Una vez más sucedió lo que se esperaba. Los diputados británicos volvieron a rechazar el martes el acuerdo de salida de la Unión Europea y este miércoles votaron contra un brexit sin acuerdo, abrupto y de catastróficas consecuencias. Ahora la decisión a tomar será si el divorcio se realiza de todas formas sin acuerdo o si se prorroga la salida prevista para el 29 de marzo.
La votación del miércoles no era legalmente vinculante y no descarta que el Reino Unido abandone la UE. Pero significa que lo más probable es que este jueves el Parlamento vote a favor de una prórroga y la primera ministra británica, Theresa May, resuelva pedirle a la UE que el plazo de negociación se extienda.
Pero a la misma vez que los parlamentarios votan y rechazan, la Unión Europea urge a Londres a tomar una decisión sobre lo que quiere hacer, antes de considerar una eventual extensión de la fecha de divorcio.
"Hoy estamos en manos del sistema político británico", dijo el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, ante la Eurocámara en Estrasburgo (Francia), para quien "la solución debe venir de Londres".
El asunto es que la posible solicitud de extensión podría pedirse solo una vez y con una finalidad clara, según aseguró un alto funcionario europeo a la AFP.
Los 27 socios europeos de Reino Unido deberían decidir por unanimidad una eventual solicitud de extensión, probablemente durante la próxima cumbre del 21 y 22 de marzo en Bruselas, si se realiza la petición. Sin embargo aún el plazo de la prórroga no está claro y sobre eso también hay dudas y temores.
Uno de los escenarios que se manejan en Bruselas es una extensión corta de algunas semanas para, justamente, "minimizar el caos", explicó un diplomático europeo, para quien "dos meses de extensión será prolongar la agonía".
Reino Unido anunció en esta línea que reducirá los aranceles en caso de un Brexit sin acuerdo y no aplicará controles en su frontera con Irlanda, principal punto de preocupación y escollo hasta ahora en el proceso de divorcio.
Otra de las opciones sería una extensión para intentar ratificar el acuerdo del Brexit, algo que parece perder fuerza tras el rechazo de la Cámara de los Comunes y la negativa de la UE a reabrirlo sin Londres no cambia su posición.
"¿Prolongar esta negociación para qué? La negociación del Artículo 50 (que rige la salida de un país miembro) terminó", dijo este miércoles el negociador europeo Michel Barnier. En su opinión, Reino Unido debe decir qué quiere para la relación futura con la UE, "cuál es su línea clara (...) incluso antes de una decisión sobre una eventual extensión".
Por su parte, la canciller alemana Angela Merkel insistió, durante una rueda de prensa en Berlín, en que lo más conveniente sigue siendo "para el interés común lograr una salida (británica) ordenada".
May había logrado alcanzar el lunes, al filo de la medianoche, un entendimiento de último minuto con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, sobre el punto más conflictivo del acuerdo, la "salvaguarda irlandesa".
Pero estas nuevas "garantías" no bastaron para calmar los temores de muchos diputados de quedar atrapados en las redes europeas y el martes el Parlamento volvió a rechazar estrepitosamente el acuerdo, igual que el miércoles.
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