Documentos afirman que la CIA conocía los planes ucranianos para sabotear los Nord Stream I y II

Los documentos que lo sugieren fueron filtrados por el soldado Jack Teixeira, detenido en abril pasado, a los que accedió The Washington Post.

“El gobierno de los Estados Unidos sabía, tres meses antes de que ocurriera, que el ejército de Ucrania planeaba la explosión de los gasoductos Nord Stream el año pasado en una operación de sabotaje encubierta”, según documentos filtrados en la plataforma digital Discord por el soldado Jack Teixeira y publicados este martes por el periódico.

Según esos papeles, un equipo de buzos tácticos a las órdenes directas del comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valeri Zaluzhni, debía llevar a cabo las operaciones de sabotaje. La información provendría de un ucraniano y fue obtenida por los servicios de inteligencia de un país europeo, aunque The Washington Post no especifica cuál es.

La CIA habría tomado conocimiento de eso en junio de 2022, tres meses antes de los sabotajes. El comandante Zaluzhni se habría puesto al frente de la operación para no afectar al presidente Volodímir Zelensky, según esa agencia de inteligencia europea.

La CIA “habría compartido la información con otras agencias de inteligencia europeas, incluidos los servicios secretos alemanes”.

El artículo afirma que la información que habría llegado a la CIA dice el número de personas que debían participar en los sabotajes y el método para hacerlo. Los detalles tan precisos muestran que “durante casi un año los aliados occidentales tuvieron motivos para sospechar de la participación de Kiev en el sabotaje”, apunta el periódico.

El artículo, que reproduce el papel hecho público por Teixeira, dice sobre la eventual participación del gobierno ucraniano que “se vio reforzada en los últimos meses, después de que los investigadores alemanes descubrieran pruebas sobre la explosión que coinciden de modo llamativo con lo que el servicio de inteligencia europeo había dicho que Ucrania planeaba”.

La información que llegó a los servicios secretos europeos indicaba que las fuerzas ucranianas planeaban el golpe para principios de junio de 2022, en coincidencia con las maniobras militares de los aliados de la OTAN. Sin embargo, el ataque no llegó a llevarse a cabo entonces por razones que no se especificaron.

La explosión de los gasoductos Nord Stream en el lecho marino del mar Báltico, ubicados a unos 70 metros de profundidad, ocurrieron sin que nadie se los haya adjudicado. Sus autores colocaron las cargas explosivas de gran potencia en el fondo del Báltico y las hicieron detonar sin ser detectados en una zona de intenso tráfico marítimo.

Los tubos instalados en el fondo marino recorren una ruta de 1.200 kilómetros que atraviesa aguas territoriales de cinco países: Rusia, Finlandia, Suecia, Dinamarca y Alemania. El Nord Stream 2 fue terminado a fines de 2021, meses antes de iniciada la invasión rusa a Ucrania. El Nord Stream 1 estaba activo desde hacía años.

Alemania importaba de Rusia el 60% de su consumo de gas. Días antes de iniciado el ataque militar ruso, el gobierno de Olaf Scholz suspendió el visto bueno definitivo al uso de esa tubería.

En el momento de la explosión, el gigantesco gasoducto contenía 300 millones de metros cúbicos de gas. Los investigadores alemanes hallaron indicios de que el ataque estuvo a cargo de seis individuos que alquilaron un yate de recreo en el puerto alemán de Warnemünde.

Habrían usado pasaportes falsos y alquilaron la embarcación a través de una empresa fantasma polaca. En la cabina de mando del barco fueron encontrados restos de explosivo similar al empleado para hacer volar las tuberías del Nord Stream.

Según la inteligencia alemana, al menos uno de esos individuos está vinculado con las fuerzas ucranianas.

Los planes recibidos por el servicio de inteligencia europeo difieren ligeramente de cómo se llevó a cabo el sabotaje, ya que dicen que iban a alquilar el barco en otro puerto europeo.

Según fuentes de inteligencia citadas por el periódico, las diferencias pueden deberse a que los ucranianos supieron de la filtración de información y cambiaron algunas partes del plan.

La información proveniente de la agencia europea habría recibido “inicialmente una acogida fría en la CIA, que no obstante trasladó los datos a otros servicios secretos del Viejo Continente”.

En marzo de 2023, otro periódico, The New York Times, citaba fuentes de inteligencia para indicar que la responsabilidad del atentado pudo corresponder a un grupo pro ucraniano.

Por otra parte, el reconocido periodista de investigación norteamericano Seymour Hersh publicó una detallada investigación para la misma época de la nota de The New York Times, pero afirmando que en el operativo hubo fuerzas especiales de los Estados Unidos y cobertura aérea de Noruega.