Hace seis años y de una forma “muy tímida”, según recordó Mariano Rodríguez –presidente de la Sociedad de Criadores de Corriedale del Uruguay (SCCU)–, la gremial firmó un convenio con el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) para que pequeños productores rurales pudieran comprar ovinos de la raza, utilizando un crédito de Microfinanzas (BROU) a pagar en dos años.
El proyecto comenzó con pocos productores. Cuando terminó el período del gobierno anterior eran 54 ganaderos en todo el país los que se habían iniciado en la actividad mediante este convenio y actualmente son 157. Desde la gremial se estima apoyar a más productores este año y llegar a un total de 270 involucrados.
El requisito para acceder a ejemplares Corriedale de esta manera, destacó Rodríguez, es uno: “Ser productor chico y tener muchas ganas de trabajar”.
Los productores que han accedido a ovinos de esta manera tienen campos de entre una y dos hectáreas, área que para 15 ovejas –el promedio que tienen cada uno– “da bien”.
Los interesados en acceder al convenio deben comunicarse con las dependencias del Mides en todo el país, donde se evalúa si el perfil es apto para el proyecto.
Mides y la Soc de Criadores de Corriedale entregaron 50 ovejas de alto valor genético a 5 pequeños productores del depto de Flores.
— Andrés Carrato (@AndresCarrato) May 20, 2020
No es un regalo, cada uno tendrá la posibilidad de pagar el 30% del valor de estos animales con corderas y el resto en pesos sin interés #mides pic.twitter.com/qUvhN7Ivfp
El trabajo de la SCCU en este acuerdo con el ministerio es conseguir, a través de sus socios, las ovejas que los productores comprarán.
En total, por zafra se necesitan 1.500 ovejas para cubrir la demanda, aunque actualmente hay en el entorno de 700 para esta zafra, comentó el presidente de los criadores. La oferta se distribuye en todo el país.
Según resaltó en los últimos años ha aumentado la demanda de productores rurales por comprar ejemplares de la raza mediante este convenio, “porque la gente se ha dado cuenta de que es un buen ingreso”. “En muchos casos la oveja ha dado la posibilidad de mandar a los gurises a estudiar con los ingresos que se han generado, y por eso la sociedad de criadores no puede sentir otra cosa que orgullo, porque nos ha llevado mucho trabajo”, sostuvo.
Es responsabilidad de la gremial asegurar que los ejemplares que salen a la venta tengan un “material genético importante, que sea de calidad, para asegurar que esas ovejas sean representativas de la raza”, agregó.
Durante el año los productores tienen cinco visitas técnicas en las que se los ayuda a tomar decisiones importantes, como las de manejo, por ejemplo.
Este convenio “es una pata social que cumple la sociedad de criadores de la que estamos muy orgullosos”, mencionó, y resaltó que tanto la parte pública como privada trabajan en concordancia y con un diálogo permanente, y que lo importante es que las ovejas se entregan a quienes se les da la posibilidad de trabajar para pagarlas, no es un regalo.
“La sociedad de criadores está muy orgullosa de formar parte de esto que hoy está tomando un vuelo realmente interesante. Muchas veces vemos que se da y se da desde el Estado, y nos llena de orgullo que en este caso se les vende y se les financia para que tengan capacidad de pago. Es importante como país tener la posibilidad de ayudar, pero que también quien reciba esa ayuda cumpla con los compromisos”, expresó.
5 pequeños productores de Flores ya integran el convenio del Mides y la Sociedad de Criadores de Corriedale para el fomento a la producción ovina a pequeños productores familiares.
— Andrés Carrato (@AndresCarrato) September 10, 2020
A su vez hay 5 nuevos pequeños productores que se integran a partir del año q viene.#mides pic.twitter.com/KTSMwmkzU5
La raza se viene trabajando de buena manera, totalmente adaptada al país, explicó el presidente de la gremial. En los últimos años los criadores han ido hacia un afinamiento de la lana y un desarrollo de la parte carnicera.
Un relevamiento realizado por el observatorio de la sociedad de criadores muestra que entre el 75 y el 80% de los ingresos de los productores son por la venta de carne. “Hoy el negocio está muy bueno”, dijo Rodríguez sobre la industria cárnica y esta raza, “hay un muy buen precio, en el entorno de los US$ 4,5 el kilo por cordero, con una alta demanda de la industria por todas las categorías y una buena competencia en las industrias”, añadió.
Sobre los negocios de lanas, detalló que aún están esperando que el mercado “se mueva un poco más”. En lo interno se han concretado algunos negocios con valores que se acercan a los US$ 2 por kilo por la lana de esta raza, indicó.
“No nos ha tocado una época fácil para la venta de lana, pero por suerte es un bien no perecedero que se puede guardar”, dijo, y sostuvo que todos los productores están preocupados porque la oferta no se encuentra con la demanda y el precio, aunque hay esperanza de que esas puntas se unan y se concreten los negocios.
La majada nacional se ha mantenido y si bien algunos productores eligieron hacer cruzamientos para afinar la lana, hoy están volviendo al Corriedale, contó, considerando otro tema relevante.
En la zafra de carnernos se vendieron ejemplares de esta raza en el entorno de los US$ 1.000, lo que demuestra el interés de los ganaderos por estos animales.
“La raza se mantiene y se desarrolla muy bien en todo el territorio. Parte de la reactivación del stock ovino pasa por la Corriedale, sobre todo por la capacidad de producir mellizos que tiene, y la forma en la que está adaptada al medio. Corriedale es un actor importante en la ovinocultura nacional”, reflexionó.
Los ataques de perros a majadas, que se registran casi a diario en diferentes zonas del país son algo que preocupa a los criadores de Corriedale.
Para Rodríguez, presidente de la gremial que agrupa a los productores de esa raza, lo que hace falta es solucionar el problema del control de los perros que andan sueltos, tanto en pueblos como en zonas rurales.
“Amparados en el Código Rural los productores en muchos casos saben lo que tienen que hacer, pero no es la solución definitiva tampoco. Este es un tema muy sensible, pero en el que hay que tomar decisiones. Creímos mucho en la creación del Instituto Nacional de Bienestar Animal y vemos que no tiene muchas herramientas para tomar medidas. Creo que las intendencias están tomando parte, pero es un tema de tenencia responsable de toda la sociedad. Los refugios están desbordados y hay que tomar medidas de fondo”, indicó, y destacó que el daño, más que económico, es anímico para los productores, que en muchos casos pierden años de avance genético en sus sistemas productivos.
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