otras una calle que actúa como catalizador de la ciudad. Como la High Line en Nueva York (un parque elevado en Manhattan)”, detalló. También puede devenir en una “berma” (franja de terreno elevado) o la parte de arriba de una “barrera de contención”.

Guillermina Urrutia

Más al sur, La Cinta se convierte en muralla (con portones) para “proteger la ciudad vieja”. “La Cinta son diferentes cosas en diferentes circunstancias, dependiendo la densidad de cada locación. Abre un potencial de nuevos desarrollos urbanos” y comerciales, especialmente, en el barrio portuario, hoy muy venido a menos y abandonado en buena parte.

“No solo es una pieza de infraestructura, sino un nuevo camino para disfrutar del río, y su forma sinuosa al adaptarse a las distintas condiciones. Desde los humedales del norte y el paseo ribereño, hacia el puerto y los humedales del sur”, añadió.

A medida que se avanza por La Cinta hay puntos de atracción, con lugares especiales para música, eventos y actividades culturales. En algunos parajes irá a reforzar las estructuras históricas existentes, como unos edificios que datan de la Exposición Internacional de 1964, o el Anfiteatro del Río Uruguay, inaugurado en 1997. “Todo esto nos permite ver una visión de urbanismo nuevo en Paysandú”, remarcó Long.

Cinco sectores

El proyecto de OMA divide a la costa sanducera en cinco sectores, desde el norte próximo al puente internacional, hasta el sur cercano al arroyo Sacra. El Paseo Ecológico, en el borde norteño, está sobre todo ocupado por los humedales del arroyo La Curtiembre y en la actualidad casi no hay nada en la zona y se utiliza de forma informal para paseos. Para este lugar se piensa una aldea ecológica, con puentes y parques.

A continuación, viene el Paseo Ribereño, a lo largo del distrito industrial, y en el que se encuentran el Balneario Municipal, el Yacht Club, el Club de Pescadores y el Anfiteatro, además de la Avenida de los Iracundos, la que pasaría a ser peatonal para generar una conexión este-oeste. Entre otras iniciativas, se agregarían juegos para niños, áreas de picnic, espacios verdes, un parque familiar, áreas residenciales, muelles.

Le sigue la zona que se conocerá como Laguna Park, considerada una parte central del Master Plan de la Costa. Hoy apenas hay unas casas, un parque infantil, una pista de patinaje, un muelle y el edificio de la Expo de 1964. La rambla que circunda la Playa Park ha sido renovada recientemente y es uno de los nuevos atractivos de la ciudad.

Por tanto, Laguna Park se concibe como el nuevo centro institucional y cultural de Paysandú, con un campus universitario para albergar estudiantes, edificios con aulas y laboratorios, y con un centro deportivo. También un hotel hacia el norte y edificios residenciales y de oficinas al oeste y al sur. Y una laguna en el centro que, además de atractivo visual, funcionará como estanque de retención y un área de almacenamiento. En esta zona, La Cinta tomará la forma de una berma construida para proteger el distrito de las inundaciones, elevando el parque a más de 10,5 metros.

El Puerto Cultural es otro de los sectores que tendrá una gran impronta en este proyecto de OMA. El puerto y su barrio presentan edificios históricos muy venidos a menos, abandonados o en muy mal estado. Entre ellas, la construcción que tiene por sede a la Aduana dentro de la terminal portuaria sanducera. Acá se planifica implementar un paseo comercial, un distrito de arte, oficinas, nuevos espacios públicos, un almacenamiento de botes para el Club Remeros, y residencias, incluso unas que formarán una “U” sobre el río.

Y cierra por el sur, el Parque Costero, con más humedales. Se buscará preservar su ecología y posicionarlo como un recurso comunitario. Se prevé que para los caminos y pasarelas de acceso se utilicen estructuras de bajo impacto para proteger el paisaje existente. Pero no faltarán aquí las residencias ni el campo de deportes.