Técnicos de la Intendencia de Maldonado, el Ministerio de Trabajo (MTOP) y la empresa constructora Saceem certificaron que "existe un peligro real para la estructura del puente" de La Barra, con uno de sus puentes clausurado desde finales de setiembre de 2022, luego de verificar que hay "un descenso de un centímetro diario en la parte inferior del mismo", según indica el informe presentado este viernes a las autoridades de estos organismos al que accedió El Observador.
El estudio realizado por los tres organismos ideó un plan de dos etapas para la reparación del puente, y la habilitación para la temporada de verano de 2023, como espera la intendencia, dependerá "del resultado que se obtenga en la primera etapa del trabajo", se lee en el informe.
Este estudio también fue el detonante para que la Armada Nacional prohibiera la navegación cerca del puente desde este sábado.
"Estamos en una situación delicada, pero es posible mantenerla en pie. El riesgo de que se pueda caer está latente", dijo el intendente de Maldonado, Enrique Antía, el pasado viernes en rueda de prensa. Hasta ese momento la estructura dañada había descendido 1,10 metros.
Los técnicos que trabajan en el puente detectaron que había "cables de tensado no adherentes" al hormigón de la estructura que estaban "fuera de servicio" y "sin la tensión requerida", que "se encuentran cortados en la zona de las juntas de la estructura de hormigón con las cabeceras de tierra".
Por esta situación se descartaron "soluciones de trabajo desde arriba del puente y desde el agua", debajo del puente, por representar un "riesgo importante" para los trabajadores.
En la primera etapa los técnicos planifican un "apuntalamiento" en la zona inferior del puente, colocando "dos vigas metálicas de grandes dimensiones" para "detener el movimiento descendente" de la construcción, reporta el informe.
Para esto se deben instalar antes "pilotes de apoyo", por lo que "se construirán dos ataguías" –unas paredes que se construyen en el agua para facilitar la construcción de cimientos– que permitirán el acceso a los puntos donde irán los pilotes y luego también permitirán la colocación de las vigas.
Para estas ataguías "será necesario el transporte de unos 4.000 m3 de piedra proveniente de diferentes canteras de la zona". Además "se colocarán 60 toneladas de bloques de hormigón en cada cabecera" para generar un "contrapeso" al "movimiento generado por la rotura de cables".
Cuando estas obras estabilicen la estructura del puente se llegará a la segunda etapa, en la que se estudiará "el procedimiento definitivo para la reparación", indica el estudio.
Allí "se analizará la sustitución de los cables dañados" y "la posibilidad de levantar el puente para retornarlo a su cota original", además de cómo se realizará esta tarea.
El tránsito liviano podría volver a pasar por el puente dañado luego de la primera etapa, explicaron los técnicos. El informe no refiere al paso de tránsito pesado, suspendido para ambos puentes por los problemas estructurales.
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