Cuando dos trenes van en rumbo de chocar, el guardagujas los pone en vías diferentes. Por desgracia, en la geopolítica son los conductores quienes tienen que tomar medidas evasivas. En el caso de EEUU y China, cada uno cuestiona la capacidad del otro para conducir trenes. La historia nos ofrece pocas esperanzas de que los inminentes choques entre estos trenes se resolverán orgánicamente.
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