En un agujero en el suelo vivía un hobbit, que sin saberlo, sería el responsable de la gestación de uno de los universos narrativos más importantes, espectaculares, prolíficos y lucrativos de la literatura universal. Aunque su más conocida secuela tiene un tinte épico más cercano a las grandes sagas medievales, El Hobbit es, ante todo, una historia de aventuras pensada para un público infantil y juvenil. Las aventuras de su protagonista, Bilbo Bolsón, son bastante más inocentes, graciosas y livianas que las de su sufrido sobrino Frodo. Pero por fuera de la comparación y la conexión con El señor de los Anillos, El Hobbit es una novela encantadora, que se disfruta al leerla con cualquier edad, pero que para un lector más joven puede ser la puerta de entrada a una literatura diferente. Tolkien escribe para niños pero no los subestima, planteandose como un narrador que utiliza referencias modernas aunque la historia se ambienta en un mundo medieval fantástico, y con una estructura de momentos “seguros” con otros “peligrosos”, que van creciendo rumbo a un final monumental. (Minotauro, $ 580)
Esta nota es exclusiva para suscriptores.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá