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El cambio celeste: línea de cuatro en defensa y línea de tres en ataque
El ingreso de Coates por Josema puede obligar a hacer otra modificación en el esquema buscando salida por los laterales
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25 de junio de 2018 a las 05:00
A pesar de las dos victorias, no viene siendo un viaje de placer el de Rusia. Nunca lo es en un Mundial, claro. Pero ahora se agrega que el equipo aún no ha aparecido, y cuando el DT Óscar Tabárez había metido mano en el equipo en nombres y sistema, buscando corregir la escasa generación de juego, la falta de abastecimiento para sus delanteros y la dependencia de la pelota quieta para anotar, tuvo que cambiar sobre los cambios, para hacerle lugar a Sebastián Coates ante la lesión muscular de Josema Giménez.
Además de los destaques de Fernando Muslera, José María Giménez (que se perderá al menos este partido) y Diego Godín, Uruguay tuvo en Rodrigo Bentancur y Edinson Cavani a dos jugadores regulares y en buen nivel. Arriba tampoco hay dudas con las presencias del Matador y Luis Suárez. El problema es cómo hacerles llegar juego para que exploten todo su potencial.
Firme la defensa y temible en ataque, Uruguay mostró carencias en el mediocampo. Cuando tuvo la pelota fue inofensivo y cuando quiso ensanchar la cancha y ser profundo se quedó a mitad de camino.
Contra Arabia salieron Nahitan Nández y Giorgian De Arrascaeta ingresando Carlos Sánchez y Cristian Rodríguez. No fueron solución para generar junto a la proyección –en cuentagotas- de los laterales superioridad por afuera y vías fiables de ataque.Por eso Tabárez probó durante la semana un cambio de sistema, pasando del 4-4-2 inicial al 3-5-2 según los ensayos a puertas cerradas realizados el viernes y sábado en el Borsky Sport Centre.
En esos entrenamientos salieron del equipo Guillermo Varela, Sánchez y el Cebolla, regresó Nández y se metieron en la oncena por primera vez desde el vamos Lucas Torreira y Diego Laxalt.¿Qué busca Tabárez con estos cambios? Neutralizar en las alturas al gigante Artem Dzyuba, foco de recepción de todos los envíos aéreos de los rusos. Eso sin descuidar al otro punta, Roman Zobnin, que por ahora no ha tenido destaque.
En un principio la idea era que ir un por 3-5-2, con Josema como stopper derecho, Godín al centro y Cáceres a la izquierda. Sin embargo, el cambio obligado de Coates por Josema puede llevar a meter mano en el once y el esquema.
En ataque, mientras tanto, sí pasaría a ser un 3-5-2, ya que se quedaría Cáceres, Godín y Coates, se mandarían Nández y Laxalt, y Torreira quedaría como tapón colaborando con la zaga, con lo que quedarían cuatro jugadores en defensa y seis en ataque, con Bentancur más suelto para juntarse con los delanteros.
De acuerdo a esa hipótesis -de último momento y que poco se trabajó en la semana- Tabárez refuerza el sector derecho con Cáceres y Nández, de manera de detener a Denis Cheryshev, una de las sensaciones del Mundial. El nacido en Nizhny Novgorod, orgullo de la ciudad, arrancó de suplente pero fue el primer cambio ante un compañero lesionado y no solo respondió con goles sino con muy buen juego.
Varela es muy veloz para cerrar y recuperar pelotas. Pero Nández es más agresivo en la marca, ideal para salir a presionar y recuperar en campo rival y clave para dotar al equipo de la intensidad que no mostró en los dos primeros partidos.
Con Laxalt se mantiene una pierna zurda en el equipo y la posibilidad de tener un ida y vuelta constante de un jugador que debe aportar salida, recorrido y desborde. Permite desbordar sin pierna cambiada, lo mismo que Cáceres y Nández por el otro carril.
De todos modos, Tabárez fue cauto en conferencia de prensa, y dijo algo lógico: una vez que arranca el partido, todas las pizarras se desdibujan. "Muchas veces jugamos con tres o con cuatro, depende de las circunstancias, de las nuestras y del rival que enfrentemos. Desde el punto de vista teórico, son esquemas posicionales exclusivamente. Los factores de riesgo en el fútbol pasan por cosas más importantes como la capacidad de los futbolistas y la afinidad que haya entre ellos y allí entra la labor del cuerpo técnico. El sistema de juego va más allá de tres o cuatro en el fondo, involucra muchísimas cosas más y no se gana con eso", dijo.
Más allá de lo que Uruguay puede ganar por afuera con estos jugadores, el gran cambio que hace Tabárez es darle la titularidad a Torreira conformando una línea de volantes centrales en la que el jugador de Sampdoria –que pasará a Arsenal- irá por el centro con Matías Vecino –uno de los que está en el debe- y Rodrigo Bentancur a sus costados.
Tabárez pretende que Torreira le dé más verticalidad al juego, un primer pase más rápido hacia el frente y que Bentancur y Vecino se puedan liberar más en ataque para poder conectar con los puntas y soltar a los carrileros.
Sin Sánchez, De Arrascaeta ni el Cebolla, no quedan ejecutantes de pelota quieta por lo que Luis Suárez tomará la batuta.
Pero con estos cambios, Tabárez espera dejar de encomendarse al balón parado y poder ganar los partidos con el enorme potencial de sus delanteros. l
