Del regreso de Lorde a música de película: cinco discos para recibir la primavera

Lorde – Solar Power

Con su primer sencillo, Royals, la neozelandesa Lorde se convirtió en una voz portadora de éxitos con tan solo 16 años. Con su segundo disco, Melodrama, lanzado en 2017, se consolidó como una de las autoras más importantes del pop más indie. Cuatro años después, y luego de un período de silencio, la cantautora regresa al ruedo con un disco que como ya anticipa su título, es luminoso. Con un espíritu new age y de alabanza a lo natural que permea en todo el álbum, Lorde presenta un disco lánguido y hermoso que se siente monumental y mínimo al mismo tiempo, con un aura folk enlazada con el sonido propio de la artista, que reflexiona en sus canciones sobre la fama, el peso que tiene en alguien joven y como eludirla para que no se convierta en un agobio, sobre el amor, el verano y hasta sobre el fin del mundo. Un disco que brilla sin encandilar, y que tiene en la canción que le da título a un hit ineludible e inolvidable.

Solo en busca de un lugar – Varios Artistas

Por segunda vez desde la disolución de Los Estómagos en 1989, la banda uruguaya que fue uno de los pilares del rock postdictadura y que dejó una herencia musical y cultural que perdura hasta hoy recibe un homenaje en forma de un disco de versiones, tras Extrañas visiones, de 1996. Músicos uruguayos, argentinos y españoles presentan sus interpretaciones del cancionero de la banda pandense, apegándose más o menos a los originales, pero aportando todos una voz propia en una compilación variopinta y pareja. Entre las versiones más destacadas están la de En la noche, a cargo de Hablan por la espalda, la de Una ola, interpretada por Niña Lobo, y la colaboración entre Exilio Psíquico y Romina Peluffo en Ningún lugar.

La teoría de los vidrios rotos – Franny Glass

No es habitual que se publiquen como discos las bandas sonoras originales de las películas uruguayas. Por suerte esa tendencia negativa se revierte con esta música perteneciente a la película de Diego “Parker” Fernández, a cargo del proyecto liderado por Gonzalo Deniz, acompañada por la voz de Silvestre de la Sierra, un personaje de la ficción cuya voz es la del conductor televisivo Humberto de Vargas, la más grata sorpresa de esta obra. Con un potente vozarrón digno de un cantante de boleros, el también actor comanda las canciones que navegan entre lo melódico, el wéstern, la cumbia y lo folk, con unos teclados y efectos sonoros que le dan un ambiente de boliche de mala muerte de un pueblo, algo acorde a la trama de la película. Con el tema Misterio como lo más memorable de este disco, es una bienvenida novedad, y que se puede disfrutar incluso aunque no se haya visto el filme.

Días de fuego y fantasmas – Diego González

Con su disco debut, Uno, González se presentó con fuerza en el panorama musical local –el disco incluso le valió el premio Graffiti como Mejor artista nuevo–. Le quedaba planteado entonces el desafío de seguir ese potente primer paso, algo que hace ahora con este álbum que lo consolida en la piel de cantautor, con una oferta de canciones agradables y sencillas (pero no por eso poco valiosas), con una identidad pop marcada, y un buen uso de instrumentos de viento y cuerdas para complementar la base de teclados, guitarra, bajo y batería, que expanden la propuesta sonora de este disco cálido y confortable, algo patente en canciones como Ilusión y La canción que hay que escuchar. Destaque aparte para la participación de los invitados del álbum: la argentina Loli Molina en Días, el piano de Luciano Supervielle en Nuestro fuego, y a Luis Angelero en Cuál hacés?, que elevan definitivamente las canciones en las que colaboran. Una confirmación y buen paso adelante para su autor.

Onírico – Proyecto Bifröst

En la mitología nórdica, el Bifröst es el puente que conecta la Tierra con Asgard, el reino de los dioses. Aquí, la cualidad de puente la adopta la música, para una conexión más mundana entre Berlín, donde reside el músico, compositor y productor Diego Caetano, y Montevideo, hogar del cantante Alejandro Spuntone, exintegrante de La Trampa y actual miembro de otro dúo junto al guitarrista Guzmán Mendaro. Aquí Spuntone se mete definitivamente en el mundo del metal (para el que tiene una voz adecuada, y cuya influencia ya se notaba en su etapa con La Trampa) para pintar con sus melodías por encima de la frenética y aguerrida música de Caetano. Con tonos épicos a lo largo de toda su duración, dos interesantes versiones de canciones uruguayas –Hijos de la abundancia de Fernando Cabrera y Jorge Galemire, y Flecha Verde, de Ruben Rada– y un final en un registro diferente y efectivo, como Bienvenida al mundo, redondean un primer álbum para este proyecto en el que claramente la distancia no es obstáculo.