El histórico dirigente etarra José Antonio Urrutikoetxea Bengoechea, alias "Josu Ternera", fue detenido este jueves en los Alpes franceses, donde residía, y se encuentra bajo custodia a la espera de ingresar en prisión para cumplir una condena de ocho años.
Según informaron a Efe fuentes judiciales francesas, Urrutikoetxea no será presentado ante un juez de instrucción y entrará directamente en prisión para purgar la pena de ocho años que le fue impuesta el 1 de junio de 2017 por su papel como miembro del aparato político de la banda terrorista ETA. Al haber sido juzgado entonces en rebeldía, tendrá la oportunidad si lo desea de presentar un alegato para ser procesado de nuevo por los mismos delitos.
Urrutikoetxea fue hospitalizado este jueves después de pasar por un cuartel de la Gendarmería, informaron a Efe fuentes de la Fiscalía de París. El hombre pidió ser examinado por un médico y se le condujo a un hospital, donde sigue ingresado, precisaron las fuentes.
Mientras purga su pena en la cárcel en Francia, la Audiencia Nacional española podría revisar si tiene elementos acusatorios en su contra y solicitar una entrega temporal a las autoridades francesas, añadieron las fuentes.
Urrutikoetxea, que llevaba en la clandestinidad desde 2002, fue arrestado en el departamento de Alta Saboya, donde vivía actualmente, en una operación conjunta entre la Dirección General de la Seguridad Interior (DGSI, los servicios de inteligencia de la policía francesa) y la Guardia Civil.
Su papel en ese tiempo en el aparato político le valió una condena en rebeldía en Francia a ocho años en junio de 2017.
También fue el protagonista del comunicado de mayo del pasado año en el que ETA anunció su disolución.
Antes de la condena a ocho años de 2017, "Josu Ternera" había sido condenado dos veces en Francia, una de ellas igualmente en rebeldía, en diciembre de 2010.
La primera fue a diez años de prisión tras su detención en Bayona el 11 de enero de 1989. Tras cumplir esa pena, fue entregado en 1996 a España, donde se le ha vinculado con el atentado del 11 de diciembre de 1987 de la casa cuartel de Zaragoza (norte) en el que murieron once personas -seis menores-.
La Audiencia Nacional española lo mantuvo preso por su relación con el hallazgo de armas y documentación de ETA en la cooperativa Sokoa de Hendaya (Francia), hasta que el Tribunal Supremo ordenó su puesta en libertad en enero de 2000, al entender que por esos hechos ya había sido juzgado y condenado en Francia.
Mientras estaba en prisión fue elegido diputado en el Parlamento vasco por Euskal Herritarrok (EH), e incluso miembro de la comisión de Derechos Humanos de esa Cámara, y concejal en Ugao-Miravalles, su pueblo natal.
EFE
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