Cada vez que el presidente brasileño Jair Bolsonaro habla o toma una decisión que involucra a las armas desata la polémica. Y este miércoles lo hizo una vez más.
Después de varios anuncios sobre la flexibilización de las condiciones para el porte de armas finalmente firmó un decreto que amplía las posibilidades para la posesión, el porte y la comercialización de armas para tiradores deportivos, cazadores y coleccionistas. Cuando se conoció la noticia hubo fuertes reacciones en contra pero todo empeoró cuando se conoció el decreto publicado en el Diario Oficial que indica que la flexibilización incluye a políticos, abogados, periodistas, agentes de tránsito, empleados de empresas de transporte y camioneros.
También autoriza portar armas a residentes en áreas rurales y dueños de clubes de tiro o de empresas que vendan armamentos.
Además, el decreto libera la importación de municiones y armas para todas las personas autorizadas a portarlas, aunque solo después de que las operaciones sean aprobadas por el Comando del Ejército, que junto con la Policía Federal estará a cargo de la fiscalización de todo lo relativo a los permisos.
Según las nuevas reglas del gobierno brasileño para tener derecho al porte los interesados deberán presentar una "declaración de efectiva necesidad", tener al menos 25 años de edad, carecer de antecedentes penales y comprobar "idoneidad moral", "psicológica" y "capacidad técnica" para el uso de armamentos.
"La seguridad pública comienza dentro de casa", dijo el presidente, y el decreto garantizará "el derecho individual de que cada quien que quiera tener y portar un arma de fuego lo pueda hacer", siempre y cuando se atenga a los límites legales.
Después de firmar el decreto, Bolsonaro posó para los fotógrafos junto a algunos de sus ministros y parlamentarios, que imitaron un gesto que el gobernante hizo durante su campaña electoral el año pasado, con los dedos pulgar e índice simulando un arma. "Fuimos al limite de la ley, no pasamos por encima de la ley", dijo.
Para cualquiera
En enero Bolsonaro, que llegó al poder con su discurso a favor del armamento para la legítima defensa y de mano dura contra el crimen, ya había firmado un controvertido decreto que flexibilizaba la tenencia de las armas en todo el país, y cumplió así una de las principales promesas de campaña.
Para Caio Pizetta Torres, especialista en temas de seguridad de Control Risks, la nueva medida abre la puerta para facilitar el porte de armas en general.
"Basta que un ciudadano común se afilie a un club de tiro y participe de entrenamientos para poder obtener el registro y, por consecuencia el derecho de transitar con armas cargadas, en el trayecto hasta el lugar de entreno. En la práctica, la verificación de esa exigencia es subjetiva y ofrece al portador de arma la posibilidad de siempre alegar estar en tránsito", dijo a la AFP.
Según él, es de esperar que el número de registros se dispare en los próximos años.
Según datos divulgados por el diario O Globo, la concesión de licencias aumentó un 879% entre 2014 y 2018, y en la actualidad hay 255.402 licencias activas en Brasil.
Con AFP y EFE
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