Según la confesión del policía arrepentido, en manos de la fiscal, los jefes ordenaron subir a los detenidos a dos camionetas donde los acribillaron.

Mundo > México

Confesó uno de los autores de la matanza policial mexicana de 17 migrantes y dos traficantes de personas en Tamaulipas

La masacre ocurrió en enero de 2021. Doce policías fueron llevados a juicio y uno de ellos dio detalles macabros. Primero les dispararon, luego los remataron y finalmente quemaron con nafta los cuerpos de las 19 víctimas
Tiempo de lectura: -'
24 de mayo de 2023 a las 05:01

Uno de los perpetradores de la masacre de Tamaulipas, ocurrida el 22 de enero de 2021, pidió ser “testigo protegido” y dio detalles escalofriantes de cómo él y otros 11 agentes policiales asesinaron a 19 personas en esa localidad del norte de México.

Ismael Vázquez, tal el nombre de quien se amparó en la Justicia, tiene 28 años y, en agosto de 2022, contó que los policías “habían encontrado los cuerpos ardiendo”. En el mismo tenor declararon los otros policías, quienes se declararon inocentes de las acusaciones.

Sin embargo, iniciado el juicio contra los 12 agentes, ya que esa versión era demasiado endeble, Vázquez decidió contar la verdad a cambio de entrar al programa de protección de testigos.

El juicio comenzó este lunes en Ciudad Victoria, capital de Tamaulipas. En la primera audiencia, que duró tres horas, no se presentaron los abogados de varios de los policías, incluida la defensora de Vázquez, aunque sí estaban los familiares de las 19 víctimas, sus abogados y los fiscales. El juez, Patricio Lugo, suspendió la sesión y la reprogramó para principios del mes próximo.

La prensa mexicana y algunos medios extranjeros, entre ellos El País, de Madrid, pudieron acceder a la copia del testimonio de Vázquez en el que confesó a cambio de eventuales ventajas en la condena que reciba. Además de la autoincriminación de este policía, la Fiscalía tienen una batería de 79 testigos entre los que hay vecinos y peritos.

Vázquez afirmó que recibieron órdenes superiores y nombró a un jefe policial llamado Horacio Rocha Nambo. Además, afirmó que fueron 24 los policías que participaron de la masacre de Tamaulipas y no sólo los 12 encausados.

Las víctimas fueron 17 personas llevadas por dos “coyotes” como llaman a los que organizan la inmigración ilegal a cambio de dinero. La gran mayoría de los migrantes eran guatemaltecos. Según Vázquez, en la mañana del 22 de enero asesinaron a las víctimas y, al día siguiente, los policías volvieron a la escena del crimen a recoger casquillos de bala por orden de sus jefes.

Vázquez dijo que la máxima responsabilidad fue del comandante del Grupo de Operaciones Especiales de la Policía de Tamaulipas, Gopes, Horacio Rocha Nambo, quien le ordenó contar una historia distinta a la realidad.

Eran las 10 de la mañana del 22 de enero cuando los vehículos policiales iniciaron la persecución de los autos en que los “coyotes” llevaban a los migrantes. Les dispararon y, cuando los autos pararon, varios estaban heridos.

Según la confesión de Vázquez en manos de la fiscal, los jefes ordenaron subirlos a dos camionetas donde los acribillaron. Luego, otro policía, de nombre Cristian Eduardo González García, llevó un bidón de nafta.

“Lo puso en el suelo, por donde estaban los comandantes. En eso se escucharon más detonaciones, como unos 10 tiros. Tuvo que ser alguno de ellos los que los remataron, los de la unidad de Nambo”, dijo, en referencia a su comandante.

Según este policía arrepentido, “el comandante Nambo tenía un encendedor pequeño en su mano. Prendió fuego a un papel y lo tiró a la camioneta donde se encontraban los cuerpos. Se empezó a incendiar”. Mayra Elizabeth Vázquez Santillana, coordinadora de la Policía de Tamaulipas, fue quien dio la declaración que llegó al juzgado.

La confesión de Vázquez echaría por tierra la versión oficial que indicaba la existencia de “un enfrentamiento” presumiblemente entre bandas.

Según el escrito presentado por Vázquez Santillana, iban tres patrullas, en vez de seis. Dice que “un señor que salió de la maleza les dijo que había escuchado un enfrentamiento cerca de allí” y que habría ocurrido a las dos de la tarde. Agrega que luego las patrullas encontraron “una camioneta en llamas” y que el fuego era tan fuerte que no pudieron acercarse.

El relato de esa agente policial fue modificado menos de una semana después. El señor que había aparecido de entre la maleza ya no existía. La Fiscalía, ante otras evidencias, detuvo a los 12 agentes.

Vázquez, en su confesión, dijo que él y sus otros 23 compañeros salieron de la base de la Policía estatal de Camargo entre las 8.30 y las 9 del 22 de enero, a bordo de seis vehículos. Por un lado, la coordinadora y sus hombres en dos camionetas. Por otro, Nambo y 20 agentes en otros cuatro vehículos.

El agente arrepentido dio todos los detalles macabros del asesinato. Incluyó algo clave que involucra a la cadena de mando: se comunicaban por radio con el jefe Horacio Rocha Nambo y para referirse a las víctimas hablaban de los “agresores”. En los detalles, cuenta la cantidad de disparos que hacían todos los involucrados una vez que las camionetas de los perseguidos se habían detenido tras los disparos recibidos.

Vázquez contó cómo, a partir de allí, tiraron con las ametralladoras pesadas montadas en los vehículos del grupo de operaciones especiales. También aclaró que él llevaba “un fusil y un arma corta”.

“Yo me bajé y, como no soy de tirar a lo loco, analicé el objetivo y después disparé. Sentí miedo de que nos pudieran disparar. Me puse a buscar un agresor, pero no había nada. No vi a quién estaban disparando”, dijo en su confesión Vázquez.

Se trató de una ejecución masiva. Para ocultar los hechos, la responsable de dar el informe, Vázquez Santillana, dijo que había tres armas largas en una de las camionetas, cosa que no pudieron verificar los peritos.

Testigos de parte de lo ocurrido, cuyos testimonios constan en el expediente, señalaron que la persecución se inició en el mismo lugar que menciona Vázquez, en un rancho cercano al camino.

Ese rancho, según un vecino, es donde encontraron los cadáveres de los migrantes y los vehículos calcinados. Otros tres vecinos hablan de la presencia de al menos un tercer vehículo civil, además de los dos que aparecieron en la escena del crimen.

Vázquez contó que, tras la balacera, el comandante de su vehículo le ordenó que fuera a ver la camioneta acribillada. “Alcancé a ver movimiento en la cabina. Me acerqué y vi que eran puras mujeres, unas ya estaban muertas y otras heridas”.

Luego, con una compañera, fue en busca de uno que había logrado huir. Se trataba de uno de los “coyotes”. Desarmado, según Vázquez, el hombre se desangraba. De acuerdo a la necropsia de los peritos, el coyote “recibió un disparo en el tórax que le perforó el pulmón izquierdo”.

Según Vázquez, quienes todavía estaban moribundos, fueron sacados para ser interrogados. “Se alcanzaban a escuchar los golpes que le estaban dando, pero no alcancé a oír lo que el señor respondía. Enseguida escuché detonaciones y luego lo vi tendido en el piso boca abajo”. Luego los remataron, según la confesión del policía que pidió protección a cambio de hablar.

El agente deberá refrendar lo dicho ante el juez y aguantar las preguntas de las partes. Sus respuestas podrían aclarar las partes menos claras de su historia.

 

 

 

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...