Despierta sospechas el intento de fuga de preso que lideró motín en el Comcar

El hecho ocurrió en la madrugada del domingo y por estas horas la policía investiga de qué forma el preso logró salir de su celda. Amorín llegó a transitar por el penal e intentó pasar inadvertido entre los guardias. Para eso se vistió con las mismas ropas que usan los funcionarios del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR).

Hasta ahora no se sabe cómo el recluso llevó adelante la maniobra, en qué momento del día y si contó con ayuda de otras personas. En primera instancia los controles de rutina realizados sobre las 19 horas del sábado no habrían detectad ninguna anormalidad y todos los presos estaban en sus celdas.

Amorín llamó la atención de la guardia del penal en las primeras horas de la madrugada del domingo cuando transitaba por los pasillos del módulo. El recluso traía puestas algunas prendas de vestir de la policía, pero llamó la atención su forma de caminar. Fue en ese momento que la guardia lo detuvo para saber su identidad y se encontró con que se trataba de un recluso.

En primera instancia no se detectó que la cerradura de la celda que ocupaba estuviera forzada ni tampoco la puerta. No se descarta que Amorín hubiese salido de la celda antes que llegara la noche y que estuviera escondido en otra parte del módulo esperando para intentar fugarse horas después.

El caso está en manos de la fiscal Nidia Morosini, según informó el Ministerio del Interior.

Amorín cuenta con cuatro antecedentes en la justicia: un delito de rapiña especialmente agravada; un delito de hurto; y la presunta comisión de tres delitos de rapiña y un delito de receptación en reiteración real.

A ello se suma un delito de receptación con un delito de autoevasión agravado y un delito de rapiña con privación de libertad, copamiento y un delito de atentado especialmente agravado, todo en régimen de reiteración real.

En 2009 ya se había fugado de la cárcel de Las Rosas en Maldonado, según informó en su momento la policía.

El último motín

El pasado viernes 29 de junio, 33 reclusos protagonizaron un motín que comenzó tras un intento de fuga. Tres policías fueron tomados como rehenes en esa oportunidad.

Aunque los delincuentes amenazaron con matar a uno de los rehenes si no se cumplía con sus reclamos, nunca llegaron a ser agredidos físicamente y los tres fueron liberados en perfecto estado.

Los internos demandaban más horas de patio, mejor calidad en los alimentos que reciben y celulares para comunicarse con el exterior. Las negociaciones para la liberación fueron llevadas adelante por el director del INR, Gonzalo Larrosa.

Las fotos de ese motín, que comenzó sobre las tres de la mañana, circularon rápidamente por las redes sociales. En una de ellas se veía cómo tres de los reclusos apuntaban con escopetas –de munición de goma– a los rehenes. Todos sonrientes, con los rostros descubiertos. En otras, simplemente posaban con sus armas.

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En esa oportunidad, el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, dijo que la cartera ordenó "una investigación administrativa ajena al Instituto Nacional de Rehabilitación", para conocer cómo se dieron los hechos. También se inició una investigación penal a cargo de la fiscal Diana Salvo.

El motín también dio pie a que el sindicato policial pidiera mejoras en las condiciones de trabajo dentro del recinto para los funcionarios. Las críticas apuntaron a aumentar el número de policías que custodia los módulos, los chalecos de protección y a otras garantías de seguridad.