Miles de personas salieron a protestar este sábado en Francia por cuarto fin de semana consecutivo contra las medidas de control de covid-19, como el pase sanitario y la vacunación obligatoria para el personal sanitario.
Para este sábado, se convocaron protestas en más de 150 ciudades, unas marchas que coincidieron con un nuevo mensaje del presidente, Emmanuel Macron: "vacúnense", justo cuando la cifra de franceses que recibieron al menos una dosis alcanza los 44 millones (casi el 66% de la población).
Promovidas por Macron para incentivar la vacunación y contener una epidemia que vuelve a estar en expansión, las medidas chocan con numerosos detractores, que las ven como un ataque a las libertades civiles.
"Macron, no quiero tu pase [sanitario]" o "Macron, no queremos ni verte" fueron algunos de los lemas escuchados en el centro de París, en una protesta con varios miles de personas, con numerosos "chalecos amarillos" entre ellos.
"El problema con el pase sanitario es que nos lo están imponiendo", lamentaba Alexandre Fourez, un empleado de marketing de 34 años que aseguraba participar por primera vez en estas protestas.
En el departamento de Provenza-Alpes-Costa Azul, en la costa Mediterránea, al menos 37.000 personas se manifestaron en ciudades como Toulon, Niza o Marsella.
En esta última ciudad, la educadora jubilada Geneviève Zamponi juzgó como "vejatorio y discriminatorio" el pase sanitario, a pesar de ser favorable a la vacunación.
"Los proletarios podrán tomar el metro o el tren sin pase, pero no tendrán derecho a ir a tomar un café (...) Es ilógico", dijo.
Miles de personas se manifestaron también en ciudades como Toulouse, Nantes, Burdeos o Lyon.
El Ministerio de Interior cifró en al menos 204.000 los manifestantes del pasado 31 de julio (eran 161.000 una semana antes).
"Esperamos más o menos el mismo número de manifestantes" el sábado, pronosticaba una fuente policial.
Buena parte de los manifestantes, algunos vacunados, ven en esta imposición del pase sanitario una "obligación camuflada para vacunarse" y "una sociedad de control", y temen que los empleadores puedan suspender temporalmente el contrato de un trabajador si este no tiene el pase en regla.
También los hay que rechazan ser usados "como cobayas" de las nuevas vacunas.
En tanto, en la ciudad de Cambrai, donde se reunieron un centenar de manifestantes, algunos comercios estaban cerrados como forma de protesta.
La semana pasada se vivieron, en algunas marchas, enfrentamientos con las fuerzas del orden y se insultó a los medios.
AFP
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