Darío Rodríguez, nuevo DT de Peñarol

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Darío Rodríguez a Peñarol con el manual del Guti: el arco en cero, motivación y recuperar confianza

Darío Rodríguez desembarcó en Peñarol con ideas claras y sencillas que, por el contexto de su llegada y las formas que anunció, presenta semejanzas con lo que propone Álvaro Gutiérrez en Nacional
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27 de junio de 2023 a las 05:03

Darío Rodríguez asumió este lunes como nuevo entrenador de Peñarol y este martes se presentará al plantel para comenzar a preparar su debut que será el jueves, en el Estadio Centenario a la hora 21.00, contra América Mineiro, por la Copa Sudamericana. 

El exfutbolista del club, campeón como jugador y dos veces como ayudante técnico (de Jorge Da Silva en 2015-2016 y Mauricio Larriera en 2021) llega a un Peñarol que acumula seis partidos sin triunfos, que arrancó el Torneo Intermedio cinco puntos arriba de Nacional en la Tabla Anual pero que ahora supera a su tradicional rival por dos unidades y que este jueves cerrará un Sudamericana espeluznante, donde perdió sus cinco partidos, tres de ellos por goleada. 

Fue también en un contexto crítico cuando Álvaro Gutiérrez se hizo cargo de Nacional, en el Clausura 2014, para cerrar una temporada después de que el tricolor se comiera un humillante 5-0 contra Peñarol. 

La presentación de Darío

Gutiérrez, hombre de la casa tricolor, se transformó con el paso de los años en un entrenador al que echar mano en momentos calientes de la institución. 

Ser hombre de la casa fue el factor determinante para que el consejo directivo de Peñarol votara el domingo por unanimidad, en una reunión llevada a cabo por Zoom, a Rodríguez como el nuevo entrenador de Peñarol en lugar de Alfredo Arias, cesado tras perder en la tercera fecha del Intermedio 3-1 con River Plate, pese a haber sido campeón del Torneo Apertura.

Esa es una gran semejanza que empiezan a tener Gutiérrez y Rodríguez. 

Álvaro Gutiérrez, DT de Nacional

Una diferencia es que Gutiérrez llegó a Nacional con experiencia previa en mayores, tras dirigir a Atenas de San Carlos y Rampla Juniors. 

Rodríguez fue ayudante técnico de Jorge Da Silva y Diego Alonso, en la selección uruguaya, en todo 2022. 

El entrenador se refirió a esa "inexperiencia", pero dijo que se siente entrenador desde que se recibió y que aprendió mucho de los directores técnicos que tuvo a lo largo de su carrera. 

A Rodríguez lo marcó especialmente Julio Ribas en Sud América primero, para luego llevarlo a Bella Vista y Peñarol, en 1999. En 2002 tuvo a Gregorio Pérez. En Schalke 04 tuvo a Frank Neubarth, el belga Marc Wilmots, un laureado entrenador como Jupp Heynckes, Eddy Achterberg, Ralf Rangnick, de reciente paso por Manchester United y muy criticado por Cristiano Ronaldo, Oliver Reck y Mirko Slomka. 

En su retorno a Peñarol tuvo a Mario Saralegui, otra vez a Ribas, Víctor Púa, Diego Aguirre, Manuel Keosseian, Jorge Goncálvez, Jorge Da Silva, Diego Alonso y Jorge Fossati.

En la selección, tuvo a Daniel Passarella, Púa, Juan Ramón Carrasco, Fossati y Óscar Tabárez.  

Ahí está su gran escuela de aprendizajes. 

Pero fue en su primer discurso como DT de Peñarol que Rodríguez mostró más semejanzas con Gutiérrez. 

"Mi forma de jugar es la que le dije al presidente cuando hablamos: la que quieren todos los entrenadores, la que te hace ganar", dijo con una sonrisa donde entre líneas del mensaje obvio se advirtió un discurso pragmático, donde el estilo estará puesto al servicio pura y exclusivamente del resultado.

"Me gusta que mis equipos sean protagonistas", expresó. Ese fue el mismo concepto que Pablo Bengoechea dejó en claro al asumir el mandato como entrenador de Peñarol a fines de 2014, de cara al Clausura 2015, que ganó con un equipo eficaz pero sin vuelo alguno futbolístico. 

Bengoechea fue su compañero en Peñarol entre 1999 y 2002 y ahora es el cuestionado director deportivo del club.

Ese podría ser un matiz con Gutiérrez que en función del rival muchas veces ceder terreno y pelota y apostar a transiciones veloces de defensa a ataque para sorprender a su oponente. 

Rodríguez adelantó que su equipo será "agresivo" y enseguida aclaró: "que tenga una agresividad bien entendida, que siempre esté pensando en el arco del frente".

El lateral fue un zaguero recio. De la vieja escuela. Con buena técnica en su pierna zurda para salir e incluso definir. Pero con una tenacidad inquebrantable en la marca donde se servía de cualquier medio para detener a los delanteros, mucho más allá del filo de lo reglamentario. 

Rodríguez dejó bien en claro que la agresividad en su equipo será para disputar cada balón, para no rendirse, para luchar hasta el final y para demostrar desde lo actitudinal lo que implica vestir la camiseta de Peñarol. Él puede trasladar ese concepto a los jugadores desde un lugar creíble.  

Peñarol, con Juan Manuel Olivera como DT, mostró signos de mejoría solamente en ese rubro el pasado sábado en el empate 0-0 contra Wanderers. En los últimos partidos de la era Arias, el equipo estaba de capa caída y varios jugadores lucieron entregados, sobre todo cuando su propia tribuna se les venía encima con cánticos insultantes. 

Rodríguez deslizó otro concepto para lo que será su equipo y habló de "equilibrio". Su Peñarol será un equipo que deberá defender tan bien como atacar. O al menos, ser eficaz en esas dos de las cuatro facetas que tiene el juego.

"Hay que devolverle la confianza al jugador y por eso empezaremos de atrás hacia adelante, pero siempre buscando el arco contrario y siendo equilibrados”, afirmó.

En su primera práctica de ese martes, Rodríguez empezará a trabajar aspectos anímicos del plantel. A motivarlo con lo que viene y con un objetivo bien claro: ganar el Campeonato Uruguayo en diciembre. 

Esa es una de las fórmulas mágicas de Gutiérrez. Llegarle al jugador, regarlo de confianza. Al titular y al suplente. Tener su motivación siempre a tope. Su distendida forma de ser y de entrenar genera un clima de trabajo donde se respira paz. 

Rodríguez es un hombre de un carácter mucho más retraído, cerrado, parco. Pero para llegarle a la cabeza y al corazón del jugador tuvo al mejor maestro: Ribas. 

El aspecto del cero en el arco propio ha sido la premisa básica de Nacional cada vez que Guti es el entrenador. 

Sus equipos atrás no se complican, ni se inmutan en sacar el balón jugado para no arriesgar con pérdidas en las cercanías de su área, juegan al pelotazo, son agresivos para pelear la segunda jugada y luego buscan ofender con las armas que se disponen, aprovechando la calidad individual de los talentos y alguna asociación que pueda generarse por afuera. Listo. Habrá que ver si a partir del jueves, esto es lo que procura Rodríguez en Peñarol. 

Gutiérrez siempre explica que un equipo grande, con el arco en cero, es siempre capaz de ganar los partidos por la calidad individual de sus futbolistas. Sencillo. Seguramente a años luz del mundo moderno futbolero. Pero en entrecasa, eficaz. Siempre eficaz. 

Por lo pronto, el flamante DT de Peñarol se animó a decir que sus equipos se moverán dentro de tres sistemas tácticos: 4-4-2, 4-3-3 o 4-2-3-1. "Por ahí nos vamos a desenvolver, dependiendo del momento y del rival”, dijo. 

Se viene el Peñarol de Darío. Cualquier similitud con el Nacional del Guti, puede no ser una mera coincidencia. 

 

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